jueves, 29 de marzo de 2012

Discos: Howdy! (Teenage Fanclub, 2000)

Saga: discos Ultravividos de otoño

Es cierto, hay días y días para meterse en los Teenage Fanclub. Los niveles de glucosa tienen que estar algo bajos para poder disfrutar esas estrofas y estribillos saturados de edulcorante.

Y la necesidad del formato canción-redonda tiene que estar en su punto justo. Si las coordenadas coinciden, puede que tu día otoñal pase a la categoría de "espléndido" con los muchachos de Bellshill, Escocia como soundtrack.

Entre los buenos discos de los Teenage está este "Howdy!", editado en 2000 en un sello grande, Columbia Records. Otra descarga de Power Pop cancionero que va de frente, sin complejos. ¿Son buenos todo el tiempo los Fanclub? No siempre. Sus discos suelen desinflarse un poco ante la repetición de la fórmula. Pero en sus mejores momentos suenan vitales y frescos. Y el tándem compositivo que forman Norman Blake, Gerard Love y Raymond Mc Gingley suele dejar canciones memorables.

Toda la tanda inicial de "Howdy!" está muy bien: "Accidental life" cierra redonda y el par "I can´t find my way home"/ "I need direction" trepan en intensidad para levantarle el ánimo a cualquiera y llenar todo de rayos de sol. 

El buen momento se extiende a "Near you" -medio escalón abajo en intensidad- y sus hermosas y sutiles trompetas (aunque un poco tapadas en la mezcla).

En la segunda mitad, "The sun shines from you" mete coloraciones acústicas y "My uptight life" recuerda los juegos de voces de los Beatles más psicodélicos. "Straight & narrow" dialoga con los contemporáneos Belle and Sebastian.

Teenage Fanclub- discografía cercana
Songs from Northern Britain (1997)- Howdy! (2000)- Words of wisdom and hope (with Jad Fair, 2002).

miércoles, 28 de marzo de 2012

Jazz nights: Django´s blues (Django Reinhardt)

Jazz In Paris - Django's BluesDe la imprescindible colección Jazz in Paris de Gitanes, hoy preparamos la cena dejando correr de fondo este "Django´s blues". Grabaciones del gran Gitano de las seis cuerdas junto al Quinteto del Hot Jazz de France registradas en julio y octubre de 1947. Desde ya, en la Ciudad Luz.

Amable, pachorriento, ideal para dejar sonar largo y tendido. Sin apuros, mientras nos servimos otra copa de vino.

Entre algunos temas propios -hay que escuchar como se calientan esas cuerdas a puro swing con "I love you"- encontramos esa pequeña gema que es la versión de Django del clásico de Ary Barroso "Brazil". Y esta otra: la genial "Topsy".

Django´s blues, Gitanes Jazz in Paris (2002).

lunes, 26 de marzo de 2012

Discos: English settlement (XTC, 1982)

El sonido de los XTC ya estaba definido a la altura de "Drums and wires" (1979) y "Black sea" (1980). Pero es probable que su primer gran disco (luego vendrían varios más) sea "English settlement", su lp doble de 1982. 

Entre otras cosas, porque el grupo ajustó notablemente la parte compositiva. Acá hay muchos buenos temas de verdad. Futuros clásicos en cualquier compilación más o menos decente del grupo de Andy Partridge y Colin Moulding.

Lo curioso es donde tenían puesto su "norte" estos muchachos: una actualización del pop à la Kinks -tres minutos pop con letras de corte social incluidas- que sumaban la energía New Wave. Elegantemente distantes, entre otras cosas, del Synth Pop y otros estilos que dominaban Inglaterra a comienzos de la década. Un rasgo (su equidistancia de cualquier moda y su falta de concesiones) que pintaría a los XTC de cuerpo entero, de allí en más.

Producidos por Hugh Padgham (The Police, Human League, Peter Gabriel, entre otros) aquí suenan verdaderamente enfocados en la energía de las canciones. ¿El resultado? Una especie de "Village Green Preservation Society" pasado por  New Wave. Un catálogo de la vida inglesa más idiosincrática, empezando por la portada del álbum, que recrea el caballo blanco de Uffington (una localidad cercana a Swinndon, hogar del grupo).

