jueves, 30 de septiembre de 2010

Discos: 9 (Public Image Ltd, 1989)

Para cerrar los 80,  los Public Image Ltd. grabaron su séptimo álbum de estudio (el noveno si contamos los dos lps en vivo, "Paris au Printemps" y "Live in Tokyo"). 

Producido por el grupo con la colaboración de Stephen Hague y Eric "ET" Thorngren, "9" bien puede ser el disco más sólido de los de Lydon. Presenta muy buenos momentos de esa fórmula que (aquí va nuestra teoría) como en el caso de las mejores bandas de rock de todos los tiempos, nadie ha podido copiar. Y menos aún superar. Una fórmula que requeriría interminables posteos de análisis y disección.

Hay bastante tela para cortar en un disco que -fiel a esa agresividad elusiva y distante que los de Lydon siempre manejaron (¡parte de su fórmula!)- va al grano sin distracciones. Como si avanzara con la vista clavada en un punto fijo que nadie les saca de la mira.

El primer tramo es de altísimo nivel con "Happy" (de una perfección de armado total) y "Dissapointed", trabajada hasta el último detalle de guitarras, teclados y punteos. El clásico medio tiempo marchoso y guerrero marca registrada de la casa. 

"Warrior" entra en otros terrenos, más climáticos. Sin embargo, ese riffs machacoso llena todo el rango del audio. Al igual que en el instrumental "U.S.L.S.1" (que divide el álbum en dos) hay que escuchar toda la música que tiene lugar allí dentro.

Con esos picos ya sería suficiente, pero la segunda mitad encuentra buenos momentos en la apocalíptica "Worry"(marcial, marcial: un corte filoso e implacable); más espíritu guerrero con "Brave new world" y los tonos medios de "Like that", con esos teclados que en otra banda reprobaríamos como horribles, pero que en PIL funcionan. Un verdadero misterio.

Y algo más. En el mundo de los Public Image Ltd la cosa siempre huele a "está todo mal": el mundo que nos rodea es falso, es pura impostura. Pero para denunciar la mierda - parecen decirnos- hay que hacerlo con autoridad. Y socavando las reglas. La gran enseñanza de los de Lydon es que para rebelarte en serio, tenés que empezar por las formas de tu propio Arte: "Ok, no hay futuro, sólo presente. Pero ese presente tiene que ser nuestro" parece ser el mensaje.

Public Image Ltd. 1989
John Lydon, Alan Dias (bass) John McGeoch (guitars) Bruce Smith (drums). Lu Edmonds (guitarrista original) aparece en los créditos pero tuvo que abandonar la grabación por un problema de audición llamado Tinnitus. 

Bonus 
* Bill Laswell- productor de "Album" (1986)- era el candidato para producir "9", pero las tensiones con Lydon lo dejaron afuera en esta ocasión.  
* Los que tuvimos la oportunidad, jamás vamos a olvidar el gran show de los P.I.L en el estadio Obras de Buenos Aires. 4 de septiembre de 1992.

martes, 28 de septiembre de 2010

Discos: Doppelgänger (Curve, 1992)

Seguimos con algunas rarezas cosechadas en los 90.

Luego de la edición de tres interesantes EPs, la banda inglesa Curve llegó a su primer álbum, "Doppelgänger", en 1992.

Su sonido podríamos alinearlo dentro del Shoegazing de comienzos de década, aunque con algunos toques de máquinas y una potencia rítmica que llevaban su fórmula hacia otros rumbos.

Caldo espeso, por momentos pesadillesco, la música de Curve avanza, sin embargo, de la mano de la sensual y persuasiva voz de Toni Haliday. El complemento para ese entramado de programaciones y guitarras saturadas de distorsión a cargo de su partner, Dean García y el combo de tres guitarras extra a cargo de Debbie Smith, Alex Mitchel y Alan Moulder. Las baterías fueron grabadas por Monti, colaborador de los Jesus and Mary Chain en el contemporáneo "Honey´s dead".

Lo mejor del set está en la descarga inicial, bien al frente con "Already yours" y la fantástica "Horror head", entrando en múltiples pasadizos y alucinaciones sonoras. Para "Doppelgänger" (el tema) las aguas se aquietan un poco y la banda pasa la introspección climática. "Lillies dying" o "Split into fractions" sintetizan el concepto de Curve, que en el final descansa de tanto wall of sound de guitarras con la reposada "Sandpit". 

La banda se separaría luego de un álbum más ("Cuckoo", 93) para retomar la música de 1996 a 2005.

La bella Toni Haliday y Dean García, de Curve
Bonus
* "Doppelgänger" fue producido por Curve y Flood y mezclado por Alan Moulder.  
* El término alemán "Doppelgänger" se utiliza para designar al doble fantasmal de un persona. 
 
Discografía Curve
Doppelgänger (1992) Cuckoo (1993) Come Clean (1998) Gift (2001) The New Adventures of Curve (2002, sólo por internet).

lunes, 27 de septiembre de 2010

Discos: Destroy me, lover (Pain Teens, 1993)

Arrancamos la semana con una rareza, de la mano de los Pain Teens. Banda experimental/ noise oriunda de Houston, Texas y activa entre 1985 y 1995. 

Luego de editar nueve cassettes y dos lps por el sello Anomie Records, esta oscura banda de inspiración industrial (capitaneada por Scott Ayers y Bliss Blood)  grabó cuatro discos más a través de Trance Syndicate Records, sello propiedad de King Coffey, de los Buthole Surfers.  

"Destroy me, lover"- el disco que nos ocupa hoy y que llegó a nuestras manos en tiempo y forma gracias a las bondades del "1 a 1" argentino de la década del 90- fue el penúltimo de ése lote, editado por Trance en 1993. 

