lunes, 22 de diciembre de 2008

Los mejores de 2008

Acá están, estos son, los mejores discos del año, según la casa. Van sin ningun orden en particular, simplemente, fueron los que más me gustaron.

Bloc Party, Intimacy
Después de un segundo disco flojo, los BP sorprendieron con un álbum filoso, abrasivo y envolvente. Los mejores momentos pertenecen a esos oasis de melodías en medio de los picos electrificados a los que el grupo suele recurrir (a veces abusando de la pose punk). Un gran retorno, de todas formas.


Hercules and Love Affair, Hercules and love affair
Una actualización elegante, urbana y newyorker de una escena dance bastante devaluada y ahogada en esos horribles DVDS en vivo que editan los DJS superstars. Puaj. Frente a ese panorama, Hercules and Love Affair es un disco bien armado, con buenos temas, y que logra sostenerse más allá de los códigos propios del dance. Con eso le alcanza para estar entre los mejores del año.

Metallica, Death magnetic
Sorprendieron para bien. Por alguna razón escuché "Death magnetic" junto al demoradísimo regreso de Guns and Roses (ver review) y en la comparación salió ganando el de Metallica, que suena a reinvención (saludable) de la música vital que el grupo supo instalar hace muchos años. Como si se hubieran sacudido la modorra de estos últimos...¡18 años!

Hot Chip, Made in the dark
Siguen siendo de lo más prometedor de la electrónica mainstream, junto con Justice y los superiores Royksopp (mis favoritos, de los que esperamos ansiosos su tercer disco). "Made in..." arranca enrredado y loco y después se va poniendo pop y suelta todos sus trucos. Pasa hasta por ¡baladas! para volver a electricificarse y decir siempre algo más, en un trip completo, lleno de emociones.

Fleet Foxes, Fleet Foxes
Una calma casi religiosa le da un toque adictivo a este disco de los oriundos de Seattle, que me recuerdan a cosas de Animal Collective, de los Russian Futurists y sobre todo, de los Hidden Cameras (¿se acuerdan?) El disco más reposado, pastoral y etéreo del año.

Keane, Perfect symmetry
Me sorprendieron los Keane, una banda por la que nunca había logrado interesarme. Grabaron un disco en el que se desintoxicaorn de ellos mismos y transmiten la felicidad por hacer música, eso se nota ¡Hasta coquetean con el Bowie de "Ashes to ashes"!

The Teenagers, Reality check
Un disco que no aparece en las listas de fin de año que estuve revisando, pero que a mi me parece uno de los mejores momentos pop de 2008. Catarata de hits de un eletropop altamente adictivo, con estribillos memorables y pulso dance.

Vampire Weekend, Vampire weekend
Una válvula de escape, una brisa fresca de pop inocente, como concebido por pura diversión.


Primal Scream, Beautiful future
Si bien no fui demasiado benévolo con la crítica del disco (ver review), con el tiempo, "Beautiful..." ocupó su lugar con categoría. Aún a pesar de estar lejos de sus mejores marcas, les sobra para estar entre los mejores del año.


The Last Shadow Puppets, The age of undersantement
Lindo disco, sostenido, de un solo clima extendido. Como si mirara desde los 70´s, o quien sabe desde donde.


Cut Copy, In Ghost Colours
Otro de electrónica buena, que se salga de los códigos ultragastados del dance actual. Hits, sonido espacioso y con vuelo.


Discos: Hot space (Queen, 1982)

Si bien el pico de poderío de Queen se fijó entre 1975 y 1979, hay que convenir que "The Game" (1980) fue un gran disco de rock. Visceral y directo. Lleno de golpe, con mucho swing y poca floritura. Como si el grupo hubiera recortado toda la maleza innecesaria para ganar en transpiración.

Inmediatamente después del soundtrack para "Flash Gordon" vino este "Hot space", un disco que históricamente nunca cosechó buenas críticas pero que en Ultravivido bancamos a muerte. Un auténtico disco ninguneado en la historia del rock. Lo primero que habría que decir es que en "Hot space" los Queen parecieron darse algunos gustitos. El disco los muestra muy cercanos al soul, al funk, pero también al uso de las primeras máquinas de ritmos y teclados sintetizados.

Me gusta mucho ese gesto de querer transgredir, hoy que tantas banditas ínfimas se creen que mueven el tablero y no son capaces ni de cambiar su propia música. Los Queen estaban consagrados, venían de vender miles de discos, tenían todo para arriesgar y se salieron con un disco bastante intrépido, por lo menos.

El arranque, con "Staying power" no es el mejor, es cierto. Ess trompetas son realmente muy grasas. Pero enseguida llega "Dancer", poderoso rock, gordo y lento, donde el grupo empieza a pelar.

Luego comienzan las agradables sorpresas. "Back chat" demuestra la vocación del grupo por hacer- además- buena música. El tema está lleno de arreglos, de espacios (algo inédito hasta entonces en la música de Queen). Suena a noche, a discoteca. Uno de mis favoritos.

Otro momento de experimentación llega con "Body language", un proto funk con máquinas donde Freddie empieza a desatar su desfachatez de loca de escenario. "Give me your body", aúlla. Pero como para que los fans duros y tradicionales no se alteren, el grupo pega dos temas un poco más ortodoxos, aunque con algunas vueltas de tuerca originales: "Action this day" y "Put our the fire". Este último demuestra que la pólvora todavía no se les había mojado y sabían rockear. ¡Uf, poderoso!

"Life is real (song for Lennon)" lo dice todo en su título. Es Freddie jugando a ser John, con piano al frente y todo. Lindo momento. "Life is a bitch", desgrana, como al pasar, hacia el final. En el último cuarto del álbum siguen pasando cosas interesantes, como en "Calling all girls", un tema ambiguo, que comienza acústico y va cargando, hasta ganar terreno y autoridad, como casi toda la música de Queen.

Ya en la tríada final, llega "Las palabras de amor", una balada 100% Brian May, emocionada y con unos teclados muy 80´s que la rompen. Como última gema antes del final llega ese lujurioso coqueteo de Freddie con el soul que es "Cool cat" (¡lo que él mismo querría ser!). Falsetto, guitarras funky, una base con groove. Un tema que Jamiroquai envidiará por siempre.

El disco se podría terminar ahí (ya pasó por estilos, por momentos, fue divertido de verdad) pero falta un cierre de alto vuelo con el clásico "Under pressure".

Queen- discografía cercana
Flash Gordon (1980)- Hot space (1982)- The works (1984). 

jueves, 11 de diciembre de 2008

Discos: L.A Woman (The Doors, 1971)

En las discusiones con amigos siempre sostuve que el mejor disco de los Doors era "Strange days". Hace poco, reescuchando esta otra obra maestra del ´71, tuve que poner en duda mi teoría.  

"L.A woman" tiene mucha actitud. Pero no en el sentido de "aguante". Tiene actitud de decir "hagamos un gran disco". ¿Sabrían los Doors que era el último? Por otra parte, acá no hay un solo tema flojo. Y sobre todo, el disco exuda un rockanroll que convence por todos los costados.

