lunes, 28 de febrero de 2011

Discos: Stoned and dethroned (Jesus and Mary Chain, 1994)

En los 90 fue desvaneciéndose poco a poco el poderío de los Jesus and Mary Chain. Aquella gran banda de los hermanos Reid con melodías inoxidables (en plan Beach Boys/ Ramones), estética imperturbablemente Velvet y la pared de guitarras y ruido blanco como sistema.

Un grupo- todavía hoy- no valorado en su justa medida.

Los grandes discos de los 80´s ("Psychocandy", "Darklands", "Automatic") ya habían quedado atrás, de hecho, cuando en 1994 los Jesus decidieron apagar el Distortion y dejar que las canciones (que detalles más detalles menos, fueron las mismas siempre) mostraran sus huesos.

Luego de un 1992 de gira, el dúo (ahora apoyado por Monti en batería y Ben Lurie en bajo) pasó gran parte de 1993 grabando lo que sería "Stoned and dethroned": una colección de canciones con Estados Unidos como inspiración y la ruta como escenario (no casualmente el álbum fue editado por American Recordings, el sello propiedad de Rick Rubin que ayudó al resurgimiento de Johnny Cash en los 90).

Siempre agridulces (el sello de fábrica de los Reid) las 17 canciones de "Stoned..." suben y bajan apenas en intensidad (con alguna que otra descarga eléctrica para reforzar ciertos pasajes) pero siempre respetando el tono acústico elegido para el set. Un sonido tibio, ideal para que crezcan estos temas de factura cristalina.

¿Momentos favoritos? Todo el comienzo es muy bueno, con "Dirty water", "Bullet lovers" y la perlita del disco: esa canción de amor y súplica que es "Sometimes always", a dúo con Hope Sandoval, de Mazzy Star y dialogando en dulzura y perfección pop con "April skies", de "Darklands" (1987). Pero el talento melódico de los Reid no se agota así nomás y tenemos otros buenos momentos con "Between us", la cuasi Gospel "God help me" (esta vez junto a Shane MacGowan, de The Pogues) la bella "Everybody" y el corazón pop de "Girlfriend" y "She".

Luego de un álbum de lados B ("Hate Rock and Roll") los Jesus and Mary Chain editaron su álbum final, "Munki", en 1998. Con los años volvieron a girar, pero sin editar material nuevo. 

Jim Reid - vocals , guitar, bass
William Reid - vocals, guitar
Ben Lurie - guitar, harmonica, organ, bass
Steve Monti - drums, percussion

(Dedicado a Petruzza, que me prestó el cd de "Stoned..." hace muchos años ya).

viernes, 25 de febrero de 2011

Soundtrack de fin de semana: ¡tres discos energizantes!

Mando Diao, Hurricane bar (Mute U.S, 2004)

En UVVD bancamos a los suecos. Y su segundo disco garpa más que bien para una noche de viernes y barra de bar. 

"Hurricane bar" va al frente con buenos temas, armonías vocales y 100% de espíritu Garage Rock. ¿Nuestros favoritos? La seguidilla del hitazo (bah, para nosotros) "God knows", las palmas contagiosas de "Clean town" y el vértigo rocanrolero de "Down in the Past". ¡Vúmetros en rojo!

Black Kids, Partie traumatic (Columbia, 2008)

Estos niños pasados de testosterona (para la prensa siempre un poco a la saga de los MGMT) editaron en 2008 un primer disco rebosante de energía y buenos temas.

Ok: pueden parecer el soundtrack de una sitcom adolescente, pero los temas van bien arriba y contagian a full. ¡A ver si se atreven a sacar el disco a la altura de "Listen to Your Body Tonight" o "I'm Making Eyes at You"!

Nuestra favorita de alta rotación: "Love Me Already".  

Razorlight, Razorlight (Mercury, 2006)

Resulta tentador criticar a los londinenses Razorlight (su postura clasisista, el personaje público de Johnny Borrell, su cantante) pero este disco vaya si funciona. 

Tiene buenos temas, bien arreglados y la energía está ahí, aunque controlada y dosificada (como en las bonitas "Who needs love?" o "America").