¿Y a qué sonaban los Pain Teens? Por momentos primales, cercanos a unos Cramps industriales vía Sonic Youth. Por otros, construyendo fugaces momentos de melodía (acá hacen un apacible cover de "The story of Isaac", de Leonard Cohen, que nos ofrece el único remanso del disco). Pero el clima general, en su música, es de tensión y amenaza. Su ADN sonoro podemos ubicarlo en la herencia industrial: tapes, samplers, ruidos rotos, transmisiones de TV, bolas de fuzz y distorsión maquillan cualquier intento -más cerca o más lejos- de canción. 

"Cool your power" - la apertura- se inscribe en un garage rock/ noise bien cerrado como tema. Enseguida empieza el desfile de ruidos industriales con "Prowling", un inclasificable carroussel giratorio de guitarras acústicas y ruidos guturales. "Tar pit" toca el fondo oscuro y ruidoso del set, que busca un poco de luz con "RU486" (atención: link directo a los Raveonettes más sucios y noise). 

"Dominant man" -a puro vértigo de noise/blues- se mete con el tema que en realidad sobrevuela todo el álbum: el sexo en sus variantes más bizarras y menos frecuentes. En la voz de Bliss Blood la muchacha de la letra pide "I need a wild man, a dominant man, a man who's stronger than me/ A man with wild eyes, and powerful hands". El tema del sexo se extiende a los samplers arrastrados y cavernosos de "Sexual anorexia" y al registro casi documental- narrativo de "Body memory", en ese vaivén entre luz y oscuridad, entre ruido y melodía que ensayan los Pain Teens en toda su música.

"Destroy me, lover": un interesante e infrecuente ensayo sobre el ruido urbano y las posibilidades sonoras de un grupo de rock.

Pain Teens
Scott Ayers, Bliss Blood, Kirk Carr, Frank Garymartin

Discography 
Pain Teens (1988, Anomie)
Case Histories (1989, Anomie)
Born in Blood (1990, Trance Syndicate)
Stimulation Festival (1992, Trance Syndicate)
Destroy Me, Lover (1993, Trance Syndicate)
Beast of Dreams (1995, Trance Syndicate)

viernes, 24 de septiembre de 2010

Más soundtrack de viernes: "Maggot brain" (Funkadelic, 1971)

¡Madre de dios, tiemblan las paredes! 

Vamos un paso más arriba en nuestro playlist de viernes con el monstruoso (e insuperable) tercer disco de los Funkadelic, "Maggot brain". Hay que retener muy bien ese nombre ("Cerebro de gusano"!)  y esa fecha: mil novecientos setenta y uno. ¿Qué era el rock en el jodido 1971, cuando salió esta deformidad? 

Para empezar nomás, diez minutos de distorsión climática, suspendida en el espacio con el brutal doble solo de Eddie Hazel (algo así como el Hendrix del Soul). Ahora sí, es tiempo de algo de Funk  "in your face" con "Can You Get to That"y "Hit It And Quit It", con ese inmenso tecladista que fue Bernie Worrell en voz. Y bajamos medio pitch para "You and Your Folks, Me and My Folks" y su mensaje de amor y paz (y sin pobreza): 

If you and your folks love me and my folks
Like me and my folks love you and your folks
If there ever was folks
That ever ever was poor.

 No se puede tener más groove que esto, no señor. 

Pero... ¡hay que subir el volumen un poco más! 

"Super Stupid" pone a prueba woofers con esos golpes de bombo ajustadísimos al riff (gran performance de Tiki Fulwood) para contar la historia de un adicto que compra la droga equivocada (¡cerebro de gusano!). Hasta hay tiempo de bajar, parar un poco (Hammonds mediante) y retomar en otro tremendo solo de Hazel

Momento del disco literalmente prendido fuego, como si la banda comandada por George Clinton pudiera siempre subir un escalón más

Y si no, que alguien cuente cómo pueden llegar a otros 9 minutos y medio a puro Funk derivativo en "Wars of Armageddon" sin bajar ni un poco la tensión. ¡Too much, Soul Brothers!

Funkadelic 1971
Eddie Hazel, lead guitar, Tawl Ross, Rhythm Guitar, Bernie Worrell, keyboards, Billy Bass Nelson, bass, Tiki Fulwood, drums
Parliament (George Clinton, Fuzzy Haskins, Calvin Simon, Grady Thomas, Ray Davis) vocals. Garry Shider, Bernie Worrell, Tawl Ross, Eddie Hazel, Billy Bass Nelson, vocals.

Soundtrack de viernes: "The mix up" (Beastie Boys, 2007)

Que tal ir arrancando el viernes con los pachorrientos grooves instrumentales de los Beasties modelo ´07. 

Es cierto, la tapa de "The Mix- up" no ayuda mucho y son más inspiradas las jams compiladas en "The In Sound from Way Out!". Pero éste tiene sus momentos. 

"B for My Name" está en la veta de las zapadas de "Check your head" y cierra ajustada con Hammonds y un gran groove de medio tiempo. "Suco de Tangerina" (entre el cine clase B y el Quartier Latin) le pone sol al paseo por el Village de NY y "Electric worm" vuelve a levantar luego de un par de tracks que se duermen. El clima de paseo urbano placentero se extiende a "Freaky Hijiki".

¡Y ahora es el turno de la persecución en auto con "The Rat Cage" y "The meele"! Dos buenos groovie moments antes de la visita de rigor a los neighborhoods más exóticos de la ciudad con "Dramastically Different" y sus cítaras- funk.

Personnel
Mike D, drums
Adrock, guitars
MCA, bass guitar & upright bass

Mark Nishita, clavinet, Rhodes, Farfisa
Alfredo Ortiz, percussion

jueves, 23 de septiembre de 2010

Jazz nights: Bohemia after dark (Eddy Louiss, 1972)

De la serie Jazz in Paris de Gitanes, esta noche la compactera se calienta con Eddy Louiss y su "Bohemia after dark".

Grabaciones registradas el 15, 16 y 17 de diciembre de 1972 en los estudios Frémontel de París.