Reescuchando "L.A. Woman" uno termina pensando que en el rock es muy importante no cagarse. Está lleno de grupos de rock que tienen miedo de tocar, de no sonar, de que "las condiciones no estén dadas"... Los Doors jamás tuvieron miedo de tocar. Y acá se sueltan como nunca.

El disco tiene, además, un vuelvo muy "free" en las interpretaciones (escucharlo con auriculares es una fiesta: hay arreglos, ambiente, un audio entre volado y terrenal, entre lo terroso y las luces de una gran ciudad de noche). Y esa cosa "free" gana vuelo en medio de temas muy bien armados. Porque hay que decirlo: el grupo sabia "cerrar" muy bien sus temas ¿Quién los editaba? En ningún caso hay minutos de más o de menos.


Los Doors siempre fueron buenos, además, creando climas. A lo largo de todo el disco hay detallecitos de teclados, climas ominosos, medio fantasmales (chequear la intro de "L.A Woman", "L´America" o "Riders on the storm").

Eso es muy Manzarek, claro. Y algo de Krieger, también. Pensándolo bien, los climas le da un toque medio oscuro a la música, que entraba en sintonía con la imagenería "William Blake" de Morrison. 

Un detalle: nunca me pude sacar de la cabeza la imagen de ese crucifijo pendiente de un poste de luz, en el booklet del disco. Muy, pero muy Morrison.

Un paseo por cada tema de "L.A woman"

1.- The changeling (8/10)
Gran apertura, en plan rock con toques funk. Los Angeles, Camaros, sol, autopistas. Salvaje interpretación de un Morrison que en este disco libera todo su blues. Qué cantante. Como en casi todo el disco, Jimbo se olvida (saludablemente) de sus viajes alucinógenos y baja a la tierra con letras más bluseras. "Vivi en la parte alta de la ciudad/ viví en la parte baja/ vivi en todas partes/ tuve dinero/ no tuve nada/ pero nunca estuve tan quebrado como para no poder dejar la ciudad". Gran interpretación de todos. Y gran final, acelerando el tempo con Morrison gritando "change, change, change".  

2.- Love her madly (8/10)
Siempre me asombró la capacidad de los Doors para hacer canciones, para tratar las melodías de una forma cristalina. Si bien eran salvajes y rockeros (y hasta desprolijos en vivo) siempre supieron redondear el formato canción. "Love her..." es llevadera y saltarina y dan ganas de cantarla.

3.- Been down so long (7/10)
Acá empieza a asomar el lado blusero del disco. "Estuve jodido tanto tiempo/ que esto me parece estar bien". ¿Cómo pudo la voz de Morrison cascarse así en menos de un año? (en "Morrison Hotel" -1970- todavía no estaba ni ahí así...) ¡A otros les llevó toda una carrera!

4.- Cars hiss by my window (7/10)
Los autos silban bajo mi ventana, gran título. Blues de la hora de la siesta. Con mi amigo Emilio siempre subíamos el volumen para escuchar las vociferaciones de borrachín de Morrison en el estudio (hagan la prueba). ¿A quién carajo está cagando a pedos? ¿Al técnico? No se sabe si está arengando a la banda o gritando que se va a la mierda, que no quiere grabar más. Parrafo aparte para el "solo" de guitarra de Jimbo...siempre nos cagábamos de risa en esa parte. En la letra aparecen esos fantasmas del tipo "una chica fría te matará/ en una habitación oscura".

5. -L.A Woman (10/10)
El mejor tema largo de toda la historia del rock. Acá esta todo lo que una banda de rock puede hacer: hay mucho groove. Hay armonías, ritmo, vuelo. Mucho vuelo. Todos los músicos tocan de una manera increíble y Morrison...bueno, él capitanea una intrepretación sublime para entrar y salir de cada pasaje del tema. Con sus picos hace subir a la banda hasta tocar las alturas. Orgásmico.

6.- L´America (8/10)
Acá empezaría el lado 2 del disco. Que tema raro y psicodélico y lleno de detalles. Me encanta. Tiene clima, tiene trip, tiene blues. Le da al disco un aire impresionante, porque después del tema anterior era difícil salir. Gran re-comienzo. Los Doors siempre se salían con alguna gemita, algo medio raro en los discos. Eran imaginativos, les gustaba probar cosas que no habían hecho hasta entonces.

7.- Hyacinth house (7/10)
Otra bonita canción. Contiene las antológicas líneas "Necesito un nuevo amigo que no me moleste/ un nuevo amigo que no me necesite".

8.- Crawling King Snake (7/10)
Vuelve el blues, con un cover de John Lee Hooker. Acá a veces dudo, porque una cosa es los Doors haciendo su propia interpretación del blues- pasado a su música- y otra es cuando hacían covers de standars clásicos (en vivo cubrían "Little red rooster" y no les salía gran cosa). En esta salen bien parados, con un Morrison con mucho carácter, arrastrando el tema. Endemoniadas guitarras de Robbie Krieger.

9.- The Wasp (Texas Radio and the Big Beat) (9/10)
Endemoniada también es la seguidilla de dinámicas, de partes, de retomes, en este tema. Otro approach blusero made in The Doors. Pulso, pulso, tempo firme. Morrison recitando detrás, on left channel. Todo esto está tocado magistralmente, los solos, los arreglos, todo.

10.- Riders on the storm (10/10)
Bueno. El disco ya estaba terminado, de alguna manera. Ya había cumplido ¿Qué más se podía agregar? A lo sumo, un temita más, para cerrar. Pero no: se salieron con esta maravilla. Un cierre ambiguo y magistral del álbum. Algo que se va cayendo, en un eterno fade out. Acá hay jazz y algo de lounge music, climática, espiralada. Chequear la voz superpuesta (susurrada) a la de Morrison. Uno de mis poemas favoritos de Jimbo, sobre todo cuando canta "The world on you depends/ our life will never ends". Y el solo superlativo de Manzarek, con mucho feeling jazzero. Too much.

Y algo más...(bonus)


* "L. A Woman" es un disco que justifica toda una vida de ahorros...¡para ponerse un bar!
* Un disco para escuchar con amigos. Bebiendo. Con sol.
* Un disco de carretera
* Un disco para asado con pileta
* Un disco para dejarse las patillas y usar unas buenas gafas
*Un disco de rock en el mejor sentido del término: libertad, música, vuelo, inspiración.
* El embrión de "L.A Woman" ya está en el "Queen of the highway" de "Morrison hotel" y otros temas de ese disco ("The spy", por ejemplo). Sin embargo, "Morrison..." parece un disco tímido al lado del blues de LA Woman.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Primeras impresiones: lo nuevo de Metallica y de Axl


Después de 14 años de espera, finalmente se editó "Chinese democracy". Lo primero que escucho acá es un barroqusimo auditivo que tiende a cansar. Y- al menos en una primera escucha- falta de buenos temas. ¿Estarán escondidos debajo de toda la parafernalia orquestal?