¿Un poco más arriba? Que suenen "Hold on", "Before I Fall to Pieces" o la irrresistible "Pop Song 2006".

jueves, 24 de febrero de 2011

Dos de Shoegaze, dos del sello Creation

Creation Records fue un sello independiente fundado por el británico Alan McGee que funcionó entre 1983 y 1999. 

Entre varios hitos destacados, bajo su alero editaron discos los principales números del movimiento Shoegazing de primera mitad de los 90 como Ride, My Bloody Valentine, Adorable y Slowdive, entre otros. 

Inspirados por los días grises y lluviosos de Buenos Aires, hoy en Ultravivido revisitamos dos discos editados por el sello. 

Adorable, Against perfection (Creation, 1993)

Formados en Coventry en 1991, el cuarteto Adorable firmó apenas un año después para Creation y en 1993 editó su primer larga duración, "Against perfection".

Un álbum que representa bien las atmósferas psicodélicas, los conglomerados de guitarras cargadas de distorsión  y las melodías arrastradas y lustrosas típicas del Shoegazing. Sin embargo, la prensa suele olvidar a menudo a los Adorable a la hora de releer aquel período del pop británico.

"Sunshine smile" (el primer single que grabaron) abre el set con autoridad y buenas melodías y "Favourite fallen idol" rockea alejándose de los cánones del movimiento (los mismos Adorable renegaban un poco de ser incluidos allí). Sin embargo, piezas climáticas como "A To Fade In"o "I Know You Too Well" los hacen dialogar -en el equilibrio sonoro entre ruido y melodía, por ejemplo- con sus contemporáneos Ride o Slowdive.

Un disco algo olvidado del pop inglés de comienzos de los 90, antes de que la explosión Brit Pop se llevara todo puesto a su paso. Los Adorable apenas editaron un disco más ("Fake", en 1994) antes de separarse.

Ride, Going blank again (Creation, 1992)

Los Ride (Oxford, 1988) tuvieron más suerte  -o méritos, según como se mire- y al menos siempre figuran en los repasos del período.

La composición musical siempre corrió por cuenta del grupo, mientras que las letras estaban a cargo de Mark Gardener o el bajista Andy Bell (luego Oasis).

Producido por Alan Moulder y editado en 1992, "Going blank again" tal vez redondee lo mejor de su corta producción (grabaron apenas 4 lps hasta 1996).

Finos orfebres de la mezcla y los balances, abren el set con el expansivo "Leave Them All Behind" para buscar su lado más pop en "Twisterella" y "Time Of Her Time" y trepar en distorsión y coros armónicos con "Mouse Trap". Más afectos a buscar el clima y las capas de energía que la canción, los Ride se conectan sin embargo con las melodías marca registrada de los Stone Roses en "Cool your boots", aunque sepultadas bajo pilas y pilas de Reverb.

Bowie por Bono

Bono elige sus temas favoritos de Bowie acá.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Electronic x 2: "Electronic" (1991) "Raise the pressure" (1996)

Electronic fue el grupo que formaron dos celebridades del rock británico de los 80, Bernard Sumner y Johnny Marr, en los 90. Hoy en Ultravivido aprovechamos el día gris y lluvioso para repasar sus dos primeros álbumes.

Electronic (Warner, 1991) 

Si bien los coqueteos entre Sumner y Marr databan de mediados de los 80, no fue hasta finales de esa década que la unión cobró forma. Enterado del proyecto, en un primer momento se les unió Neil Tennant, de los Pet Shop Boys como colaborador externo.

A la edición de un primer y exitoso single ("Gettin´ away with it") en diciembre del 89 le siguió la grabación de su Lp debut. Y por diversas razones "Electronic" (1991) sigue siendo la mejor marca del grupo.

Por empezar hay varios buenos temas, casi siempre con el House y el Italo House como norte,  profundizando el costado Europop que va venía experimentando New Order. "Reality" y "Tighten up" son pop de muy buena factura  y "The patience of a saint"- con Tennant en voz- dialoga con el audio de "Behaviour", la obra maestra de los Pet Shop Boys de 1990.