El formato, un cuarteto con Louiss en órgano, Jimmy Gourley en guitarra, Guy Pedersen en contrabajo y el inefable y siempre listo (cuando de grabar en Francia se trataba) Kenny Clarke en drums.

Arriba con el groove ajustado de "Bohemia after dark", de Oscar Petitford, cosa de empezar marcando terreno. Cancheros en los mid tempos, el cuarteto se pasea por "Bag´s groove", clásico de Milt Jackson y sube un escalón más para "Ow", de Gillespie, con Eddy calentando muñecas.

El reposo llega con "I´m getting sentimental over you", bluseada, a poco del final.

¿Una buena hora para esta Bohemia after dark? Preferentemente después de cenar, con leve excitación vital.

Temperatura exterior: entre los 18 y los 21 grados. Y algo para acompañar, por cierto.

Discos: Bleecker & MacDougal (Fred Neil, 1965)

Género: disco para bar y tardes de sol

"I was standing on the corner/ of the Bleecker and MacDougal/ wondering which way to go/ I’ve got a woman down in Coconut Grove/ and you know she love me so/ I wanna go home".

En esa esquina del Greenwich Village newyorkino y con esta letra de blues genérico cualquiera empieza el disco más  famoso de un desconocido: Fred Neil

Nacido en Cleveland en 1936, Neil trabajó durante los 60´s en el team de cantantes/ songwritters reclutados en las oficinas del legendario Brill Building de New York, cuna de gran parte de la música americana de aquel período. Sus antecedentes incluyen tempranas composiciones para Roy Orbinson ("Candy man"), Buddy Holly y Harry Nilsson ("Everybody´s talkin´, ganadora de un Grammy luego de aparecer en la película "Midnight cowboy").

En 1965- según cuenta la leyenda- un joven Bob Dylan secundó en armónica a nuestro héroe durante un show en el café Wah? del Village. Y en mayo de ese mismo año apareció por Elektra Records el segundo lp de Neil, "Bleecker & MacDougal".

Austero y resposado, las canciones de "Bleecker & MacDougal" parecen las apropiadas para dejar correr en tardes de sol.

Secundado por John Sebastian (Lovin´Spoonful) en armónica, Felix Pappalardi y  Douglas Hatelid en bajo, sumadas las guitarras y dobro de Pete Childs, Fred encontró aquí una mayor libertad compositiva que en su lp anterior, "Tears down the wall", compartido con Vince Martin. Ahora el terreno estaba libre para desplegar canciones propias y encontrar esa mezcla de música sureña a mitad de camino entre el blues y el folk que ejerció cierta influencia en los que absorbieron la movida. 

El puntapié inicial -como no podía ser de otro manera- lo da esa esquina/ epicentro del movimiento folk de New York que da nombre al álbum (y en la que Fred posó para esa histórica foto de tapa). Sólo por esa cubierta, "Bleecker & MacDougal" merece una oída.

Pero hay más highlights. El blues depresivo de "Blues on the Ceiling" (entrenando los tonos de ultratumba) y la reversión de "Candy man", luego de que Orbinson la mandara directo al Top Thirty. "Mississippi train" rockea hasta donde pocos se atrevían dentro de la escena folk y "Contry boy" es el retrato del chico de pueblo expuesto al vértigo de la gran ciudad.

Bonus

* "Bleecker & MacDougal" fue reeditado en 1970 como "Little Bit of Rain".
* Algunos críticos señalan que la mezcla de guitarras acústicas y eléctricas utilizada en el álbum puede haber influido en los posteriores desarrollos del folk rock.
* David Crosby, por caso, cita a Fred Neil entre sus máximas influencias.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Discos: Show/ Paris (The Cure, 1993)

Como resultado del Wish Tour de comienzos de los 90´s, The Cure editó un combo de dos discos en vivo, los complementarios Show y Paris. En Ultravivido repasamos lo mejor del par. 

The Cure, Show (Fiction/ Elektra, 1993)

Grabado de dos shows en el Palace of Auburn Hills de Michigan en 1992, Show presenta el costado más oficial de la cosa, con muchos temas de Wish y algunos rescates no tan lejanos en la discografía del grupo. Haciendo caso a la indicación del booklet ("play this music loud") arrancamos la recorrida. 

"Open" mejora notablemente la versión de "Wish" acelerando el tempo y ensuciando con capas de guitarras la atmósfera siniestra de este pariente cercano de "Shake dog shake" (84). A las correctas versiones de "High" y "Pictures of you" le sigue otra mejorada: "Lullaby" gana en dinamismo y la banda suena ajustada allá arriba. "Just like heaven" es apenas correcta y extrañamos las guitarras un poco más al frente de "Kiss me kiss me kiss me" (1987). 

El primer flashback importante llega con la versión de "A night like this", uno de los puntos fuertes. Atmosférica, arrastrada, acá el plus lo da ese tempo y medio que le bajan al tema, sumado a las guitarras que faltan en la versión original (85). De las nuevas, otra que gana es la simpática "Doing the unstuck" y en la ensalada psicodélica/ rockera del último tramo "Never enough" se lleva todo por delante, suelta y repartiendo wah wah en buenas dosis.

The Cure, Paris (Fiction/ Elektra, 1993)

Acá parece estar la posta para los fans de The Cure de vieja data. Grabado en Le Zenith, de la capital francesa, en octubre de 1992, Paris se olvida saludablemente de la correción de "disco en vivo- presentación" y mete en el playlist varias joyas para deleite de los curemaníacos.

En todo sentido, el complemento perfecto para "Show".