"Chinese..." no es un disco de rock industrial, al estilo NIN, tal cual se había prometido. Es un disco de un rock bastante pomposo, que habla desde un oscuro mundo propio (hay que reconocer que Axl, a partir de los "Use your illusion" logró construir esa imagen de artista con su propia "visión", sus "demonios" y demás). Sonoramente, si bien no se escucha "atemporal", tampoco remite a un momento actual. No es nuevo: no suena a "hoy", pero tampoco tiene una data espacio temporal precisa.

Si bien Guns mantuvo el nombre, nada está más lejos de la idea de "banda" que este disco. Y eso duele un poco. Pensar que alguna vez fuero una gran banda de rock pesado, Slashes y Duffs e Izzies mediante. Las guitarras ahora suenan a "clínica de rock", a músicos sesionistas. Muy cerca del laboratorio, bastante lejos de la transpiración.

Son 14 temas en más de 70 minutos, creo. Demasiado largo ¡Ya no se hacen discos así, Axl! El disco va recorriendo estilos: arranca rocker y con algunos buenos riffs, y pronto se va a mid tempos algo más interesantes. Pero a la altura del tema 6 (Catcher ´n the rye) se ahoga en su propio peso, en su lava pesada.

Pero de todos modos, está bueno escuchar qué tiene para decir despues de tanto tiempo un artista como Axl. Guns ´n Roses fue una muy buena banda de rock, acrecentada por la nostalgia y por el vacío que dejaron vacante las mediocres bandas pesadas que surgieron después de ellos. Es en ese contexto que vale la pena escuchar "Chinese democracy", supongo. Para ver cómo Rose revalida (si es que lo logra) sus pergaminos.

Lo nuevo de Metallica, en primera escucha, me gustó. Y mucho. A diferencia del disco de Guns, "Death magnetic" suena suelto, free. Esto puede sonar paradójido en una música de fuerte carga estructural, de formas. Pero de todos modos, lo que suena libre y desprejuiciado es el aproach, el feeling. La batería de Ulrich, por ejemplo, nunca satura. Suena potente y precisa como siempre, pero respeta un sonido orgánico que logra hacer volar los temas.

Parece un lugar obvio decirlo así, pero pareciera que los Metallica se cansaron de los discursos, de los prejuicios de sus fans, de todo, y decidieron volver a hacer lo que mejor saben: excelente música pesada.

No soy especialista en Metallica, aunque siempre me parecieron una tremenda banda de rock. No se a que suena el disco (supongo que a algo entre "Master of puppets" y "And justice for all") pero me gusta mucho. Dinámicas, partes, riffs demoledores y una nueva concentración en el espectro blacksabbathiano. El lugar del que nunca se tendrían que haber ido.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Cine: "I´m not there" (Todd Haynes, 2007)

Me alquilé "I´m not there", de Todd Haynes (Superstar, Velvet Goldmine).

Una astuta película, que logra esquivar con indudable elegancia e interesantísimos toques arty los casi siempre recalcitrantes lugares comunes de las biopics sobre músicos de rock y aledaños. Esas con la compulsión de dejar un "mensaje", o un "sentido", un "cierre" a las distintas versiones y opiniones sobre esa celebridad, jugándose por una u otra.

"I´m not there" hace otra cosa, en este caso con Dylan. Termina agrandando el mito de tanto ocultar sus lugares fáciles. De tanto cagarse en las "versiones oficiales". Nada es "oficial" acá. La película agranda el mito por un extraño mecanismo de deconstrucción de influencias- fantasmales, muchas de ellas- a través del tiempo. Una película sobre las partículas que esparce Dylan, desde antes de él, hasta él y después de él.

Un universo donde todos hablan el mismo idioma aún sin conocerse entre sí. Un modo de ser "Dylan" en el mundo, tal vez.

Otra cosa. La película de Haynes habla mucho de Bob sin mostrar a Bob, a no ser por esa sutil imagen final, ya yéndose el último de los 135 minutos de film, con el Dylan "verdadero" tocando su armónica, en un escenario a oscuras. Cuando tiene que ocuparse de él, aparece un Dylan interpretado por una magistal Cate Blanchett. Qué bueno eso: un Dylan- mujer, eternamente empastillado, sexy, pasado de anfetaminas, siempre a tiro con su lengua hiper venenosa.

La peli se ríe, por cierto, de los dylanianos. De los fans "duros". Se ríe de las "biografías oficiales".

Otros dylans que flotan en la peli: un niño negro que se hace llamar Woody Wuthrie; un cantante de protesta incomprendido por su público (interpretado por Chris Bale), un actor de moda incomprendido por su pareja, Billy the Kid. Todos ellos, dylanianos antes de dylan, o con dylan, es lo mismo.

Hay una escena antológica de Bob con unos Beatles empastillados.

Y me gustó el soundtrack, los temas que Haynes eligió. Me gustó a mí que no soy ni ahí un fan de Dylan. Es más, elijo sus canciones con estrictísimo cuentagotas.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Cosecha 08

TV on the radio, Dear Science (DGC/ Interscope, 2008)

Los newyorkers de TVOTR siguen siendo una de las bandas mas interesantes de estos años de hiperinformación. En "Dear science" parecen haber encontrado un punto de fuga hacia un lugar más luminoso, menos tortuoso e intrincado y más volcado a la apertura rítmica funk que siempre destilaron. Soul posmoderno y post-dance.

Sin embargo, a poco de empezar a recorrer el álbum, se echan en falta ese par de canciones que quitaban el aliento, como en su segundo disco, "Return to cookie mountain".

Lo que es interesante en TVOTR es la fórmula (esa cosa dark-funkera electrificada e hipnótica). Pero la fórmula, sin temas, a veces se cae por su propio peso. "Dear science" es un disco correcto, que se las agrega para pasear por ritmos y climas, pero que no agrega demasiado a lo que el grupo mostró hasta acá.


Quiet village, Silent movie (K7, 2008)

Si hay un disco "ecléctico", ese es "Silent Movie". Arranca como easy listening ambiental ("Victoria´s secret") y sigue como funk de un spaghetti western imaginario, craneado por un Ennio Morricone electrificado ("Circus of horrors"). A la altura de "To high to move" (track 4) la cosa se pone realmente encantadora, con un pulso mid tempo flotante y mucho background soulero detrás. Este es el mejor momento del disco.

Pero el recorrido de citas (ese peligroso "eclecticismo" que mencionamos mas arriba) da su primer paso en falso con "Pacific rhythm", un incomprensible reggae que parece sacado del peor Morcheeba. ¡Qué lastima, el disco navegaba tan lindo! En la segunda mitad, SM retoma por pasajes cuasi atmosféricos (cita casi textualmente y sin demasiada gracia al "Pyramide" de Alan Parsons) y se va ahogando en cierta intrascendencia chill out (que palabra vieja!) en la que parece perderse.
* Quiet Village es el proyecto de Matt Edwards (Radio Slave) y Joel Martin. Remixaron, entre otros, a Gorillaz.