"English settlement" tiene varios momentos inolvidables. "Runaways" va entrando lentamente con sus guitarras acústicas y su ritmo sinuoso, mientras que "English rundabout" (inspirada en las rotondas de Swinndon y en la serie de televisión infantil "The magic roundabout") coquetea con un ritmo reggae/ska nervioso y enérgico (del que abrevarían, poco después, los grupos de la camada New Wave argentinos como el primer Soda Stereo). La punzante "No thughs in hour house" es una opereta musical en tres actos ambientada en un suburbio inglés bienpensante, que asfixia la libertad de su hijo adolescente: Ray Davies 100%.

Los hits del álbum ("Ball and chain", "Senses working overtime") siguen sonando irresistibles 30 años después, a pura concentración pop. Entre los surcos menos visibles, también hay algunas delicias. "Knuckle down" es pura elegancia pop, mientras que "All of a sudden (it´s too late)" y "Yacht dance" suenan a reflexión crespuscular. La última, en esos tiempos de vals que siempre frecuentaron tan bien los XTC.

XTC 1982
Colin Moulding, Andy Partridge, Dave Gregory, Terry Chambers.

Discografía cercana
Black sea (1980) English settlement (1982) Mummer (1983).

martes, 20 de marzo de 2012

Discos: Faded seaside glamour (Delays, 2003)

Estos días lluviosos en Buenos Aires pueden ser una buena ocasión para volver a escuchar a los británicos Delays. ¿El disco? Su debut de 2003, "Faded seaside glamour".

Que nadie espere la gran revolución del grupo de los hermanos Gilbert. Oriundos de Southampton y teloneros, en su momento, de los Manic Street Preachers y Franz Ferdinand, su sonido es una cruza aproximada entre The La´s, Suede y los Manics más etéreos. Amables, de grandes armonías, pegados a la tradición de los arpegios y las melodías cristalinas del Dream Pop.

Su lp debut tiene varias perlitas y algunos temas que redondean un set aceptable. Entre las primeras, están las oleadas circulares de "Wanderlust" y "Nearer than heaven" (el primer single que editó el cuarteto) y la escalada de la exquisita "Long time coming". ¿Dos más? Los falsetes de Greg Gilbert levantan "You wear the sun". Y pegadita, promediando el set, tenemos la cita prestada a los The La´s al comienzo de la monumental "Hey girl". Para subir el volumen y desentumecer el día nublado.

"Faded seaside glamour" alcanzó  el puesto 17 en la lista de álbumes británicos. Luego de un buen segundo disco ("You see colours", 2006) los Delays editaron dos lps, aunque poco a poco se perdieron de vista.

Delays
Greg Gilbert, Colin Fox, Rowly, Aaron Gilbert.

jueves, 15 de marzo de 2012

Discos: Wish (The Cure, 1992)

¿Como superar una obra maestra como "Disintegration"? Robert Smith se debe haber hecho la misma pregunta terminando los 80. 

En ese sentido, "Wish" fue un poco el disco con el que The Cure entró de lleno en la nueva década: mayor colorido y plasticidad, lejos de la monumentalidad monoclimática de su predecesor (y de los 80 en general).  Tal vez incluya, además, algún que otro guiño, desde la producción, al disco "faro" de aquellos años, "Achtung baby".

Sin embargo, la vieja escuela psicodélica y retorcida de Smith y cía. todavía mostraba su filo. Esta vez, bajo la forma de un cadeidoscopio pop diverso. Y con la multipolaridad emocional marca registrada de la casa a flor de piel. Los estados de ánimo, aquí, pasan de un extremo a otro con sólo cambiar de track.

En "Wish", en resumen, hay un poco de todo lo que The Cure siempre supo hacer bien.  

"Open" es un clásico tema de apertura de sus discos (en la línea histórica de "Shake dog shake", "The kiss". "One hundred years" y "Want", entre otros). Denso, arrastrado. La letra se mete en la cabeza de alguien famoso durante una fiesta: los acosos, las falsas amistades que la noche te propone. Todo, desde ya, bajo la óptica alucinada de Smith y juegos de guitarras endemoniados.  

Haciendo gala de esa bipolaridad que hablábamos sigue "High", liviana y celestial, flotando entre nubes (¿se acuerdan del video, con los Cure volando en barriletes?). Otro de esos singles donde Robert Smith siempre demostró su maestría para la factura pop.