Desde el principio queda clara la orientación del setlist con una "trilogía de la densidad" que se las trae. Flashback a 1982 para revisitar "Pornography" con el arrastre climático de "The figurehead" y trepar a la que tal vez sea la versión definitiva de "One hundred years" (de lo mejor de ambos discos). Acá sí que hay que subir el volumen: todas las dinámicas están perfectamente armadas y la banda logra matices, subidas, tensiones inusitadas a tres guitarras. Párrafo aparte para los límites que toca Robert Smith en su -ahora sí- mejor interpretación de ambos cds. ¡Si da escalofríos escucharlo en los picos de cada estrofa y en los "It´s feel like a hundred yeaaars" estirados del final!

Y más retroceso a los primeros 80´s con tres temas del seminal "17 seconds": "At night" (aterradora) "In your house" y "Play for today": aquí  la fiesta oscura es completa cuando el público parisino corea las melodías de teclados características del tema. El resto del set nos depara otras sorpresas, ya que entre algunos temas más recientes se esconden las eternas "Charlotte sometimes" y "Close to me". Queda tiempo, sin embargo, para una hermosa versión de esa gema pop oculta en "The Top" que es "Dressing up". 

Bonus
* Tanto "Show" como "Paris" fotografían a los Cure en un momento de cambio musical. De las estructuras y dinámicas "cuadradas" de mediados de los 80´s, el comienzo de la nueva década los encontró diversificando ritmos, incorporando colores. También serían las últimas grabaciones con el baterista Boris Williams.

* Existe una edición doble de "Show" con el agregado de versiones de "Fascination street", "The walk" y "Let´s go to bed". También se pueden conseguir esos temas en el cd- maxi single "Sideshow".

martes, 21 de septiembre de 2010

Discos: Old rottenhat (Robert Wyatt, 1985)

Género: el disco más político de Wyatt en los 80

A contrapelo del "signo de los tiempos", Robert Wyatt decidió afiliarse al Partido Comunista en pleno thatcherismo. El hecho coincidió con la grabación de su disco más explíticamene político, con Estados Unidos entre ceja y ceja y letras directas sobre su visión del mundo. 

Grabado entre 1984 y 1985, "Old rottenhat" nos trae a ese inmenso y adorable artista que es Wyatt en plena forma. Y como siempre, autoabasteciéndose (tocó y grabó todos los instrumentos) en su pequeño- gran universo musical de teclados, guiños jazzeros y percusiones como pinceladas.

Todo el disco avanza combinando esa mirada política de la que hablábamos con músicas claramente introspectivas, impresionistas. Como si con los mínimos elementos bastara para crear un Mundo. El blend resultante (no podía ser de otra manera con el ex Soft Machine) es otro disco singular, solito en su especie.

De a poco nos vamos metiendo en clima de la mano de "Alliance", con el narrador hablandole a ese capitalista "que necesita de los trabajadores más que a sí mismo" y que se cree "mid class" (cuando en realidad es "upper class"). La pieza central, sin embargo, tal vez sea la explícita "The United States of Amnesia", flotando entre contrabajos y hermosas melodías para las que Robert se dobla -fantasmalmente- a sí mismo.

El intermezzo jazzy- instrumental "Speechless" le da paso a un gran momento de música con "The age of self" ("dicen que la clase trabajadora está muerta/ que todos somos consumidores ahora"). Y en el final, "Gharbzadegi" nos trae otro de esos instantes de belleza que sólo Wyatt puede encontrar en la ejecución y la materia de la música. Esa música que sólo él parece escuchar, como traída de otro mundo que nosotros desconocemos. 

La despedida -cortita como una lullaby- es la canción que Robert le canta a su esposa Alfreda mientras ella se duerme dibujando la ilustración de tapa de "Old rottehnat"("poor little Alfie trying to draw/ Poor little Alfie trying to sleep")

O como un disco político dice adiós con una canción de amor.


Robert Wyatt- discografía cercana
Ruth Is Stranger Than Richard (1975)- Old Rottenhat (1985)- Dondestan (1991)

lunes, 20 de septiembre de 2010

Jazz nights: Stepping stones (Woody Shaw, 1978)

Altísima rotación en la compactera estas últimas semanas para este "Stepping stones", el disco que Woody Shaw grabó en vivo en New York, en el verano del 78.

A menudo indicado como el último gran innovador dentro de los trompetistas (en la línea histórica que empieza con Roy Eldridge y Gillespie y pasa por Clifford Brown- Lee Morgan) Shaw supo liderar bandas de renombre y es uno de los músicos de jazz más respetados del siglo que terminó.

Aquí lo tenemos en formato quinteto, entregando un transpiradísimo set de post-hard bop en el Village Vanguard, las noches del 5 y 6 de agosto de 1978.

Lo más fuerte está al principio con "Stepping stone", para seguir en tiempo de vals con "In a capricornian wave" (tal vez, lo mejor del álbum). Para la hermosa balada "All things being equal are not" los solos se reparten entre Shaw en flugelhorn y Onaje Gumbs- a él le pertenece el tema- en piano.

Pero en todos los casos la performance del quinteto pateó traseros esas dos noches en el Vanguard. Tanto que en las liner notes, Michael Cuscuna (productor original del lp) recuerda que aún algunas piezas difíciles como "Seventh avenue" y la frenética "Escape velocity" fueron a parar directamente al master de primeras tomas registradas el sábado 5.

Un disco entero, para dar play y dejar correr.

Bonus
* Por suerte, "Stepping stones" tiene edición nacional (Argentina) a través de Sony BMG.
* Woody Herman Shaw Jr. nació el 24 de diciembre de 1944 en Newark. Falleció a los 44 años, en 1989, en New York.

Personnel
Woody Shaw: cornet, flugelhorn
Carter Jefferson: tenor and soprano saxophones
Onaje Allan Gumbs: piano
Clint Houston: bass
Victor Lewis: drums

Discos: Jewels for Sophia (Robyn Hitchcock, 1999)

Género: el tiempo te destruirá como a un Dios Mexicano. 

A caballito de su pluma surrealista y descentrada de siempre, Robyn Hitchcock se despidió de los 90´s (y del milenio!) con otro gran disco. 

