Otra obra maestra de Siouxsie y sus Banshees
Al promediar los 80´s los Siouxsie and the Banshees (una de las bandas más subestimadas del Post Punk y tal vez de la historia del rock en general) entraron en un período de madurez creativa y coqueteos pop diversos. Y a mediados de la década alcanzaron una nueva obra maestra con "Tinderbox".
Al promediar los 80´s los Siouxsie and the Banshees (una de las bandas más subestimadas del Post Punk y tal vez de la historia del rock en general) entraron en un período de madurez creativa y coqueteos pop diversos. Y a mediados de la década alcanzaron una nueva obra maestra con "Tinderbox".
Un álbum sólido y a menudo subvaluado en las lecturas de la discografía de los londinenses, tal vez por ser "portador de hit" (incluía el radiable "Cities in dust") en un grupo "de culto". De hecho, hay que recordar que el álbum llegó a editarse en Argentina, con otra tapa y un horrible cartelón que anunciaba "¡Por fin, Siouxsie and the Banshees!". Sin palabras.
Musicalmente, "Tinderbox" es otro disco pesadillesco y noctámbulo de los Banshees, con dos o tres claves que lo convierten en un monumento sonoro sofisticado y ornamentado. Por un lado, los inventivos y "perfumados" arabescos del guitarrista debutante John Valentine Carruthers, montados sobre el poderoso arsenal baterístico de Budgie (uno de nuestos bateristas favoritos de todos los tiempos) que aquí suena más variado y expresionista que nunca.
El tercer elemento sobresaliente, por supuesto, es la avasallante personalidad vocal de Siouxsie, una cantante que hace rato viene reclamando sus laureles de "Reina de la Oscuridad" ante tanta nenita nueva que juega a la cantante "Emo" y "Oscura". ¡Cuánta autoridad para lograr matices, giros, expresionismos!
Por último están estos poderosos ocho temas que hacen de "Tinderbox" un álbum consistente. El comienzo es con el torbellino de "Candyman": pura sucesión de dinámicas y coros endemoniados en un up tempo agresivo pero refinado. "The sweetest chill" es una gema sofisticada, llena de detalles y arreglos en lo más alto de la producción Banshee. La densidad tortuosa de "This unrest" le da pie al gancho de "Cities in dust".
Musicalmente, "Tinderbox" es otro disco pesadillesco y noctámbulo de los Banshees, con dos o tres claves que lo convierten en un monumento sonoro sofisticado y ornamentado. Por un lado, los inventivos y "perfumados" arabescos del guitarrista debutante John Valentine Carruthers, montados sobre el poderoso arsenal baterístico de Budgie (uno de nuestos bateristas favoritos de todos los tiempos) que aquí suena más variado y expresionista que nunca.
El tercer elemento sobresaliente, por supuesto, es la avasallante personalidad vocal de Siouxsie, una cantante que hace rato viene reclamando sus laureles de "Reina de la Oscuridad" ante tanta nenita nueva que juega a la cantante "Emo" y "Oscura". ¡Cuánta autoridad para lograr matices, giros, expresionismos!
Por último están estos poderosos ocho temas que hacen de "Tinderbox" un álbum consistente. El comienzo es con el torbellino de "Candyman": pura sucesión de dinámicas y coros endemoniados en un up tempo agresivo pero refinado. "The sweetest chill" es una gema sofisticada, llena de detalles y arreglos en lo más alto de la producción Banshee. La densidad tortuosa de "This unrest" le da pie al gancho de "Cities in dust".
Edición argentina de "Tinderbox" |
"Tinderbox" pertenece a la época (¿la última? ¿los 80?) en la que todavía había tiempo para grabar discos "arty", fuera de tiempo y perdurables. Cranear un sonido y un ambiente que le fueran propios y concebir universos que parecían cerrados sobre sí mismos.
"Tinderbox" se grabó en los legendarios estudios Hansa by The Wall, en Berlín, en 1985.
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