Como en la perfecta "A letter to Elise", o esa otra maravilla que es "To wish impossible things". Los arreglos de viola -a cargo de Kate Wilkinson- le dan al tema un tinte otoñal y melancólico entrañable.

Pero hay más. En los tramos más oscuros la banda suena densa y elástica a la vez. Como en el Tour de Force "From the edge of the deep green sea" (una de esas catarsis poético/ literarias de Smith de largo aliento), la vertiginosa "Cut", o la pesadilla paranoica de "End". En estos tramos se notaba que la banda había recuperado, también, su amor por las guitarras densas.

¿El último gran disco de The Cure? Por lo pronto, fue el último con el guitarrista Porl Thompson y el baterista Boris Williams, dos pilares de la formación clásica del grupo en la segunda mitad de los 80. "Wish" fue presentado en una extensa gira mundial, documentada en dos discos en vivo: "Show" y "Paris".

The Cure 1992 

Robert Smith, Simon Gallup, Boris Williams, Perry Bamonte, Porl Thompson.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Los videos de cumpleaños de Ultravivido

Qué mejor que empezar tu cumpleaños con videos de tus grupos favoritos. Algunos, en versiones un tanto extrañas:


















martes, 13 de marzo de 2012

Discos: Sometime anywhere (The Church, 1994)

Algunos podrán decir "los The Church son aburridos". En Ultravivido, en cambio, los vemos como pacientes orfebres de una música de tonos grises, intimista. Y de discos que se fueron colando a lo largo de los años en nuestro inconciente musical más íntimo y solitario.

Música para la más exquisita melancolía. 

En 1994, los australianos tuvieron su propio cisma tras el alejamiento del guitarrista y fundador del grupo, Peter Koopes, y el baterista Jay Dee Daugherty. Reducidos ahora a dúo, Marty Willson-Piper y Steve Kilbey grabaron el que bien podría ser su propio Pet Sounds, "Sometime anywhere". Un lp doble,  expansivo y de inspiración psicodélica que los encontró ampliando el abanico de estilos y sonidos.

Hay varios momentos notables. "Lost my touch" y "Loveblind" forman un pasaje cohesionado, ahí al comienzo del set, incorporando máquinas al habitual susurro de voces y guitarras marca registrada de la casa. "My little problem" recupera la época de "Starfish" y "Gold afternoon fix", mientras que "The maven" y "Fly home" anticipan el rumbo que el grupo tomaría en los siguientes años, menos apegado a las canciones y más cerca del cuelgue y la jam psicodélica.

El grupo encuentra otro gran momento entre "Business woman" (de exquisitas melodías cantables) y "Authority", cerrando el álbum con la atmosférica y circular "The dead man´s dream". "Sometime anywhere": un disco variado e intenso de los australianos. Lleno de buenos momentos con su sello de fábrica.

The Church 1994
Marty Willson-Piper, Steve Kilbey.

Discografía cercana
Priest: aura (1992)- Sometime anywhere (1994)- Magician among the spirits (1996). 

sábado, 10 de marzo de 2012

Soul Basics: Vulnerable, Marvin Gaye (1997)

Otra gema perdida del gran Marvin.

Es probable que algunos melómanos de ley conozcan la historia.

Desde sus inicios como "Príncipe de Motown", Marvin Gaye tuvo el sueño de hacer un álbum enteramente dedicado a las baladas, al estilo de sus ídolos Sinatra o Nat King Cole. Pero sus hits tempranos en el sello de Berry Gordy ("Pride and joy""Can I get a witness", "Ain´t that peculiar") lo llevaron por la senda del pop y el R&B y tuvo que postergar su anhelo.

Así y todo, en 1967 Marvin convocó al arreglador Bobby Scott para que orquestara alguna de esas baladas. Scott cuenta que Marvin le hablaba de esas canciones "como si de ellas dependiera su vida". Las sesiones iniciales tuvieron lugar en enero de aquel año en New York, pero ni Scott ni Gaye quedaron felices con los resultados. "Emocionalmente -contó Marvin- yo no estaba preparado para cantar esos temas. Necesitaba vivir más, sufrir más".