La producción -a cargo del dúo- logró un sonido liviano y brillante, aunque con algunos altibajos. Tomó elementos contemporáneos del dance y los enmarcó en un contexto pop de 3 minutos. Una idea que en 1991 resultaba innovadora y universalista: seguir uniendo el dance con el universo pop-rock. Y si bien ciertos guiños y arreglos pueden sonar un poco envejecidos hoy, el audio en general sigue dando batalla.

Siguiendo con los temas, "Gettin´away with it" es pop inoxidable: música a la que jamás le pasará el tiempo, con las voces de Sumner y Tennant juntas, algo así como los Maradona y Pelé de la música electrónica de los 80´s. "Get the message" (el otro single del álbum) y "Feel every beat" anticipan la mixtura entre sonido orgánico (unas guitarras de Marr todavía con cuentagotas) y máquinas que el grupo expandiría en el álbum siguiente.

Raise the pressure (Parlophone , 1996)

Cinco años de silencio y extensísimas sesiones de grabación sobrecargaron la producción final del segundo disco del grupo, "Raise the pressure". Sin embargo, el álbum tiene varios momentos altos, de gran música.

Por empezar, hubo una ayuda clave en la composición con la incorporación de Karl Bartos, de Kraftwerk, quien co-compuso 6 de los 13 tracks y se instaló con el grupo en Manchester durante la gestación del material. Por otro lado, el dúo expandió su mixtura de instrumentación orgánica (más guitarras y mayor presencia de Johnny Marr) con pulso y beats electrónicos. También se amplió el listado de músicos que grabó junto al dúo (Bartos, la gran Denise Johnson en coros, un par de bateristas y Guy Pratt, entre otros).

El resultado fue algo desparejo, sin embargo. "Forbidden city" es melancólica y arrastrada y "For you" levanta el pulso guiñándole un ojo a alguna gloria pasada de New Order. Entre los temas dance, "Dark angel", "Freefall", "If you´ve got love" y "Until the end of time" no escatiman en grandilocuencia y giros euro- Dance. ¡La música para viajar en trenes de alta velocidad por toda Europa! Y nuevamente: a pesar de lo envejecidos que puedan haber quedado algunos sonidos y arreglos (la electrónica ya estaba pasando por otro lado en aquel 96) la música aquí es buena y completa.

En el medio, "Raise the pressure" deja algunas incógnitas con esos mid tempos guitarreros ("One day", "Out of my league") con sabor a poco. Con algunos temas menos, tal vez el disco hubiera redondeado mejor.

Bonus

* La ilustración del querubín de tapa de "Raise..." (a cargo de Johannes Handschin) recordaba a la portada de "Technnique", de New Order. 

 * Tres años más tarde los Electronic grabarían su último disco a la fecha, "Twisted tenderness"

martes, 22 de febrero de 2011

Discos: Folk is not a four letter word (2005)

Género: sweaters, trineos y hogar a leña

La post-post modernidad nos acostumbró a ver aparecer discos recopilatorios de oscuras gemas de todos los tiempos y todos los géneros. Canciones que siempre habían estado al margen, desde el funk y la Blaxploitation hasta el Garage Rock, la psicodelia o el proto punk. 

"Folk is not a four letter word" -compilado en 2005 por Andy Votel (DJ,  productor y cofundador de Twisted Nerve Records) para el sello Delay 68- es un disco intimista y embriagador como pocos.

Colecciona canciones -casi todas ellas jamás editadas en CD antes, todas grabadas entre los 60´s y 70´s- de lo que en líneas más que generales podríamos catalogar como "Free/psych folk". Aunque la etiqueta nos queda chica: acá desfilan todo tipo de experimentos humeantes con corazón acústico y de fogón, menos destacados por su nivel compositivo que por sus climas y sugerencias.

Y por el arte de compilarlas en un flow tan bien secuenciado que permite el viaje placentero.

Del groove levemente funky de "It's Taking So Long" (a cargo de Kathy Smith) o "Jenny " (Heaven & Earth) pasamos a la tibieza de boîte de "Brigitte", en la voz de la leyenda francesa Brigitte Fontaine. ¡Alto momento musical! La pátina psych folk la acercan -entre otros- Bonnie Koloc ("Shadows on my wall") y Linda Perhacs con "Hey, Who Really Cares?".