Matmos, Supreme balloon (Matador Records, 2008)

El nuevo disco de Matmos es un extraño experimento de sintetizadores, a través de un devenir verdaderamente peculiar. El trip se va desdibujando de forma encantadora a medida que deja minutos de música detrás. Terminamos en un lugar bastante alejado de donde comenzamos el trayecto. Y eso está buenísimo.

Son apenas unos 44 minutos de una música -al menos en su primera mitad- difícil de atrapar. Lo abstracto de lo abstracto. La música de Matmos, aquí, no remite a nada. No tiene punto paisajístico, no habla de nada del mundo conocido.

En el comienzo ("Rainbow flag") yo escucho cita a The Residents. Una música alocada en plan "dadaísmo abstracto". "Polychords" levanta con pulso bailable (bah, bailable en Matmos es mirarse al espejo con cara de dormido y mover los hombros, la cabeza, intentar un break-dance roto y mal articulado).

En "Mister mouth" y "Exciter lamp" (tracks 3-4, el pico abstracto del álbum y el colmo de los jueguitos electrónicos a los que juega Matmos) la música parece surgir de cosas rotas, cables en corto, osciladores que se volvieron locos. Una verdadera mini sinfonía del desastre post-post industrial. ¡Lo que ningún cineasta todavía se animó a mostrar! Uno mira los parlantes, las paredes...¿hay algo roto? ¿el sistema se volvió loco?

"Les Folies Francaises" es algo así como música de corte del siglo XVIII hundida en cromo. A partir de acá, el disco entra en otro terreno, que va a explorar largo y tendido en el experimento kraftwerkiano (vía "Autobahn") de 24 minutos que es "Supreme balloon" (track 7). Amplio relax, ahora sí, paisajístico. El álbum cierra con la reposada y soñadora "Cloudhopper".

jueves, 6 de noviembre de 2008

Locura

Sábado a la noche, reunión informal con amigos, en casa. "Para escuchar música".

En un momento, de "escuchar", y sin solución de continuidad (¿se dice así?) pasamos a "bailar". Insisto, no hubo un quiebre. Fue un continuo, un mismo movimiento que se transformó. Nadie se tuvo que "animar", nadie tuvo que "insisitir" (siempre odié a esos que en las fiestas te gritan "¡dale amargo!" y te tironean de la remera).

Bailamos con vinilos (¡que snobs!).

Pero lo que quería contar es una comparación que me surgió en el momento mismo de entregarme (yo también) al baile. Pusimos viejos discos de Virus y (mas) nuevos discos de Babasónicos. ¿Y saben qué? Sentí que los de Virus eran infinitamente superiores para hacernos entregar al arrebato, a la fiebre (términos tan pero tan Moura) del baile.

La música de Virus...cómo decirlo...es -en sus mejores momentos- un ritmo corporal, físico, que se deja bailar. No tiene complejos. No teoriza. Nos acaricia mientras bailamos, para hacernos olvidar del cuerpo inclusive.

En la pista, por así decirlo, le ganó por muchos, muchísimos cuerpos, a esa otra música que todo el tiempo, desde la teoría, pregona valores que rara vez logra alcanzar.

Si, Virus fluía. Daban ganas de bailar, toda la noche.

Te prometo una cita ideal/ adorando la vitalidad.

Cine: "in Bruges" (Martin McDonagh)

Mi amigo Fede me recomendó ver esta peli. Yo no tenía ni idea. Encima, el titulo en castellano no prometía mucho que digamos. Pero fui. Y me gustó.

Una peli rara. Trabaja sobre un inverosímil que choca con el drama y por momentos lo hace saltar en pedazos. Te interpela (¿esto es una joda? esto está pasando en serio?).

Sentido del humor para despertarte un poco. Un humor británico, en el fondo. Cáustico. Algo al estilo Guy Ritchie, tal vez, cruzado con esos diálogos pavotes con apariencia de perfecta lógica en si misma, marca Tarantino. Pero la peli logra escapar a esos lugares comunes del cine post Quentin. No tiene un soundtrack apabullante, por ejemplo. Apenas música clásica, de fondo, que contrarresta el absurdo y le da ese toque de belleza rara junto con una impresionante fotografía.

La belleza es la de la ciudad. ¡Vamos a Brujas! fue el comentario al otro día de verla, con los amigos. Porque en el medio de todo ese absurdo hay una ciudad bellísima. La muestra de todas las formas posibles: de día, de noche, con niebla, con sol, nevando.

"In Bruges" es como si estuvieras viendo una peli de acción que no es. O un drama que no es. Que nunca llega a ser. Pero te reís. Bah, yo me reí bastante en el cine. Nadie se reía.

Bien Collin Farrel. Una especie de simio-hooligan irlandés que odia la cosa medieval de Brujas y lo único que quiere es ir al pub. Lo que al principio parece una sobreactuación cargosa, termina haciendo sentido. "In Bruges" tiene algo de rockera, en el fondo. De no me importa. De dejarse llevar.

Algo para ver. No es poco.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Reviews: "Off with their heads" (Kaiser Chiefs, 2008)

¡Volvió la alegría!

Apenas 18 meses después de su segundo disco, el enojado y un tanto "seriote" (aunque correcto) "Yours truly, angy mob", los Kaiser Chiefs recuperan el oxígeno y recargan las baterías para entregar este energético "Off with their heads". Un disco que pretende retomar allí donde dejó el fiestero debut, "Employment".

Para recuperar el pulso arriba, los Kaiser volvieron a abrevar en una de sus influencias más saludables (a mi gusto): ese tonito irreverente y mordaz, marca XTC, más algo -muy en el fondo pero siempre presente- de los geniales Madness. Ya con eso basta para superar el acartonamiento del que pecaba "Yours truly.." y recuperar el sentido del humor perdido. Se nota, sobre todo, que volvieron a divertirse tocando y armando temas.

En ese sentido, esos breves 18 meses no son un detalle menor. Los de Leeds reaccionaron rápido ante la señal de alarma que indicaba "aparente pérdida de frescura". Lograron salir a flote más que a tiempo.

El disco
Después de un comienzo algo fallido (no se entiende bien que quisieron hacer con ese "Spanish metal") el disco empieza a engranar. Una gran seguidilla de temas, la del 2 al 5. "Never miss a beat" es hit instantáneo. "Like it too much" es 100% XTC, y "You want history" es bailable y tonta y ochentosa. Synth pop travestido y acomodado a su esquema de guitarreo, que sobre el final muestra los dientes. "Good days bad days" (track 6) es divertido y baja un poco los decibeles, aunque mantiene la vibración. "Tomato in the rain", continúa en esa veta de mid tempos paseanderos. ¡Inglaterra bajo el sol!

Quizás la segunda mitad del álbum decaiga un poco, con un par de temas flojos (Half the truth, Addicted to drugs). Pero nunca se cae del todo. Una sola balada, apenas, para cerrar el álbum. Esa pequeña gema harrisoniana ("Remember you´re a girl") es una de las pocas "novedades" (junto con el coqueteo dance que ya mencioné, de "You want history") dentro del esquema del grupo. Los KCH no se caracterizan por ser la gran novedad (con clásicos, beben de la gran tradicíon brit) pero saben armar temas, que no es poco.