1968 lo encontró subido al éxito de "I heard it through the grapevine" y el proyecto quedó archivado. Luego vino el salto cualitativo de "What´s going on", sus tormentosa vida sentimental -disco "de divorcio" ("Here my dear", su otra gema oculta por años) incluido- hasta que en 1977, diez años después, decidió retomar aquel viejo sueño.

Cuando David Ritz (tal vez el mejor biógrafo de Marvin: escribió el insoslayable "Divided soul: the life or Marvin Gaye" y co-escribió la letra de "Sexual healing") lo escuchó volver a interpretar aquellas canciones sólo al piano, no lo podía creer. Marvin las había estudiado al detalle durante diez largos años. De vuelta al estudio, superpuso su voz en varias capas, un rasgo de estilo a esa altura habitual en él.

Ahora, el dolor de las canciones era el propio, fruto de una vida transitada entre el exceso, la culpa y la auto expiación. Estaba listo para grabarlas. 

Con idas y vueltas- acusaciones cruzadas con Gordy mediante- aquel viejo sueño recién vio la luz como álbum muchos años más tarde y de forma póstuma. Gracias a un par de ejecutivos de Motown, las tomas que Marvin había hecho en distintas etapas fueron salvadas y editadas. Como resultado, en abril de 1997 el sello editó "Vulnerable". Un disco-primo lejano (por anhelo, por compromiso existencial) de aquel "Lady in satin", de Billie Holiday.

¿Y qué versión de Marvin Gaye encontramos en "Vulnerable"? Sin lugar a dudas, la del crooner. Revestido con orquesta de cuerdas y afelpado por un sonido clásico. Sin embargo, la estrella -como en sus grandes discos- vuelve a ser esa voz, doblada al infinito y paladeando cada palabra, cada frase.

Las canciones: standards más o menos clásicos, según los casos, del smooth jazz y el Soul. La apertura casi pastoral de "Why did I choose you", el vacío seco de Marvin apenas pronunciando esos "I love you" una, dos veces, al comienzo de "She needs me". Música de las altas esferas, para la alta trasnoche. Extática y perfecta.

Las jazzeadas "Funny (not much)" y "This will make you laugh" le dan el toque de levedad adecuado al set, que vuelve a la opacidad en "The shadow of your smile", antes del final con "I won´t cry anymore".

La última y perdida gema de Marvin Gaye. Celestial. E invulnerable.

viernes, 9 de marzo de 2012

Shows: Javier Martínez en La Perla de Once (viernes 2 de marzo 2012)

Por Sebastián Adúriz

Del mismo modo que el blues de Chicago tiene su pub de Buddy Guy y el jazz de New York su sótano en Blue Note, es posible que Buenos Aires esté constituyendo un espacio parecido para el rock nacional, el otro género que la identifica junto con el tango.

El viernes 2 de marzo tuve esa sensación cuando fui a escuchar a Javier Martínez, el baterista de Manal, la banda pionera de esa versión argentina de R&B parecida a Cream. Martínez tocó en la Perla del Once, la pizzería legendaria donde solían reunirse los pioneros del rock nacional.

Para quienes no lo saben –pienso sobre todo en los lectores de Ultravívido del otro lado del océano- la Perla es lo que acá se conoce como una pizzería de gallegos (sí, la comida italiana en Buenos Aires puede ser cosa de españoles).  Además de pizza, en estos locales, amplios y luminosos, generalmente localizados en esquinas, hay mozos de saco negro o bordó, menús forrados en cuero, cervezas en botellas servidas con platos de maníes. 

Salvo un par de excepciones céntricas y a diferencia de lo que sucede en otros lados del mundo, el mostrador es de metal o fórmica y suele apilar platos en lugar de comensales. Y una cosa más: en las pizzerías de gallegos no hay música; hay televisores pegados a la pared clavados en canales deportivos o de noticias. Los porteños las usamos a toda hora y muchas veces para salidas casuales del fin de semana.

En la Perla, entonces, desde hace más de un año según me enteré, todos los fines de semana vienen teniendo lugar presentaciones roqueras. Que yo sepa no hay antecedentes que estas dos potencias de la porteñidad– el rock nacional y la pizzería- hayan comulgado de un modo  tan estrecho.

