martes, 30 de noviembre de 2010

Discos: Polyfusia (Seefeel, 1994)

Género: techno ambient + dub + noise de los tempranos 90.

Desempolvando cds de la discoteca nos encontramos con algunas rarezas de comienzos de los 90. En este caso de la mano del sello indie británico Too Pure y uno de sus hijos más oscuros: los británicos Seefeel

Formados en Londres en 1992 y capitaneados por el guitarrista Mark Clifford, este cuarteto llegó a su primer álbum, "Quique", en 1993. Pero antes grabó dos EP para el sello Too Pure ("More like space" y "Pure, impure") compilados en el disco que nos ocupa hoy, "Polyfusia".

Musicalmente, a los Seefeel podríamos ubicarlos dentro de un techno ambient (tan experimentado desde distintos ángulos en la interesante primera mitad de aquella década) con leves influencias noise. Etéreos, flotantes y profundos a la vez -mérito de sus bases de clara inspiración dub- apuntan al trip repetitivo y a la construcción de ambientes envolventes.

Pero si tuviéramos que redondear una definición de la experiencia de escucha de Seefeel, en Ultravivido no dudaríamos en calificarla como  psicodelia. Un viaje por momentos celestial, por otros levemente siniestro, directo a la materia de la música. Ideal para usar con auriculares en viajes largos o elevar habitaciones a la más perfecta flotación.

Sin canción. Sin tema. Sólo sonido y paisaje extendido.

Tracks favoritos: las oleadas de guitarras y el ritmo sostenido de "More like space", la muy bloodyvalentiana "Come alive", la luminosidad estelar de "Plainsong", el mareo espacial de "Moodswing".

Como condimento, "Polyfusia" entrega dos remixes de "Time to find me" a cargo de Aphex Twin.

Seefeel
Mark Clifford, Sarah Peacock, Shigeru Ishihara, Iida Kazuhisa

viernes, 26 de noviembre de 2010

Soundtrack de viernes: Don´t call me buckwheat (Garland Jeffreys, 1991)

Todo un día perdido haciendo trámites. Buenos Aires un infierno de calor y tránsito...
 
Pero no nos importa, porque es viernes y en los auriculares tenemos al legendario Garland Jeffreys y su gran disco de 1991, "Don´t call me buckwheat". La vieja magia de siempre para mezclar rock and roll, Gospel, R&B, funk y reggae. 

Y unas letras que auscultan de manera implacable (pero con poesía) el estado del mundo en los nacientes 90´s. Conciencia social en forma de una música brillante.

Momentos favoritos: el reggae hi fi de "Welcome to the world" ("bievenidos al nacimiento de una nación de segregación/ todavía hay una separación más negra que 100 medianoches"); el rock and roll saltarín de "Don´t call me buckwheat", los dientes apretados de "I was afraid of Malcolm", los climas de "The answer" y "Spanish blood"

Y el highlight del disco, el homenje de Jeffrey a la historia grande en "Hail hail rock and roll":

Hail hail rock 'n' roll, comes from r&B and soul
Don't leave me standing in the cold
I used to fake 'i never grow old'
Hail hail rock 'n' roll, don't leave me standing on the bleak
Don't leave me stranded on the street
I see the light, i feel the heat

Pura música. Plena de amor, unidad y libertad.

Bonus
Garland Jeffreys nació en 1943 en Brooklyn, sus raíces son Afroamericanas y Puertorriqueñas. Estudió arte en la Syracuse University, donde conoció a Lou Reed. Editó discos desde 1969. 

jueves, 25 de noviembre de 2010

Discos: Nancy Sinatra (Nancy Sinatra, 2004)

He aquí un buen disco de los 00´s. La paradoja, dirá alguien por ahí, es que se trata de un disco "regreso". Porque la que regresó fue nada menos que Nancy Sinatra, la chica de los éxitos sixties como "These boots are made for walking" o "Something stupid". Pero sobre todo la que todos preferimos: la de la unión fantasmática con Lee Hazlegood. Entre los dos alumbraron lo mejor de la carrera de Nancy. 

Ya comenzado el siglo XXI algunos muchachos melancólicos (léase Jarvis Cocker, Joey Burns y sobre todo Morrissey) decidieron ir en busca de la hija de Frank para ponerla a cantar otra vez. Generosamente, también, le acercaron canciones: muy buenas canciones para que el repertorio del retorno sea sólido. El resultado: un disco transitable de comienzo a fin. ¿Cuántos discos así conocemos en los 00´s?

El comienzo de aires mexicanos/ fronterizos corresponden a los Calexico, la banda soporte detrás de "Burnin´down the spark", una canción tan buena como las de antes. 

La piel se pone de gallina escuchando a Nancy aconsejar a las chicas "Don´t let him waste your time" ("dejalo leerte la palma y adivinar tu signo/ dejalo llevarte a casa y que trate bien/ pero nena, no dejes que te haga perder el tiempo"). Tal vez la mejor canción que alguna vez haya compuesto Jarvis "Pulp" Cocker (tanto, que en un gesto de escasa caballerosidad  la incluyó en su propio lp debut).

Y Nancy también puede rockear. Si no, escuchen con qué cancha aborda "Don´t mean nothing" o serpentea sobre "About a fire", dos puntos altos del set. De vuelta a las piezas lentas, nuestra blonda deidad nos apunta directo al corazón con "Bossman" y comparte los lamentos de "Let me kiss you" con un fantasmal Morrissey. 

Para que se caigan todas las medias de una.

