viernes, 31 de julio de 2009

Complejo vitamínico

Para arrancar el viernes me armé un compilado de temas energéticos (o lo que humildemente entiendo por rockear de manera decente en '09).

Son 23 temas, casi 78 minutos. Ahí va el playlist.


1/2- The Kooks- See the sun/ Do you wanna
3/4- Franz Ferdinand- Turn it on/ No you girls
5/6- Arctic Monkeys- Teddy picker/ This house is a circus
7- Kasabian- Fast fuse
8/9- The Racounters- Salute your solution/ Top yourself
10/11- Mando Diao- God knows/ Down in the past
12- The Stills- Eastern Europe
13- The Fratellis- My friend John
14- BRMC- Shuffle your feet
15- The Rifles- The great escape
16/17- The Hives- Won´t be long/ Try it again
18- Gossip- 8th wonder
19/ 20- The Rakes- 1989/Bitchin' in the Kitchin'
21/ 22- Cage the Elephant- James Brown/ Drones in the valley
23- Kaiser Chiefs- Never missed a beat

lunes, 27 de julio de 2009

Soundtrack de hoy: No other, Gene Clark (1974)

Esta mañana suena este disco grabado en 1974, cuando yo nacía.

Llegué a él vía This Mortal Coil, que versiona la fantástica Strengh of strings en su disco Filigree and shadow (1986). En ese disco también hay exquisitas versiones de Tim Buckley (Morning Glory) y Van Morrison (Come here my love), entre otros.

Para ahorrar el click a Wikipedia, podemos decir que Gene Clark fue uno de los miembros fundadores y principal compositor de The Byrds entre 1964 y 1966. Algunas de las canciones compuestas para el grupo fueron I'll Feel a Whole Lot Better», «Set You Free This Time», «Here Without You», «If You're Gone», «The World Turns All Around Her», «She Don't Care About Time» y «Eight Miles High».

"No other" combina apacibles melodías folk con espaciosos paisajes donde la música fluye liviana. Se aprecia, además, una especial profundidad de campo en las voces y un delicado trabajo instrumental, siempre al servicio de las canciones. Leves pinceladas psicodélicas, también, sobre todo en el desarrollo extendido de Strengh of strings, le dan ese barniz especial al álbum. En esos pasajes escucho cierto link de Clark con Roy Harper.

Algunos críticos describieron "No other" como el "Sgt. Pepper" de Clark.

viernes, 24 de julio de 2009

Vidas de película

El otro día vimos La vie en Rose.

La peli está bien. La actriz (Marion Cotillard) está bien. La historia está bien contada, con sus saltos temporales que terminan construyendo un buen relato. También hay una enseñanza sobre las capacidades adaptativas que tuvieron que desarrollar históricamente muchos artistas para sobrevivir en el mercado del espectáculo.

Pero me llamó la atención un dato que se repite y que es común a toda la última camada de “biopics”: la presencia casi central de las adicciones. El tema aparece en Johnny and June. Y está presente en Ray, por acordarme sólo de algunos ejemplos.

Algunas ideas que esto me dispara: el tratamiento de las adicciones (sobre todo en el caso de figuras “históricas”, “clásicas”, como Piaf o Ray Charles) construyen una lectura –en algún punto- “revisionista” de esos íconos. Nuestros padres difícilmente hayan oído hablar alguna vez de la Piaf dándose con morfina. Las condiciones de producción de sentido simplemente no permitieron hablar (durante largos años) de esas cosas. Pero ahora el estrato histórico es otro, y al parecer, hasta parece obligatorio hablar de ello.

¿Qué es lo que resaltan de los artistas, estas lecturas?

Para los públicos más jóvenes, hablar de “drogas” en caso de artistas viejos puede suponer un acercamiento entre aquel mundo lejano y la cultura rock del reviente. Culturas, ambas, que hasta no hace mucho tiempo atrás eran presentadas como separadas, hasta como “antagónicas”.

Pero debe haber otro sustrato debajo de estas consideraciones. La avidez por el impacto, en alguna medida. El afán de presentar cierta versión “fidedigna” de los hechos (sano en algún punto, dudoso artísticamente también), por otro.

Y también está esa saturación de sentido tan de nuestra vida actual ¿no? El querer decirlo todo y experimentarlo todo. Junto con los derechos del consumidor a llevarse un espectáculo satisfactorio y rendidor, donde todo está abarcado y queda poco margen para lo implícito y lo sutil.

jueves, 23 de julio de 2009

Fast food: comments rápidos

Algunos discos para quedarse escuchando en casa en estos días de frío polar...