Editado en 1999, "Jewels for Sophia"es otro ejercicio del ex Soft Boys para convertir pequeñas ideas en canciones adictivas que nunca sabremos muy bien de donde vienen y -tal vez por eso mismo- nos seduzcan tanto.

Luego de un comienzo quieto y psicodélico ("Mexican God" y "The cheese alarm" respectivamente) levantamos el volumen para "Viva Sea-Tac", algo así como el homenaje a la distancia al Seattle de Cobain y Hendrix con Peter Buck de R.E.M en guitarras. Primer punto alto y qué bello que es un mundo donde tengamos a Robyn Hitchcock entre nosotros.

Y estas "joyas para Sofía" continúan pastorales con "I feel beautiful" (¿quién sino Hitchcock podría escribir una canción con las líneas "I water the tomatoes and I think of you/ No one´s ever watered me the way you do" o "I´ve been waiting on Festival Pier for you honey for decades"?).

Momento bellísmo del álbum, se pega otra love song, "You´ve got a sweet mouth on you, baby" con el talento de nuestro héroe a flor de piel. Pero un talento cercano, del que compone canciones bonitas a pesar de sus propias limitaciones. Un talento de este mundo (¿de ahí vendrá esa especie de compañía entrañable que sentimos al escuchar a Robyn?). 

Variado, abriendo múltiples ventanas, desfilan el up tempo "Nasa clapping", los power pop chords (y coros!) de "Sally was a legend" y ya la felicidad pop es completa. Echando mano de su veta más filosa con los Soft Boys y los primeros Egyptians, Hitchcock suelta el ritmo en "Elizabeth Jade", con inolvidables guitarras y órgano antes de entrar en otro tramo meditabundo entre "No, I don´t remember Guilford" y "Dark princess", con vibrafones y clima sostenido. 

Bonus
* Además de Peter Buck están las guitarras y coros de otros habituales colaboradores de Hitchcock, Tim Keegan y el ex Soft Boys Kimberley Rew
* En 2000 Robyn editó "A star for Bram", con los outtakes de "Jewels for Sophia". 

domingo, 19 de septiembre de 2010

Soul basics: Lay it down (Al Green, 2008)

Por Isley Juan

La seguidilla de comentarios al post anterior de Soul Basics –un contrapunto entre Spellbound, Ultravivido y yo- derivó, entre otras cosas, en que revisara la producción final de Al Green y descubriera ¡que había pasado por alto su último álbum! Así que, casi sin darme cuenta, una caminata por la avenida Corrientes con mi hija, desde Almagro a Villa Crespo, en Buenos Aires, desembocó en la disquería RGS, sobre Corrientes, a metros de Scalabrini Ortiz.

La disquería es adorable. Resiste a pie firme el embate digital –es algo así como un enclave de una época pre download– y solamente ofrece música envasada, bien exhibida y catalogada. Es más, salvo por un puñado de vinilos nuevos y algunas películas, aloja una amplia colección de cedés nacionales, europeos y americanos a precios razonables. Y está atendida por su dueño, alguien que de tan empeñado en ser un comerciante eficiente parece llevar sus conocimientos musicales como una imposición.

Así que mientras mi hija revisaba acá y allá, yo fui directamente a la sección “solistas masculinos” y con satisfacción encontré que estaba la producción de los últimos años de Al Green: "I Can’t Stop", "Everything is OK" y el que buscaba, "Lay It Down". Agarré el último y lo llevé al mostrador. El dueño-vendedor tomó la pequeña cajita e igual que a su colega de los vinilos usados, el músico afroamericano lo puso a hablar.

–Al Green... Mirá vos. Justo hoy me llegó la lista de la distribuidora que decía que lo descatalogan.

–¿Quiere decir que me estoy llevando el último?

–No, alguno más me queda –me dijo, satisfecho de su reserva mientras se lo alcanzaba a su única empleada para que me armara la factura.

Viejo, experimentado y sexy

"Lay It Down" es como la disquería de Villa Crespo: algo bien hecho, levemente anacrónico, que todavía tiene algo para decirnos sobre el mundo a pesar de que no ocupe un lugar central. Gran mérito parece haber en ello de los productores, los muchachos de The Roots “?uestlove” Thompson y James Poyser (pronto nos ocuparemos) que se las ingeniaron para volver a traer al Al Green de su época dorada, el que revisitamos justamente en el post anterior, pero a sus sesenta y pico de años, bien en presente.

Con una serie de sutiles decisiones –por ejemplo, actualizar el sonido rítmico, pero dejar calcado el de los vientos o traer invitados como John Legend o Corinne Bailey Rae pero mantenerlos lejos del primer plano - consiguen lo que Mitchell, su productor de siempre, no pudo con "I Can’t Stop" y "Everything is OK", sus álbumes del regreso.

En sus once canciones, Green le canta al amor y vuelve a encender la chispa apagada durante su retiro espiritual. Hay algo esencial, experimentado, hasta sexualmente sucio sobrevolando cada media entonación de su voz, ahora ligeramente más cascada pero tan potente como siempre.

Los títulos de las canciones reflejan algo de todo esto. El álbum abre con "Lay It Down" (“rendite, dejalo ir" invita sin ansiedad a la mujer destinataria de la canción) y sigue con "Just for Me" (gran estribillo en falsetto, cantando en paralelo con los vientos) y "I Don’t Wanna Change Your Mind" (otra canción que habla de aceptación y revisita con éxito el sonido Philly).

Después viene uno de los momentos más altos: "What More Do You Want From Me". Bien del sur, con cierto aire Staxioso que la sobrevuela, Green canta un leve reproche. Pasan sin desentonar las colaboraciones con Corinne Bailey Rae –la del hit "Put Your Records On"- y John Legend, y sobre el final, otros dos grandes momentos del álbum, con definiciones de afirmación personal: "I’m Wild About You" (“digo lo que tengo que decir, transito el camino que tengo que caminar, y solamente vos y yo”) y "I’m Standing in the Rain": “anotate esto si podés/ soy un hombre frío que trabaja duramente/mirá la guitarra en mi mano/Estoy parado acá afuera en la lluvia”.