Producido por Mark Ronson y mezclado por Andy Wallace.
Coros de Lily Allen y New Young Pony Club.
Rap by Sway ("Half the truth").

Reviews: "Dig out your soul" (Oasis, 2008)

I
Oasis se agotó rápido. En el tercer disco ya no daban para más. Pero a pesar de todo, los seguimos escuchando, porque en el fondo siempre nos cayeron bien. A mí a esta altura ya me gustan por insistentes. Por insistir en su tosquedad, en su forma rústica de entender el rock. Me enternecen.

Liam es un gran cantante, hay que decirlo. El es el único que sigue salvando la bandera rockera del grupo. Aparte, siempre guitarrearon bien, algo que no todos saben hacer. Y siempre hay chances de encontrarles un gran tema, o dos, por disco. Y por último, no hay otros como ellos. Aunque busquemos, no los hay. Grupos grandes que sepan hacer temas en la vieja escuela. Con autoridad REAL, sin impostura, o sin "tanta" impostura, que mas da. A ellos les podemos contar más de 15 temas buenos ¿habrá algún grupo- de los 90 para acá- que los puedan igualar?

II
Hay algunas cosas que Oasis siempre hizo bien:
a- los ataques a las estrofas (esos arranques plenos de cultura rock en la gran voz de Liam)
b- los puentes, estribillos y caídas melódicas. Recién en la tercera escucha aparecen esas melodías "de segundo nivel", sepultadas a primera escucha, que te matan.

Hay algunas cosas que Oasis siempre hizo mal:
a- Los finales de las canciones. Esa cosa de estirar, de irse desinflando, que le hace perder efectividad a muchos temas. En este nuevo disco, hasta cierto punto, lograron controlarlo.
b- Salvo en algunos discos, no saben balancear muy bien la intensidad del "recorrido". Saturan, muchas veces, el audio, para terminar cansando en la escucha.
c- En el fondo, son un grupo aburrido de escuchar. Después de grandes comienzos, enseguida se "amesetan", y a mitad de los temas siempre los querés sacar.

III
"Dig out your soul" son once temas en cuarenta y cinco minutos. Suena metálico y cavernoso. Y con un tinte psicodélico sobrevolando todo. Es un disco de detalles, de hilado fino. Hay mantras. Hay cuerdas y ambientes. Hay dosificación del guitarrreo, como en "Standing on the shoulder..." (00). De ahí que el disco esté, en verdad, lejos de ese "retorno a las fuentes" que algunas críticas anuncian. Nada de eso. Es un disco craneado, de "producción".

Se me ocurre que el disco tiene un vicio parecido al de los últimos discos- por ejemplo- de Mc. Cartney ("Chaos and creation", etc.). Están producidos de manera de querer sonar como una vuelta "al origen", a lo natural. Pero esa vuelta es falsa. Es maquillaje.

Es cierto que "Dig out..." tiene -claramente- muchas más y mejores intenciones que todos los discos que el grupo grabó desde "Be here now" (hace 11 años!!) para acá. Hay ideas, hay ganas de cambiar y sacudirse la modorra. Pero no alcanza, sobre todo porque (y esto es lo paradójico en un grupo "cancionero" como Oasis) lo que faltan son los temas. Después de cierta sopresa inicial...sobrevuela la idea de que algo falta.

IV tracklist
"Bag it up" (8/10) se monta sobre un ritmo potente, y su ancho de espadas es la resolución media del estribillo. Todos los trucos de Oasis están aquí. Innecesaria coda final, al tema le sobra un minuto y medio, mínimo, pero es de lo mejor del disco, igual.

"The turning" (5/50) no agrega nada nuevo. Su innovación es solo aparente, con ese ritmo y su piano lejano. La típica construcción "Oasis" para llegar al estribillo. ESta bien, de todos modos.

"Waiting for the rapture" (8/10) entrega un ritmo de cabalgata eléctrica cantada por Noel. Hallazgo melódico 100% lennoniano. Buena electrificación. Sospechamos que el grupo está experimentando y sacudiéndose el polvo y el estancamiento. Lo mejor de la trilogía inicial.

"The shock of the lighting" (6/10) es el hit, y el tema que clarifica el aspecto cancionero.
La cosa venía densa y psicodélica, y con "The shock..." ponen las cosas en su lugar, para tranquilidad de los busca-hit (estos temas ya les deben salir de taquito).

"I´m outta time" (7/10). Es la balada clásica. Acá empieza otro tramo del disco, donde decaen bastante bastante. No está mal, igual. Me gusta el comienzo, lejano y psicodélico. También, de los temas que les salen de taquito. Mucha cita Beatle ("A day in the life", por ejemplo).

"(Get off your) high horse lady" (6/10).
Acá empezaría un hipotético "lado 2". Aires folk que recuerdan un poco el modo de cargar del "Fade in-out" de "Be here now", aunque el tema amaga, pero se queda ahí. Hay cositas de audio interesantes: percusiones, ambiente. Uno de los tantos ejercicios de "energía contenida", como a lo largo de todo el disco.

"Falling down" (6/10) está inspirado rítimicamente en el "Tomorrow never knows" Beatle. Canta Noel.

"To be where there´s life" (7/10) arranca con cítaras en reversa, algo que ya habían probado en "Who feels love" (00). Un mid tempo relativamente interesante, con mucha energia contenida, que se abstiene de estallar. Muy buen tema.

"Ain´t got nothing" (5/10) retoma la electricidad y hace levantar el disco un poco al punto del comienzo. Ritmos que se doblan. Uno se pregunta por qué mierda no canta todos los temas Liam. El otro es insoportable.

"The nature of reality" (6/10) es un mid tempo a la T. Rex, pero con Liam al micrófono, que vuelve a plantar la bandera rocker. No está mal, tiene buenas guitarras y hasta palmas.

"Soldier on" (7/10). Para cerrar, un mid/slow tempo algo colgado. Cámara en la voz, psicodelia de panderetas y ecos. Me hace acordar al cierre-cuelgue de "Standing on the shoulder...", con "Roll it over".

viernes, 10 de octubre de 2008

Darditos contra el periodismo de rock

Copio a Petti, en la editorial de La Mano de agosto (la de Pappo en la tapa). Intercalo mis comments...

..."Porque en una enorme mayoría, el periodismo de rock no es otra cosa que un puñado de pequeños seres insignificantes, chupamedias y temerosos de Dios. Temen a sus jefes, temen a una compañía discográfica, temen encontrarse con el dueño de la pandereta de un disco de Nito Mestre, o aún peor, temen a la crítica de sus compañeros, del "qué diran"...