Hard rock pizza

En el caso del recital de Javier Martínez la mezcla funcionó de mil maravillas. Frente a un público heterogéneo (roqueros de morral, sesentones con pinta de ex hippies o de oficinistas, veinteañeros detrás de la leyenda) agrupado en mesas de Stellas y grandes de jamón, el baterista ofreció un show  intenso, ejecutado con solvencia y, en muchos momentos, emocionante.

Al frente de un trío integrado por el guitarrista Maxi DelliCarpini y el bajista Hector Actis, Martínez hizo una recorrida por su repertorio y versionó temas de Manal y de su etapa solista. Todas las canciones sonaron frescas, tanto porque estaban revisitadas –la versión de "No Pibe" levemente acelerada y funkeada paga por sí sola la entrada- o porque sencillamente estaban tocadas y cantadas con ganas. De hecho, en algún momento de la noche, Javier hizo mención a la satisfacción que sentía por lo que denominó esta etapa de su carrera.


Se notó. Temas clásicos como "Avenida Rivadavia", "Avellaneda Blues", "Una casa con diez pinos" – la más pedida de la noche- y otros más recientes como "Corrientes" o "Sol del Sur" se revelaron en plenitud expresiva en la voz ronca y grave de Javier, todavía capaz de alcanzar, para arriba y para abajo, registros notables.

Y también hubo lugar, hablando de su voz, para alguno que otro parlamento de esos que inevitablemente están asociados a las apariciones de Martínez. Entre tema y tema abundaron explicaciones sobre el efecto de la endorfina en las personas, citas de Goethe o  Mirtha Legrand –“lo único verdadero es el artista y su público”-, y algún enojo mal masticado sobre, por ejemplo, las figuras que formaron parte del Bicentenario. Nada que haya empañado el disfrute de escuchar en vivo uno de los mejores repertorios del rock sudamericano.

Un repertorio que configura un estilo en sí mismo y que, a mi modo de ver, se lo asocia excesivamente con el blues. Hay blues, sí. Pero también está el soul áspero de Memphis y más al sur, el R&B de los años sesenta, el rock duro, y, por supuesto, el tango, que hasta tuvo presencia en una versión swingeada de "Por la Vuelta". Todo mezclado a la argentina.

En rigor, me sentí afortunado de haber estado ahí para disfrutar la combinación y ser parte de la experiencia. Una experiencia que, insisto, en ese entorno, resultó inesperadamente representativa de la ciudad de Buenos Aires. Que siga habiendo hard rock pizza, entonces.

Hagan la prueba. Martínez tiene fecha para tocar el próximo 30 de marzo. Búsquense un par de amigos  y acomódense temprano en una de las mesas con la cerveza, los maníes y la fugazeta. Difícil que la ciudad de detrás de las ventanas del local - con su basura mal recogida  y sus personajes deambulando- tenga a alguien mejor que Martínez para que la describa y la celebre, así como es.

Coda

El show tuvo un momento intensísimo cuando Pajarito Zaguri subió como invitado al escenario. De jogging y remera roja, con la voz enronquecida, entonó salvajemente las estrofas  de "Natural", de Tanguito. A mitad del tema se bajó del escenario con ganas de irse y Martínez, después de tocar un par de estrofas sin su presencia, lo volvió a convocar:

—Dale, Pájaro, volvé— Zaguri obedeció, repitió las estrofas y se fue.

A los pocos días, lo encontré del modo más casual caminando, con el mismo jogging, por las Av. Maipú de Olivos. Lo paré y lo felicité por su actuación del viernes anterior. Ah, bueno, gracias me contestó y siguió caminando. Cosas que, misteriosamente, pasan.

jueves, 8 de marzo de 2012

Bonus: los 13 discos favoritos de Mozz



En este link, Morrissey elige sus trece lps favoritos de todos los tiempos.

Desfilan Nico, Jeff Buckley, Ramones, Sparks y Roxy Music, entre otros.

lunes, 5 de marzo de 2012

Shows: Morrissey en GEBA (Buenos Aires, 4 de marzo)

Morrissey en el Club GEBA, Buenos Aires, 4 de marzo de 2012.