El resultado total, parafraseando a Georgie B. que pedía a los artistas maduros “no la sencillez que no es nada, sino la modesta y secreta complejidad”, es una obra que suena natural, sin esfuerzo, pero primaria y profunda. Como Musicology, de Prince o Two Against Nature, de Steely Dan, "Lay It Down" termina ganándose su lugar como una gran obra tardía, un disco esencial cuando el mundo está ocupado en otros asuntos.

Sería una lástima que eso nos confunda: aunque no sean sus tiempos, el reverendo sigue teniendo un par de cosas para contar y convendría andar escuchando.

Coda:

Ya la nombré, pero escuchen “Belle” (1977). Me animaría a decir que es el otro disco fuera del período dorado que tiene su encanto. Desinteresado de la música disco, pero dotando de cierta gracia al Middle of the Road al que tanto provecho le sacaron en aquellos años bandas como Eagles o Chicago, tiene al menos dos canciones que podrían ir a parar tranquilamente a su mejor grandes éxitos.

Sunday morning soundtrack

Fleetwood Mac, Rumours (1977)

Divorcios. Peleas. Excesos y separaciones: canciones.
Fleetwood Mac '77.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Vinilos de hoy

Como para ir ambientando el set de jazz, funk & soul de esta noche, algunos elepés que encontramos hoy en Parque Los Andes, Buenos Aires.

Dionne Warwick, Just being myself (Warner Brothers, 1973)

Embriagador el groove de "You´re gonna miss me", como para arrancar marcando la cancha con la calidez de Dionne. Mucho Holland- Dozier- Holland en el repertorio y en la producción, además de prestar su estudio en Detroit para la grabación.  



Quincy Jones, Mellow madness (A&M Records, 1975)

Exquisita ensalada de funk, afro soul y baladas del maestro Jones. Con unos aún ignotos Brothers Johnsons, a quienes Quincy produciría al año siguiente en su lp debut, "Looking for our #1".

La edición que conseguí es nacional, así que en el título leemos "Locura tierna". Que tal.  

viernes, 17 de septiembre de 2010

Discos: Scary monsters (David Bowie, 1980)

El último gran disco de Bowie

Tal vez sería 1991 ó 1992. Yo tenía 18 años y quería comprarme mi primer disco de ese artista tan renombrado llamado David Bowie (del que dicho sea de paso, apenas había escuchado algún concierto o temas sueltos). 

Sin saber muy bien por dónde empezar compré "Scary monsters", su disco de 1980.  Todavía recuerdo esa sensación de no entender nada que tuve escuchando los primeros temas (esas dos locuras en secuencia que son "It´s no game" y "Up the hill backwards"). Pero sobre todo la primera: una demencia absoluta. Y lo que sentí fue una horrible mezcla de desilusión con la idea de "no estar preparado" todavía para algo que me dejaba cruelmente afuera ¿Nunca les pasó? ¡Inmediatamente fui a devolver el cd a la disquería!

Todo esto para contar que casi 20 años después, volviendo sobre "Scary monsters" pienso dos cosas:

1) que es el último gran disco de Bowie, por supuesto, y 
2) que también es su disco más desquiciado (a no ser por el lunático "Lodger"). Una maquinación enfermiza en la que mucho tienen que ver los músicos que participaron de las sesiones. Básicamente Robert Fripp y el guitarrista experimental Chuck Hammer, que hizo las veces de Eno agregando texturas de synth guitars aquí y allá. 

Sin embargo, el productor Tony Visconti asegura que para este álbum David quería lograr un sonido menos experimental y más directo, y que por eso se dedicó a escribir las letras y planificar algunos temas con mayor antelación que en la "trilogía Berlín".
Al frente, entonces, con "It´s no game", gorda y arrastrada con esos coros tan Bowie. Pero... ¡hay que escuchar a esa japonesa arengando entre las estrofas, por encima, delante y detrás de las voladas guitarras de Fripp! La señorita en cuestión: Hisari Miura. ¿Y qué decir del registro totalmente sacado de David? Al final todo se termina con esos "shut up!" que mandan a callar los insoportables chirridos de Fripp.

Pegada, "Up the hill backwards", de sorpresivas y hermosas melodías. Una genialidad rara a la que le sigue la tenebrosa "Scary monsters (and super creeps)", más en la veta de "Lodger". Pero el disco no estaría balanceado sin esas dos gemas que son "Ashes to ashes" y "Fashion". La primera, de flotación astronómica, con una resolución sideral y esos teclados y el Duque repitiendo "my mama said to get things done/ you´de better not mess with Major Tom". Escalofriante. Y un video inolvidable, también, para un tema de Art Rock superior (y aún no superado).  

"Fashion" es otro que está entre los mejores 20, 25 temas de Bowie. O como un muchacho blanco británico puede tener groove y conocer todos los yeites funk/ soul y hacerlos propios. Una canción completa: coros superlativos, solos, puentes (ese "listen to me/ don´t listen to me..." marca la diferencia) y estribillos con los fa-fa-fa-fa fashion antológicos. Otra obra de arte.

La segunda mitad no es tan impactante pero tiene buenos momentos. "Teenage wildlife" es otro de esos temas en la veta de "Heroes", épico y con coros abiertos y David se da el gusto de versionar "Kingdom Come", de Tom Verlaine, antes de compartir guitarras con Pete Townshend en "Because you´re young".

Fin de un disco y de un período dorado. Lo que vendría después sería otra historia.