..."Los periodistas de rock discuten y discuten sobre cualquier tema. El 70% no tiene debate serio. Solo enciman datos sobre los datos de los demás".
Efecto paradójico. Si hay una época de encimamiento de datos, claramente es esta. Lo positivo: se acabaron los periodistas "especializados", que traían "info" de lugares inhallables. El saber se "democratizó" (uf que palabra fea). La inteligencia está -obivamente- en qué haces con toda esa data. Y ahí sí, está lleno de pelotudos que repiten, repiten, repiten, sin relacionar nada. Otro efecto colateral y odioso: los que se piensan que porque tienen "data" están al día. Conozco blogs que "recomiendan" discos, se jactan de tener "novedades" que nadie conoce. Más allá de la tierna inocencia, lo que se ve es una total miopía a la hora de entender en qué momento están los medios. Esos conceptos de "novedad", "exclusiva", etc, quedaron totalmente atrás.

"...del gusto del periodismo de rock que todavía se alegra cuando la discográfica le envía un doble de Billy Joel, el cual puede ser canjeado por otro de música más compleja, hermética que se perderá entre los libros o no será escuchado dos veces".

"Pappo te iba a conectar con el troglodita que uno lleva adentro, ese troglo con el que todavía muchos periodistas no pueden lidiar a la hora de criticar un disco de Divididos. ¿Por qué? Porque en realidad no les gusta, pero no saben como decirlo".
Lástima que lo diga Petinatto, director de una revista llena de dinosaurios que ya no piensan, repiten el discursito de La Cueva y de Tanguito hace 40 años (honrosa excepción de Schanton y algo de Fernando García). Una revista dedicada básicamente a mirar atrás. Pero bueno, la idea está. Me gustó lo de "no saben como decirlo". Sutil, Petti.

"...a los que desde su cajita de vidrio de gaseosas berretas miran a los demás intentando averiguar que es lo que les gusta a un millon de personas cuando ni siquiera pueden ya con la paciencia de escuchar un disco entero".

El periodismo de rock es como el periodismo deportivo, o como cualuqier periodismo de círculos reducidos. Viven de privilegios, defienden un status quo, creen que llegaron ahi por un "saber" (el mas odioso de sus pecados!) y luchan con uñas y dientes para defender su lugar de privilegio. Fuk you all. Ya nadie los escucha. Por suerte.

Cierra Petti:

"Oh periodistas de rock, que suerte que no ganamos esta batalla del saber y el conocimiento. Qué deprimente hubiese sido ¿no lo creen?

lunes, 29 de septiembre de 2008

Top Five: 5 escritores favoritos

Cambio de escritores favoritos a cada rato. Pero desde hace un tiempo este Top Five se mantiene, a pesar de algunas leves modificaciones.

1.- John Irving. Leer a Irving es como comerse una hamburguesa completa, con papas fritas y todo. Así de suculentas son sus novelas, que nunca bajan de las 500 páginas y tienen- literalmente- de todo adentro. Favorita: A prayer for Owen Meany (1989).

2.- Carson Mc. Cullers. Una escritora de una sensibilidad mínima y atenta. Con muy poco, Carson entrega un mundo vasto, profundo, donde lo "raro" es un tic de pertenencia. Favorita: Frankie y la boda (1946).

3.- Thomas Pynchon. La metástasis narrativa. La literatura en constante expansión, en un autor de novelas "que se las arreglan para abarcar todo el universo, desde el Big Bang hasta la entropía" (Rodrigo Fresan dixit). De alguna manera, Pynchon es un escritor rockero. El más rockero, y uno de los pocos que puede linkear con esa otra cultura (la literatura- a veces pienso- casi por definición está en otro lado que el rock, porque adora la "estructura" y su camino es siempre hacia el "orden", aunque sea de vanguardia). Favorita: “V.” (1963).

4.- Corman Mc. Carthy. La frontera mexico- norteamericana como escenario de un narrador de climas magistral. Una prosa superlativa, de esas que se leen despacio, paladeando cada remate de párrafo.

5.- Marcelo Cohen. El escritor de ideas que ayuda a pensar en ese futuro "a 5 minutos de aquí". Nuestra relación con la tecnología, con el poder y la política. Imaginación y más imaginación. Favoritos: los relatos cortos de "El fin de lo mismo”, la nouvelle “Inolvidables veladas” y la novela-río “Donde yo no estaba”.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Mercury Rev, "Snowflake midnight" (2008)

Llevo varias semanas picando este disco (la tapa es realmente impresionante). Lo pongo, lo dejo correr. Hago cosas en la casa y las canciones se suceden. Unos días después, vuelvo a hacer lo mismo.

Pero todavía no se qué pensar.

Arranca increíblemente bien, con "Snowflake in a hot world". Un tema de ritmos extraños que entran y salen. Tanto hizo, tanto empujó la canción, que un día tuve que sentarme a escucharla detenidamente. "Butterfly wing" también está bien, y "Senses on fire", con su mantra que explota, sorprende.

La banda parece haber encontrado la receta magistral para contenerse y estallar, a su modo. Lo peor que le puede pasar a los MR (y es eso lo que me temo, secretamente) es que se hayan "profesionalizado", ahí donde antes hacían magia de verdad. Ya les pasó en el flojo "The Secret Migration" (2005). En teoría, en ese disco, está todo en su lugar. Todo está bien hecho. Y ese es el problema. Una receta fría.

Donde había Arte, ahora hay artesanía.

A la altura del tema 5 de este "Snowflake..." ("October sunshine") empiezan las dudas. Es un interludio instrumental con sonidos de teclados muy remanidos. Casi "new age".

El resto del disco navega por climas celestiales, como si flotara de noche. Lástima que con recetas demasiado probadas, ya.

martes, 9 de septiembre de 2008

Notas sobre Bloc Party (Intimacy, 08)

La misma tarde escucho "In rainbows" y este disco. Siento- un poco con tristeza- que Radiohead está agotado. Me aburro y lo saco. "Intimacy"-en cambio- al menos me interesa. No se si me gusta, pero por lo pronto lo dejo correr, que no es poco. Sigo esa pista. No me pregunto demasiado. Veo que pasa.

Bloc Party: un grupo de alternancias. Un grupo nervioso. Intimacy sube y baja. Para volver a subir. No me gusta cuando suena forzados (lastima: es el 60-70% del tiempo asi). Forzados a sonar "potentes". O mejor dicho, "energéticos". A veces de verdad transmiten energía. Escucho un remoto link con Maximo Park en el uso de las dinámicas y las histerias vocales. Pero no. Bloc Party es mas sucio y noisy.

Pos- industriales, por momentos. Rotos. Descerrajados. Todo lo que vino tras Franz Ferdinand en eso de guitarrear.

Cuando uno escucha grupos nuevos (digamos, cosecha 2003 para acá) las influencias y citas están muy ahí, muy evidentes a veces. Son los chicos de la generación YouTube, etc. VIERON el rock, la historia grande, en la pantalla. SABEN. Conocen, ya.

Lo que hace a Intimacy interesante está en esos pasajes raramente bellos. Ciertos momentos de reposo...bien construidos. Raros. Pero lindos (track 6, "Signs").