Qué raro que es escuchar las canciones de tu adolescencia más solitaria coreadas por miles de personas. Esas canciones que nos acompañaban a la salida del colegio secundario. Y qué raro que es verlo a él ahí, con todos estos años a cuestas y sin embargo -cual Dorian Gray- cada vez mas joven. O más joven que su propio retrato, que colgó en el escenario durante los primeros 5, 6 temas, en pose soñadora.

Anoche vimos a Morrissey en Buenos Aires. Y los rostros de los amigos irradiaban felicidad cuando el show terminó. Empapados de sudor, cantamos y quismos estar -como todos en la multitud que copó GEBA- cerca de él. Para tocarlo, para tirarle un beso, para llevarnos algo de su encanto. Un show apabullantemente británico. Soberbiamente Imperial. Porque hay que decirlo: pocas cosas son tan quintaesencialmente Brit como Morrissey. Ni los pequeños deslices demagógicos (Malvinas y aledaños) pudieron opacar la soberbia compositiva de tantas buenas canciones.

Y qué suerte que nunca se haya "aggiornado".Que nunca se haya colgado de modas pasajeras para pintarrajear su música. Los músicos de su banda (con Boz Boorer como estandarte musical y estético) parecen cortados siempre por la misma tijera: 0 virtuosisimo, 10 en expresividad y en potencia para sostener las canciones. Su banda actual suena ajustada y con mucha pista encima.

Sin entrar en demasiados detalles, sólo vamos a decir que Steven Patrick tiró toda la carne al asador de entrada, con una seguidilla que incluyó "First of the gang to die", "You have killed me", "You´re the one for me, fatty", "There´s a light that never goes out" y "Everyday is like sunday", sin respiro.

Más adelante hubo otras gemas: la españolizada "When last I spoke to Carol", una impresionante versión de "Meat is murder", "Ouija board, ouija board", "I know it´s over" y la bella (y algo olvidada) "Alma maters". Sobre el final, poderosa, "How soon is now" y un único bis con "One day goodbye will be farewell". ¡Hasta la vuelta Mozz!

viernes, 2 de marzo de 2012

Discos: Give out but don´t give up (Primal Scream, 1994)

Los chicos blancos escoceses juegan a ser negros. Y de a ratos les sale.

En 1991 los Primal Scream cambiaron las reglas del juego con "Screamadelica", su obra maestra. Y terminando la década, en 1997, volvieron a sacudir el tablero con la dupla "Vanishing point"/ "XTRMNTR".

En el medio, tuvieron un fugaz romance con la cultura americana, donde coquetearon con el Soul, el R&B y el Funk. Astutos, contrataron los servicios de George Drakoulias (productor dúctil detrás de ese brillante sonido en los mejores discos de Black Crowes y The Jayhawks) y se aliaron con George Clinton para pulir el costado funk de la cosa.

"Give out but don´t give up", su disco de 1994, registró esa aventura. Algo dispar en sus resultados, el álbum se reparte según influencias. "Jailbird" y "Rocks" no están mal, aunque huelen a rock versión AOR, apenas correctos pero rendidores. 

La otra veta viene por el lado de esas zapadas funk-espaciales ("Struttin´", "Funky jam", "Give out but don´t give up") en las que los Primal corren suerte diversa, de acuerdo a la transpiración valvular que alcanzan. Parece que tener groove no es para cualquiera.

Cuando visitan el costado Soul, sin embargo, encuentran buenos momentos. Rodeados de un sonido brillante de bronces, platillos y exquisitos coros (a cargo de Jackie Johnson, Susan Marshall y la impactante Denise Johnson) el grupo logra vestirse dignamente con ropas negras. Flotan exquisitamente en "Free"(espaciosa y llena de lujuria en la voz de Denise) blusean en estado casi gospel en "Sad and blue" y entregan un clásico inmediato para las FM de sábado a la noche con "Cry myself blind". Gran momento.

Sola, en el medio del set, "Big jet plane" se sostiene con sus propios méritos. Simplemente como una buena canción, un refinamiento de lo que podría ser un mid tempo Stone de los 70´s. 

Si andás en busca de un disco rendidor para bares, pubs y sábados a la noche, acá hay un clásico.

Primal Scream - discografía caercana
Screamadelica (1991) Give out but don´t give up (1994) Vanishing point (1997).