Pero como ya anticipamos, todo el disco asegura un cuelgue sostenido. Para poner y dejar correr. El propio Andy Votel se encargó del arte de tapa y las sleeve notes.

¿El germen de los Badly Drawn Boys, Devendras y demás neo folkies low- fi de los 00´s? 

Otros compilados de Andy Votel: 
* Prog Is Not a Four Letter Word (2006) 
* Music To Watch Girls Cry (2003)
* Folk is not a four letter word, vol.2 (2007)

lunes, 21 de febrero de 2011

Discos: Architecture and morality (OMD, 1981)

Género: hubo un tiempo que fue synth pop
 
Los británicos Orchestral Manouvers in the Dark fueron uno de los "botes insignia" del Synth Pop de comienzos de los 80´s.

Aquel breve pero influyente período en que el rock estuvo dominado por las posibilidades creativas de los sintetizadores, como forma de expandir las libertades artísticas del estallido punk (para más detalle, Ultravivido recomienda ver el fundamental documental Synth Britannia, de la BBC).

Creado por el dúo Andy McCluskey/ Paul Humphreys- e influidos por Krafwerk y Brian Eno entre otros pioneros electrónicos- los OMD editaron a partir de 1980 una serie de trabajos que hoy a la distancia bien podríamos catalogar como "experimentales".

Al menos los primeros se caracterizaron por una búsqueda del formato pop más llano (el homónimo "Orchestral Manouvers in the Dark") combinados con la construcción de densas atmósferas post industriales. Todo en el mismo combo.

Esa tensión creativa es la que define, por ejemplo, "Architecture and morality", el tercer y más exitoso álbum del grupo, que tomó su nombre del libro "Morality and architecture", de David Watkin. Un disco ambiguo, que parece tomar a cada paso direcciones opuestas, manteniendo siempre la tensión (y la atención) de quien escucha.

El comienzo, por caso, con "The New Stone Age",  es denso y claustrofóbico, cargado de teclados ominosos y voces torturadas, citando en sus primeros compases el ambiente del "Radio activity" de Kraftwerk. 

Pero rápidamente entramos en otra sintonía con "She's Leaving", o  la naif "Souvenir", primer single del álbum. Una música cristalina, liviana y llena de luz, como el bellísimo final a cargo de "The Beginning and the End".

"Sealand" retoma la sombras, dejando -allá por los tres minutos- una percusión suspendida en el aire: los intersticios y silencios de quien contempla la arquitectura de las grandes ciudades. En este punto, los OMD parecían dialogar con el costado más "monumental" de los Ultravox: ambos buscaron su inspiración en la melancólica Europa de posguerra como escenario para su música.

Pero en un plano general, lo que escuchamos en este "Architecture..." es la libertad de un sub género pop todavía en formación, la creación de un lenguaje aún sin demasiadas reglas fijas ni cánon al que atarse. De hecho, cuesta imaginar cómo un disco por momentos tan críptico se las arregló en su momento para vender más de 3 millones de copias. 

Bonus: 
La tapa de "Architecture and morality" (un diseño de Peter Saville y Brett Wickens) variaba de colores (azul, amarillo y gris) de acuerdo a la edición. 

OMD- Cronología cercana
Organisation (1980)- Architecture and morality (1981)- Dazzle ships (1983).

jueves, 17 de febrero de 2011

Discos: Some time in New York City (John Lennon, 1972)

Género: "¿Qué pasa New York?"

Firmado como John & Yoko/ Plastic Ono Band/ Elephant´s Memory, "Some time in New York City" capturó como una foto el compromiso político de Lennon a su paso por Estados Unidos. 

Todo eso que tan bien contado está en el documental "The US vs. John Lennon" y que incluyó- entre otros ribetes- la "persecución" de John a manos del FBI por su supuesta "desestabilización" de la gestión Nixon. 