Bloc Party es un poco lo que es el rock hoy, o en que lugar está. Algo hibrido, entre la electronica, el pulso, las ganas de redefinir todo aunque todavia sin saber muy bien como.

jueves, 28 de agosto de 2008

Sobre "Paranoid park" de Gus Van Sant

Primero, Paranoid Park es un lugar físico. Una pista de skate construida por unos adolescentes en Oregon, Portland. Allí se "adquiere experiencia" (drogas, delincuencia, historias densas). Segundo -y paralelamente- Paranoid Park es un estado entre onírico e imaginario, a la manera de un sitio- talismán, un centro de gravedad que atrae irremediblemente hacia sí, puro mérito del bellísimo lenguaje que encontró Gus Van Sant para mostrarlo.

Porque Paranoid Park -la película - construye toda su magia a partir de un descubrimiento estético notable: la extracción de belleza a partir de la velocidad (lenta) de las cosas. Hay una obsesión, un cuelgue, en esos momentos de cámara en mano, Super 8, que filma a los skaters volando por el aire, por ejemplo. Apenas comenzada la peli ya hay una escena de esas, que se van a repetir casi insistentemente después. La pista, los rayos de sol, las rampas. Pero sobre todo, los cuerpos y sus ondulaciones.

Y la clave adolescente. Van Sant encuentra la forma de aniquilar el lugar común en el modo de filmar chicos y chicas en esa edad. Ese lugar común que sugiere torpeza, edad del pavo, movimientos desalineados. Lo que en otro cineasta hubiera sido lugar remanido, en VS es el descubrimiento de una belleza intrínseca. Con sus propios códigos. Lo que nos muestra, en esa lentitud de irresistible seducción, son los códigos de ghetto, de tribu: pantalones XL flotando, cayendo, mostrando vientres lisos e imberbes; zapatillas, tablas, canguros. Por momentos la música ambiental se detiene y quedamos en un suspiro, mirando. La lección es: la belleza se construye, con los elementos propios del cine.

Esto es lo que más me gustó. Después, claro, hay una historia. Hay un dramatismo que se desencadena en bloques, en etapas, complejizándose, dando lugar a elucubraciones tenebrosas. Si bien la historia atrapa, al salir del cine sentí que no era lo más importante. Me había quedado colgado con la música de Elliott Smith y esas tablas volando, y los destellos de sol tapando la lente.


miércoles, 6 de agosto de 2008

Reviews: "Carried to dust", Calexico (08)

Lo primero que pienso cuando suenan los primeros acordes de "Victor Jara's Hands" es que los Calexico volvieron a un lugar conocido. Cuando observamos el arte de tapa (con esas tipografías y dibujos de comic) la idea de un retorno al hogar va tomando más fuerza aún. Pero no se trata de una vuelta atrás (que podría sonar lógica luego de ese tibio paso en falso que fue "Garden ruin", un disco algo aburrido, donde el grupo dejaba de lado su costado más ambiental y rycooderiano para meterse de lleno en el corazón de unas canciones meditabundas). Enseguida entendemos que lo que se propone aquí es un resumen, un balance de ambos aspectos del grupo, el paisajístico y el songwritting.

Pero avanzando en "Carried to dust" (ahí nomás, a la altura de "Writer's Minor Holiday", track 5) uno se pregunta si Calexico no está corriendo el riesgo de repetir su fórmula, en gran parte, la que diseña su ambiente sonoro, la que en otros experimentos notables de estudio le otorgó ese color a polvo tan especial. Lo que suena en este álbum es la falta de aventura, de riesgo, de lo novedosa que se nos presentaba la experiencia a medida que se iba descubriendo (como por ejemplo en el magistral "Feast of wire"). En "Carried to dust" ya sabemos, más o menos, lo que va a pasar.

Reviews: "Beautiful future", Primal Scream (08)

Primal Scream es de esas bandas a las que siempre les vamos a pedir más. Por la sencilla razón de que ya demostraron- no en una sino en varias ocasiones- que estaban un paso más allá, anticipando lo que venía. En ese sentido, los escoceses parecen formar ese team de grupos (con Sonic Youth, con Stereolab, entre otros) que sonarán siempre como sinónimo de "modernidad". ¿Será este un regreso en forma para los de Bobby Gillespie después de ese disco de transición que fue "Riot City Blues"? Los produce Paul Epworth (Bloc Party) y Bjorn Yttling, de Peter, Bjorn & John. Pasen y escuchen...

"Beautiful future" abre el disco de manera energética, bien arriba. Un tema para manejar autos veloces y mirar la ciudad pasar. Suenan unas campanas que le dan un timbre especial al tema.

En "Can´t go back" los escuchamos cercanos al sonido de The Klaxons, con una melodía repetitiva y adictiva montada en plena adrenalina rítmica. Forma un tándem con el primer tema y le dan un comienzo bien arriba al disco.

"Uptown" los trae de nuevo a sus frecuentes coqueteos con el soul. Es un mid tempo agradable que baja un poco los decibeles del álbum pero le otorga un sabor más funk.

En "Suicide bomb" Bobby Gillespie canta como si se acordara de sus viejos amigos de Jesus and Mary Chain. El estribillo (montado sobre machacantes baterías) recuerda los trips-noise-tribales de los hermanos Reid. A esta altura el disco quizás se haya caído un poco con respecto al comienzo.

Para la segunda mitad, "Zombie man" quiere volver a poner las cosas en algún lugar entre "Come together" y aquellas piezas entre soul y funkeras de "Give out but don´t give up" (un disco aún polémico). Nunca entendí estos gustos entre gospel y soul del grupo, a decir verdad.

"Beautiful summer" (otra vez la palabrita "beautiful") es un mid tempo suave y calmo, con manejo de climas y la voz de Bobby en estado de reposo. A esta altura, el disco ya recorrió varios estilos y tempos. La letra dice "love is a drug/ love is a demon".

"I Love To Hurt (You Love To Be Hurt)" los muestra en lenguaje electrónico, retomando el sonido de "Evil Heat" en un clásico ritmo arrastrado marca de fábrica que luego se suelta y levanta vuelo. Algo en la construcción de la métrica de la estrofa me hace acordar a "Go let it out" de Oasis. El disco se vuelve a poner interesante, después de ir y venir un poco a los tumbos.

Con "Over and over" (tema 9, casi ya terminando el álbum) nos damos cuenta que todo el disco está marcado por estas subidas y bajadas y nunca terminará de engranar. Esta es una balada con fondos de slide guitars y ese tufillo a cosa ya probada en "Star" o en "Damaged", de "Screamadellica".

"Necro Kex Blues" quiere levantar otra vez la puntería a base de ese rock que los PS saben tocar pero que a mí nunca me convenció demasiado. Sonido orgánico que los lleva de nuevo al punto de partida. Para levantar el volumen (un poco) otra vez.