Bonus
* Por supuesto, las mejores reediciones de Bowie siguen siendo las de Ryko de principios de los 90. La de "Scary monsters" trae cuatro bonus con versiones raras de "Panic in Detroit" y "Space oddity", además de dos rarezas: "Crystal japan" (una cara A en Japón, 1979) y un cover de "Alabama song", de Kurt Weill.
* La contratapa de la edición original en vinilo mostraba imágenes de discos anteriores de Bowie como "Low", "Heroes" y "Lodger".  

Soundtrack de viernes: Look sharp! (Joe Jackson, 1979)

Qué mejor para arrancar el viernes que un shot rápido y energético de New Wave.

De la discoteca (comprado en una mesa de saldos de una disquería de New York con lps ¡a 2 dólares!) elegimos el primero del gran Joe Jackson, "Look sharp!".

Cosecha 1979, Look sharp! marcó el debut de Jackson con un set rápido y filoso. Urgente pero con tiempo para detenerse en la delicada "Is she really going out with him?", aquel hit radial de alta rotación en FMs.

Pero hay más. El comienzo no da tregua con la dupla "One more time"/ "Sunday papers" y la semi modorra de "Happy loving cuples" se ve interrumpida con el latigazo furioso de "Throw it away".

¡Y qué gran tapa! La Rolling Stone la puso número 22 entre las mejores 100 cubiertas de la historia. Elegancia, sí, noche, también, pero siempre con el pulso de una calle urbana. Un resumen de esta primer música anfetamínica del británico. En la segunda mitad, claro, tenemos "Look sharp!", el reggae perezoso de "Fools in love" y otro hit temprano de Joe, "Got the time", versionado por ¡Anthrax! en 1990.

Bonus
En 2001 "Look sharp!" fue reeditado en cd con dos bonus tracks, los B sides de "One more time" y "Is she really...": "Don´t ask me" y "You got the fever".

Joe Jackson: vocals, piano, harmonica
Gary Sanford: guitar
Graham Maby: bass
Dave Houghton: drums

jueves, 16 de septiembre de 2010

Clásicos: Goodbye yellow brick road (Elton John, 1973)

Género: obra maestra de los 70´s

Alguien le tendría que haber dicho a Elton y a Bernie Taupin que pararan de escribir canciones. Que ya había como para dos (y hasta tres) buenos discos en lo que sería "Goodbye yellow brick road".

Cuenta la historia que recluido en un hotel de Jamaica (y descontento con el estudio que originalmente habían elegido para grabar, sumado al  quilombo político jamaiquino) Elton se dedicó a componer música para las letras que ya tenía armadas Taupin. La dupla salió de ahí con diecisiete canciones listas para grabar, de vuelta al Château d'Hérouville, en Francia, donde Elton ya había grabado Honky Château y Don't Shoot Me I'm Only the Piano Player.

¿Y cuántos discos conocemos donde diecisiete canciones estén buenísimas, recorran decenas de estilos  y algunas rocen lo sobresaliente? A Goodbye yellow brick road le sobra chapa para entrar en esa categoría de discos que vienen de una catarsis y conducen directamente al Arte.

De funerales, decadencia y estrellas de Hollywood

Y parece haber una fijación en las letras de Taupin con las estrellas de Hollywood en caída libre, los vicios y las vidas descarriladas de esa "enfermedad social" que es la vida moderna.

El disco tiene un comienzo tremendo con los 11 minutos de "Funeral for a friend (love lies bleeding)" entre la marcha fúnebre y la soltura de un rock & roll alocado, marca registrada de la casa.

Enseguida empiezan los futuros clásicos: "Candle in the wind" flota en unos coros impresionantes que caen en picada como si fueran un llanto (en este caso, por la malograda Marylin) y "Bennie and the jets" es la música que deberíamos escuchar en una FM ideal todos los sábados a la noche. Ambientada en vivo, la canción es otra obra maestra tocada con mucho feeling, burlándose, de paso, del Glam Rock, sus tacos y disfraces. ¡Atención al solo de Elton!

Pero hay mucho más. Aún en los temas que a primera oída podríamos catalogar como "menores" estamos ante un gran nivel.  Es el caso de ese pseudo rock progresivo que es "Grey seal",  la mini opereta "This song has no title" o  el  reggae irónico y mala leche que es "Jamaica jerk- off". Absolutamente todo tocado con una asombrosa libertad, con los músicos sueltos como performers, sin traumas.

En el medio, otro clásico como "Goodbye yellow brick road": pura concentración melódica en tres minutos. 

Todos los estados de ánimo 

El costado melanco domina la dramática "I´ve seen that movie too", con esos mid tempos y aires neoclásicos que tan bien visitó siempre Elton, que a continuación se pone la pilcha de Randy Newman para "Sweet painted lady", otro punto alto. ¿Esto se hace demasiado largo? Es que no se pueden dejar canciones afuera... ¡Hay que escuchar el feeling que le pone Elton a "Little dirty girl", o lo bien llevado que está el rock de amor lésbico "All girls love Alice"!

En el tramo final, un poco más de rock and roll con dos al hilo: "Your Sister Can't Twist (But She Can Rock 'n' Roll)" y el hit "Saturday Night's Alright for Fighting". Muchas, demasiadas canciones buenas de verdad. 

Solita y al final, por si todavía quedan dudas, nos despedimos con "Harmony", otra de esas canciones para que se te caigan las medias en apenas 2 minutos, 46 segundos. Todo, todo está ahí. En esos coros, en esas caídas. En esa jodida canción tan pero tan buena.   

Harmony and me/ we´re pretty good company/ 
Looking for an island in a our boat upon the sea..

Bonus
* "Goodbye yellow brick road" vendió 31 millones de copias en todo el mundo. Y en 2003 la Rolling Stone lo ubicó en el puesto 91 de los mejores 500 discos de todos los tiempos.
* Los Beastie Boys versionaron "Bennie and the jets" en su doble The sounds of science 

Los 70´s dorados de Elton
"Tumbleweed Connection" (1970) "Madman Across the Water" (1971) "Honky Château" (1972) "Don't Shoot Me I'm Only the Piano Player" (1973) "Goodbye Yellow Brick Road" (1973). 