Fue además, el tercer disco solista de Lennon y el que sucedió a "Imagine", lo que supuso una decepción para cierto sector de los fans. La crítica tampoco fue benévola con el nuevo material y el disco apenas alcanzó el puesto 48 en E.U, lo que desmoralizó a John alejándolo de los estudios durante el siguiente año. 

Producido por Phil Spector, "Sometime in New York City" encuentra su valor en el feeling "en vivo" de las tomas. Aún a pesar de sus altibajos en materia de composición, el disco funciona (todo bien con Yoko- en Ultravivido somos fans suyos- pero siempre fue difícil escuchar sus temas pegados a los de Lennon) . 

Otra clave fue el apoyo de la Elephant´s Memory: aquella banda formada a fines de los 60´s, a la que aquí se agregó el legendario baterista Jim Keltner. Juntos forman un bloque sólido y crudo a la vez. Rockero y compacto. 

Yendo a los temas, están los más radicalmente políticos, a modo de titulares de un periódico de época, tal como refleja la tapa original del lp. Empezando por el clásico "Woman is the nigger of the world" (basado en una frase de Yoko) y  la poderosa "Attica State", en referencia a los disturbios en dicha penitenciaría. La letra se lamenta: "qué derroche de poder humano/ qué derroche de vidas humanas/ disparar a los prisioneros en las torres/ 43 pobres esposas que enviudaron". "John Sinclair"- otro punto fuerte- denuncia las injusticias del sistema penal americano, mientras que "Sunday bloody sunday" refiere a la situación política en Irlanda del Norte. 

Después están los temas de Yoko, más en la veta feminista como "Sisters, o Sisters" o con mensajes universalistas ("We´re all water"). Simpáticos ejercicios -prematuros, aún- de songwritting de Ono, quien junto a John canta la bonita "Angela", en tributo a Angela Davis, política y activista americana.

Hay tiempo para una viñeta más con la alocada "New York City", un rock ´n roll básico à la Chuck Berry que narra las aventuras y la excitación de la pareja en sus primeros tiempos en la Gran Manzana. 

Bonus
En su edición original en vinilo, el álbum contenía un segundo lp con varias y jugosas tomas en vivo. La reedición de 2005 en CD quitó varias de esas tomas, dejando las de "Cold turkey" y "Don´t worry Kyoko" (en vivo en el Lyceum Ballroom de Londres, diciembre de 1969) y la fogosa "Well (Baby Please Don't Go)" (Fillmore East de New York, junio del 71) junto a Frank Zappa y The Mothers of Invention

Además, agregó dos bonus: "Listen to the snow is falling", de Yoko, y el single navideño "Happy Xmas (War is over").

miércoles, 16 de febrero de 2011

Discos: The days of wine and roses (The Dream Syndicate, 1982)

Formados en Los Angeles en 1981 como parte del movimiento Paisley Underground, los Dream Syndicate llegaron a su primer larga duración un año después con "The days of wine and roses".

Un buen álbum de post punk (por momentos climático, por otros  levemente desatado) que los encontró explorando sus influencias: algo de Velvet  por aquí, otro poco de Stooges y Television por allá, más el inevitable diálogo con otros contemporáneos posteriores al estallido punk. 

Algunas reviews críticas -sin embargo- encuentran en "The day of..." un disco seminal en cuanto a recuperación de guitarras se refiere, en un momento en que el rock buceaba  mayormente en el uso de teclados vía synth pop y aledaños. En Dream Syndicate algunos críticos revisionistas ven una avanzada inclusive anterior a la de Sonic Youth, R.E.M. y Hüsker Dü, entre otros.

Yendo al álbum, lo que en un comienzo parece ser un pop arpegiado y de matices grises ("Tell Me When It's Over", acercándose a la tibieza de unos Feelies) pronto gana en intensidad con "Definitely clean" y "That's What You Always Say", de claro approach post punk (es inevitable imaginar lo bien que deberían funcionar estos temas en directo).

En un comienzo indicados como unos revitalizadores del sonido VU (sus primeras actuaciones incluían largas zapadas plagadas de feedback) los Dream Syndicate buscaban la melodía y el cierre de sus temas, a cargo del compositor del cuarteto, Steve Wynn. Sin embargo, es su energía siempre al borde de desatarse (con pifies de ejecución incluidos) lo que le da gancho a la fórmula. Una intensidad potencialmente peligrosa que podemos escuchar, por ejemplo, en "Then She Remembers": un balance casi perfecto entre Velvet y Stooges.