The Gossip, Music for men (Sony/ BMG- 101 Distribution, 2009)
Ritmo, ritmo, ritmo. Cuarto disco para los Gossip: debut para un sello grande y producción de Rick Rubin. Ajustados, concentrados en el golpe de las canciones. Bien. Lo atractivo de Gossip es que son pop, son bailables y también tienen algo de guitarreo. ¿Unos Blondies 00´s? No se bien que es, pero su energía me resulta positiva. Disco adictivo. (7.5/10)

Florence + The Machine, Lungs (Island, 2009)
El grupo de Florence Welch es -por lejos- uno de los hypes británicos del año. ¿Lo justifica? Bueno, como todo, el tiempo lo dirá. Para entretenernos, acá está su disco debut, el arty y teatral "Lungs" (tiene edición deluxe de dos cds). Una voz que recuerda de a ratos a Roisin Murphy, y por otros a cierto retorcimiento melódico a la Regina Spektor. Por momentos su barroquismo y sus tonos altos saturan un poco. Hay que darle más chances. (5.5/10)

White Lies, To lose my life (Polydor, 2009)
El disco debut del trío londinense White Lies no es estrictamente una novedad: tiene ya algunos meses dando vueltas. Pero sucede que lo tuve muchas semanas en el Incoming, dándole chances sin saber muy bien si es bueno o no. Debo admitir que no me caen demasiado simpáticas las bandas neo darkies que andan dando vueltas: me suenan más a imitacion de tics y de guiños de grandes grupos del post punk. Dicho esto, el disco de WL tiene algo que hace volver a él, a ver que pasa. Un sonido claramente ochentas sobre todo en teclados y baterías. Suena macizo y monolítico. Quizás con el frío polar rinda un poquito más por encima de su potencial. (5/10)

miércoles, 8 de julio de 2009

Zero Zero

* * *
We checked out all the prophecies/ We studied fat philosophies.
We made a graph... We chanted ooooommmmm
"ommni Padhni Disney Iceman Acme Leary Marx Illuminatus Christus Clarke..."


We'd watch for saucers in the dark/ We'd hunt lost arks;
tried splitting quarks/
when all we wanted was a Mark
/ just a something proving something's out there.
Are you listening?/ No chance.


There never is a way without a why/ Do we return after we die?
Is life a circle?
Are we hurtled headfirst into space?

Will we wind up as the bunch of grapes that makes the wine.../ that Christ exchanged for water.
Are we blood? Are we lime? Do you live?

We need a sign /is anybody there?

Are you listening?


And still the statues cry, the queen bee flies.../
we try our damndest to explain/ the reasons why and how and when and where... we're getting nowhere.
No doors deep inside this corridor/ of space and time... if space and time exist.
Oh we'll persist, if we exist.

Are you listening?
Are you listening?
Are you listening?


* * *

lunes, 6 de julio de 2009

Literatura pop

Leo Intimidad, de Hanif Kureishi. El relato de una separación matrimonial, contado por un guionista de cine de mediana edad que vive en Londres con su mujer y sus dos hijos. Encuentro ecos de Nick Hornby (el de Cómo ser buenos, más que nada) y algo muy remoto de la disección del objeto "familia" al estilo Don Delillo. Pero no tan frío ni distante.

Kureishi es otro escritor que utiliza la cita pop. En esto se hermana con Hornby. Y entre ambos me disparan una reflexión:

Tal vez nuestro consumo de objetos pop sirva antes que nada para eso: para ser citados. Para ponerlos objetivamente sobre el papel, o para desarrollarlos acá, en un blog.

Los discos, los libros, las películas que vemos, recién se vuelven objetos más o menos atractivos y con siluetas comprensibles cuando se objetivizan. En otras palabras, cuando hablamos de ellos.

El resto del tiempo son tan nuestros que permanecen en la invisibilidad.

Lo digo de otro modo. En mi vida cotidiana, la de todos los días, se me hace muy difícil transparentar mis gustos por Big Star, por Murakami o por Gus Van Sant. Como diría Kundera, la vida está en otra parte, siempre. No soy conciente de las cosas que me gustan y me definen hasta que hablo o escribo sobre ellas.

Tal vez Kureishi (como Hornby, como otros escritores que ahora se me escapan) escriban novelas sólo por sacarse el gusto de ejercitar la cita pop. Y conocerse y verse reflejados en ellas.

Continuará.