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Discos: The understanding (Röyksopp, 2005)

Si el disco debut de los noruegos Röyksopp (Melody AM) nos sedujo, el segundo, The understanding, nos dejó directamente con la boca abierta. 

Y es que al lado de su osadía y expansividad, las prístinas melodías del debut parecen apenas los palotes de un arte en formación. El tímido bosquejo de lo que nadie, en realidad,  parecía esperar del dúo conformado por Torbjørn Brundtland  y Svein Berge.

Por todo ello, The understanding implicó un salto cualitativo para un grupo que pasó a orbitar en otra galaxia de su electrónica arty, sofisticada y ambientalista, heredera tanto de Eno y Kraftwerk como de Erik Satie, Francis Lai y Giorgio Moroder.

Ya en "Only this moment" aparecen los elementos que definían Melody AM, aunque la paleta sonora empieza a ampliarse como un caleidoscopio de múltiples cabezas. Cuánta belleza en melodías, en  climas europeos y en la voz de la noruega Kate Havnevik. 

DJ´s, remixers, artistas del nuevo milenio, los Röyksopp saben como mantener un flow y "The understanding" baja la excitación entrando en terrenos más sombríos con "49 percent" y "Sombre detune" antes de  alcanzar su mejor momento entre los tracks 5-7. 

Y es que tanto "Follow my ruin" (arriba, en las nubes más celestes) "Beautiful day without you" (acá, un poquito más cerca) y sobre todo la belleza inasible de "What Else Is There?" (con Karin Dreijer Andersson de The Knife en voz) redondean -sin exagerar- uno de los momentos de música más hemosos e impactantes de toda la década. De esos que nos hicieron volver a creer que un Arte Verdadero todavía es posible dentro de algo tan bastardeado como el rock.

¿Y para qué sirve la música de Röyksopp? ¡Para viajar! Para disfrutar de pequeños y grandes detalles. Para ser felices metidos en el sonido y la materia de la música. Y para elevarnos a un lugar que el rock -nuevamente- hace rato no alcanzaba.

Queda tiempo para la cita a los Tangerine Dream en el comienzo de  "Alpha male" y el suave descenso de "Dead to the world"

Bonus
* La edición digipack de "The understainding" incluye un segundo cd con 5 temas extra.
* Algunos samples escondidos en el disco: Camel, The Drifters...

Discografía
* Melody AM, 2001
* The understanding, 2005
* Röyksopp´s nights out EP, 2006
* Junior, 2009
* Senior, 2010

Discos: Sonic temple (The Cult, 1989)

Si en "Electric" (1987) la influencia principal de los The Cult fueron AC/DC y Judas Priest, en Sonic Temple la proa viró hacia Estados Unidos, con Lynyrd Skynyrd y la gran canción americana como Santo Grial. 

Polvo y metal

Y el desierto y el polvo sirven como telón de fondo a este templo metálico (si nos referimos a la aleación ferrosa de su audio) y místico que el grupo erigió en 1989 con "Ceremony" (91) como continuidad conceptual. No por nada palabras como Soul, Fire y Earth -junto con cruces y referencias religiosas varias- pasarían a ser claves en el imaginario letrístico el grupo.

Punto de quiebre al interior de la banda, también, el disco sería el último con Jamie Stewart como bajista e indicaría el desmembramiento del núcleo original. En lo sucesivo, la dupla de Ian Astbury y Billy Duffy tuvo que recurrir a los servicios de músicos de sesión para ocupar los lugares vacantes. 

We love you America

Producido por Bob Rock (Aerosmith, David Lee Roth, Bon Jovi y Skid Row, entre otros) no casualmente Sonic Temple se convirtió en el mayor éxito de los Cult en norteamérica, a caballito de los singles "Fire woman", "Edie (ciao baby)" y "Sweet soul sister". Rock para estadios y estribillos coreables. Sin embargo, lo más interesante sucede en los momentos no tan explícitamente explosivos. Esos pasajes donde el dúo se acuerda de su pasado psicodélico y logra trances originales en su cruza con América.
 
"Sun king", "Sweet soul sister" y "Fire woman" -por caso- son buenos temas, pero explotan de manera algo vulgar (para una banda que nunca lo fue) en estribillos y giros que se acercan peligrosamente a los peores clichés del Hair Metal de los 80´s y aledaños.

El disco empieza a soltarse de verdad con "American horse", un poderoso mid tempo de derivación psicodélica,  y "Edie" es un alto momento de canción orquestal, dedicado a la hermosa Edie Sedwick, actriz del séquito de Andy Warhol fallecida en 1971.
Conceptualmente lo mejor está en la segunda mitad, donde ocurre aquello que señalábamos: la banda exuda rock and roll esquivando lugares comunes.  

"Soul asylum" (tal vez el verdadero corazón del set, en busca del eslabón místico perdido con el "Kashmir" de Zeppelin) son 7 minutos y medio de arrastre y tortuosidad pesada trabajada hasta el último detalle. "New York City" (más deslumbramientos con la Gran América) patea traseros sin concesiones con un tapado Iggy Pop en coros y la banda se suelta a pleno en "Automatic blues" antes de encarar el final con "Soldier blue" y "Wake up time for freedom".

La historia del rock conoce varios capítulos de bandas británicas deslumbradas con América. La suerte de esas aventuras ha sido dispar, pero en "Sonic Temple" los The Cult salieron relativamente bien parados.

Bonus
 * La edición en CD de "Sonic Temple" agrega el bonus track "Medicine man".  
* Mickey Curry fue el baterista elegido para grabar en el álbum, reemplazado luego en las giras por el ex Guns and Roses Matt Sorum.