La segunda mitad encuentra a los DS explorando territorios más climáticos ("Too Little, Too Late" y "When You Smile") antes del sólido final de "The days of wine and roses", larga y derivativa y que dicho sea de paso, toma su nombre del poema "Vitae Summa Brevis" del escritor británico Ernest Dowson y de la serie televisiva (y luego película) del mismo nombre.

Bonus
El disco siguiente ("Medicine show") supuso un cambio de rumbo para Dream Syndicate. Luego llegaron los cambios de alineación y la separación, en 1989. Wynn continuó su carrera como solista.

The Dream Syndicate 1982
Steve Wynn (Vocals, Guitar) Karl Precoda (Guitar) Kendra Smith (bass) Dennis Duck (drums).

martes, 15 de febrero de 2011

Jazz nights: Blacks and blues (Bobbi Humphrey, 1973)

Género: jazz urbano para atardeceres de verano

La flautista Barbara Ann "Bobbi" Humphrey nació en  Marlin Texas, en 1950. Tocó, entre otros, con Lee Morgan y con su amigo Stevie Wonder.

Luego de que Dizzy Gillespie la descubriera en un concurso de talentos, Bobbi se mudó a New York. A partir de 1971 comenzó a editar discos nada menos que a través de Blue Note. Grabado en 1973, "Blacks and blues" fue el tercer lp para el prestigioso sello.

Armado alrededor de suaves funks instrumentales, el paseo por la gran ciudad está garantizado a lo largo de los 39 minutos del set. Sin embargo, en Ultravivido nos relajamos con el clásico "Harlem River Drive" y los grooves cadenciosos de "Chicago, Damn" y "Jasper Country Man".

Recorded at  
The Sound Factory, Los Angeles, California. Junio 6, 7 & 8, 1973.

Personnel
Bobbi Humphrey (flute, vocals) Jerry Peters (piano) Fonce Mizell (clavinet, trumpet) Fred Perren (synthesizer) David T. Walker (guitar) Chuck Rainey (bass) Harvey Mason (drums) Stephanie Spruill (percussion) Chuck Davis (vocal) Larry Mizell (vocals, arranger, conductor).

lunes, 14 de febrero de 2011

Lectura de verano

"Cash" (Johnny Cash & Patrick Carr)

Tirados en la arena, en Ultravivido liquidamos "Cash" la autobiografía de El Hombre de Negro.

Un libro parco, que hace muy poco por aumentar el "mito Cash", a pesar de estar narrado en una cruda primera persona. 

No es autocelebratorio ni festeja en exceso las aventuras de JR en los 50´s. No se regodea en el lado oscuro de su figura, ni bravuconea cuando describe el consumo de drogas -principalmente anfetaminas- en el que alternativamente cayó durante su carrera. Ni siquiera es autoindulgente con su propia producción discográfica: Cash sabía muy bien cuando brilló y cuando no.

El tono del libro es melancólico. La melancolía del hombre que ve acercarse su final y se permite los baches, las intermitencias de una memoria ya deteriorada. También -y en esto radica la honestidad del libro- deja al desnudo las verdades de un hombre tensionado durante toda su vida entre los excesos del rock and roll y la culpa cristiana. Una marca que nunca dejó de perseguirlo. 

Los tópicos más mencionados: la tierra. Las sucesivas casas en las que vivió. Los orígenes rurales de su familia (tal vez, lo más interesante de todo el libro). Dios (si hubo un artista de rock and roll creyente y religioso, ése fue JR). La vida en la carretera.

En materia de música, sin embargo, nos quedamos con las ganas de indagar un poco más en la construcción del estilo Cash. Si bien se citan influencias, marcas de guitarras, colegas y géneros y sub-géneros del Country y la Mountain Music, "Cash" nos permite asomarnos poco y nada al corazón de su arte como intérprete.

Ese que -terminado el libro- nos dan ganas de volver a buscar en sus discos.