BF sigue un poquito más con "Urban guerrilla" (un rock intrascendente en la veta de "Rocks") y "13 Time Of The Assassins", donde reflotan los instrumentales de carretera. Y así. El disco no está mal, pero deja sabor a poco, y sobre todo a cosa ya testeada. Una especie de paseíto liviano por la galería de estilos que alguna vez el grupo innovó.

miércoles, 11 de junio de 2008

Discos: For Emma, forever ago (Bon Iver, 2008)

Buen invierno para todos


"Bon Iver" es una especie de malformación de un augurante "buen invierno" ("Bon Hiver") y el alias de Justin Vernon, músico norteamericano de 27 años oriundo de Wisconsin. 
 
Y un "buen invierno" es, de alguna manera, lo que podría resultar de la compañía de este disco mínimo, pequeño, que es "For Emma, forever ago".

La historia cuenta que Justin venía mal: de amores y de negocios. Por un lado se había disuelto su anterior banda, De Yarmond Edison. Por el otro, un nombre propio (femenino y con "E" de "Emma") provocó el sacudón de dolor vital para que entre una cosa y otra Vernon necesitara, imperiosamente, colgar todo y alejarse. ¿Adónde? A una solitaria cabaña en los bosques de North Wisconsin, a unos 150 kilómetros de Eau Claire, el sitio donde había nacido.

Mirando la nieve caer

Justin se llevó una guitarra y un viejo equipo de grabación, y con eso -y mirando la nieve caer- fue dando a luz las nueve canciones que formarían su primer álbum en solitario. Nueve canciones que apenas rozan los 35 minutos y conforman un disco intimista, de hogar de leños y ventanas empañadas. 

Lo que se escucha es esa guitarra rasgueada -en la tradición de Nick Drake- pero también un sutil y funcional background de percusiones, pianos, sintetizadores levemente fuera de foco y coros en los que el falsetto de Vernon (algo así como una mezcla de TV on the Radio y Anthony & the Johnsonns) parece doblarse en un juego de espejos infinito.

En cuanto a las canciones, nunca es fácil -desde la contemporaneidad- juzgar su estatura. Vivimos una época que nos obliga a desconfiar un poco de esas producciones sagaces y engañosas, capaces de "reproducir atmósferas" más fieles que lo real, allí donde lo real a veces no está. Así que simplemente, escuchemos.

Porque la fórmula y el audio intimista de Bon Iver prometen, sobre todo para aquellos que regulan biológicamente en sintonía con los taciturnos humores de John Martyn, Tim Buckley, Elliott Smith y demás songwriters de voces tristonas y melancólicas.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Discos: "Tinderbox" (Siouxsie and the Banshees, 1986)

Otra obra maestra de Siouxsie y sus Banshees

Al promediar los 80´s los Siouxsie and the Banshees (una de las bandas más subestimadas del Post Punk y tal vez de la historia del rock en general) entraron en un período de madurez creativa y coqueteos pop diversos. Y a mediados de la década alcanzaron una nueva obra maestra con "Tinderbox"

Un álbum sólido y a menudo subvaluado en las lecturas de la discografía de los londinenses, tal vez por ser "portador de hit" (incluía el radiable "Cities in dust") en un grupo "de culto". De hecho, hay que recordar que el álbum llegó a editarse en Argentina, con otra tapa y un horrible cartelón que anunciaba "¡Por fin, Siouxsie and the Banshees!". Sin palabras.

Musicalmente, "Tinderbox" es otro disco pesadillesco y noctámbulo de los Banshees, con dos o tres claves que lo convierten en un monumento sonoro sofisticado y ornamentado. Por un lado, los inventivos y "perfumados" arabescos del guitarrista debutante John Valentine Carruthers, montados sobre el poderoso arsenal baterístico de Budgie (uno de nuestos bateristas favoritos de todos los tiempos) que aquí suena más variado y expresionista que nunca.

El tercer elemento sobresaliente, por supuesto, es la avasallante personalidad vocal de Siouxsie, una cantante que hace rato viene reclamando sus laureles de "Reina de la Oscuridad" ante tanta nenita nueva que juega a la cantante "Emo" y "Oscura". ¡Cuánta autoridad para lograr matices, giros, expresionismos!

Por último están estos poderosos ocho temas que hacen de "Tinderbox" un álbum consistente. El comienzo es con el torbellino de "Candyman": pura sucesión de dinámicas y coros endemoniados en un up tempo agresivo pero refinado. "The sweetest chill" es una gema sofisticada, llena de detalles y arreglos en lo más alto de la producción Banshee. La densidad tortuosa de "This unrest" le da pie al gancho de "Cities in dust".

Edición argentina de "Tinderbox"
Pero la segunda mitad no decae: "Cannons" agrega colores acústicos y rasgueos a la firme percusión de Budgie: otra maravilla de art rock ornamental. Para el final, la banda tira toda la carne al asador en los polirritmos y entrincados arreglos de "Lands end": una pesadilla nocturna que pasa de los arpegios a los riffs y de los susurros a los aullidos, sin detenerse nunca.

"Tinderbox" pertenece a la época (¿la última? ¿los 80?) en la que todavía había tiempo para grabar discos "arty", fuera de tiempo y perdurables. Cranear un sonido y un ambiente que le fueran propios y concebir universos que parecían cerrados sobre sí mismos.

"Tinderbox" se grabó en los legendarios estudios Hansa by The Wall, en Berlín, en 1985.

jueves, 8 de mayo de 2008

Top Fives: discos para otoño (II)

Stereolab, Dots and loops (Elektra / Wea, 1997)
Los Stereolab, definitivamente, SON un sonido. Uno solo, que se repite en varios discos, con pequeños matices. Este es mi disco favorito, uno que se puede poner y dejar y no aburre. Tiene la calidad y calidez de los muebles de diseño. Es lounge y es cool y cuando lo escucho pienso en bufandas y calles con hojas amarillas.

The Church, Gold afternoon fix (Emd Int´l, 1990)
The Church es una de mis bandas "de 6 puntos" favoritas. Siempre necesito escucharlos, para volver a esa melancolía congenita. Este es uno de mis discos favoritos, y tiene el tema "Metropolis", una de esas canciones que cuando terminan la podes volver a poner.


The Jesus and Mary Chain, Darklands (Rhino/ WEA, 1987)
Para mi este es EL disco de los JMCH. Es atemporal, tiene hermosas canciones para cantar y maneja un clima general de obra maestra relajada, que sabe que va a perdurar. Con "Darklands" pienso en campos en otoño.



Luna, Penthouse (Elektra/ WEA, 1995)
...Y si "Darklands" es campestre, "Penthouse" es la ciudad. Y cayendo la tarde, encenciéndose. Este es un disco tremendo: nunca me aburrió y está lleno de buenos momentos. "Chinatown "es un tema inoxidable, de esos que me llevaría para siempre.

Brian Eno & Harold Budd, Ambient 2: the plateaux of mirrors (EG, 1980)
Hojas que caen, calles solitarias. Mirar todo desde una ventana. Y nada más. Tiene una melancolía que me duele en el estómago. Es de una belleza casi sobrenatural, por momentos. Y si, es para el otoño.