Bonus
Otros músicos que grabaron en el disco: Richard Hawley, Thurston Moore, Pete Thomas (Elvis Costello drummer) Pete Yorn, Jon Spencer y los U2. 

martes, 23 de noviembre de 2010

Discos: Radio city (Big Star, 1974)

Las tensiones al interior de Big Star llegaron a su punto álgido en la Navidad de 1972, cuando Chris Bell abandonó definitivamente el grupo.

A la escasa repercusión comercial de #1 Record se le sumaron las disputas cada vez más frecuentes entre Bell y Alex Chilton, cuya personalidad dominante ya resultaba demasiado para la frágil personalidad de Chris. Ambos, además, querían cosas diferentes para el grupo: Bell, volcarse más al estudio, Chilton, al vivo. A fin de año, uno del par dijo basta.  
 
Reducido ahora a trío el grupo estuvo a punto de separarse, pero un show local con buenas críticas decidieron a Chilton a seguir junto a Andy Hummel y Jody Stephens. En el invierno de 1973 entraron nuevamente a los Ardent Studios para grabar el sucesor de "#1 record".

¿Pierde, empata o supera a aquel mágico debut este "Radio city"?

Las discusiones serán eternas, pero lo cierto es que aquí tenemos otra colección de brillante Power Pop: vital, urgente, aunque menos descollante, tal vez, a nivel compositivo. Las canciones son menos (¿se las había llevado consigo Chris Bell acaso?) aunque las dinámicas y progresiones se refinan -por momentos- con respecto al debut.

"Oh my soul" no aporta demasiado al canon del grupo y el comienzo del álbum se entretiene abusando de los arreglos. Recién en "Way out west" comienzan a brillar las armonías y en "What´s going ahn" hacen su entrada esos ribetes agridulces marca registrada de la casa.

Hay ejercicios de maestría pop en "You get what you deserve" y el set se empieza a desperezar con la electrificación excitante de "Mod lang" y "She´s a mover": el perfil más "raw" de los Big Star. "Back of a car" (y sobre todo la bellísima "September gurls") recuperan la frescura inicial y "Daisy glaze" -con su cambio repentino de ritmos, sus arreglos inspirados- resume el ADN de la banda.

Pero la historia no se torcería tan fácil y la mala distribución de Ardent/ Stax (sumados a conflictos con Columbia) volvería a atentar contra la magia triste de los chicos de Memphis. A pesar de recibir buenas críticas, "Radio city" pasó prácticamente desapercibido en las listas de ventas. Era el comienzo del fin.

Bonus
* Chris Bell participó en las primeras sesiones del álbum y colaboró con letra y música en dos canciones ("Oh my soul" y "Back of a car") pero no quiso participar en los créditos.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Chris Isaak X 2: "San Francisco days" & "Forever blue"

Seguimos escuchando discos de Chris Isaak. Como todos sabemos, socio pleno del Club de Admiradores de Elvis. 

Además de actor, surfista, TV showman y sex symbol, Isaak viene grabando desde 1985 buenos discos de rock and roll y baladas: los dos estilos por los que navega su fraseo de los años 50´s.

Hoy en la compactera hacemos doblete con dos lps de los 90.

San Francisco days (Reprise records, 1993) 

El comienzo es sólido con una buena canción en la veta "mid tempos para ir manejando bajo el sol" ("San Francisco Days") y enseguida levantamos con "Beautiful homes".

Apretamos un poco más los dientes con el blues "Round 'N' Round" y el tramo climático toca su peak con "Can't Do a Thing (To Stop Me)": coros de chicas y ambientes dignos de película de David Lynch (con quien Chris coloboró en "Twin Peaks").

Y si hay algo notable en estos discos es su audio: cálido, profundo pero con espacio para detalles y brillo. Mucho conocimiento de como sonar 50´s y moderno a la vez (mérito del sound consultant Louie Beeson, a quien Isaak dedica el álbum).

Un poco de slide perezoso decora "Except the new girl" y aceleramos nuestro descapotable con "I want your love" y "Lonely With a Broken Heart", Hammond B3 incluido. Una fiesta. Luego de la balada de rigor para las chicas ("Waiting") nos despedimos con la versión de "Solitary man", clásico de Neil Diamond aparecido en los American recordings de Johnny Cash. Esta versión se acerca más a la clásica incluida en "Hot august night", aunque aquí unos slides climáticos le dan un aire incierto a cada estrofa. ¡Aprobada!

Chris Isaak - vocals, guitar
James Calvin Wilsey - guitar
Rowland Salley - bass, vocals
Kenney Dale Johnson - drums, vocals
Jimmy Pugh - Hammond B3 organ on "I Want Your Love"
Danny Gatton - Guitar

Forever blue (Reprise records, 1995)
"Plenty of speed, no thought of danger"

El set empieza fuerte con el blues "Baby did a bad bad thing", con Isaak soltándose a pura garganta. Qué gran cantante ¡Vúmetros en rojo! Se le pega "Somebody´s crying", que arranca como balada pero después levanta y cierra convenciendo. Gran tema (ambas canciones aparecen en "Eyes wide shut", de Stanley Kubrick).

En "Graduation day" las niñas se mojan mientras bailan y "Go walking down there" es otro punto alto con la banda a pura cintura, subiendo y bajando en intensidad. Dientes apretados y gran trabajo de Jimmy Pugh en Hammond.

El disco se calma a la altura de "Forever blue" (sí, sí, otra para las chicas) y vuelve a ser luminoso y rutero con "Goin´nowhere". El momento "lyncheano" del set, en este caso, se lo lleva "Change your mind". 

Chris Isaak - vocals, guitar
Kenney Dale Johnson - drums, vocals
Jimmy Pugh - Hammond B3 organ
Rowland Salley- bass, vocals
Johnny Reno- sax, vocals

jueves, 18 de noviembre de 2010

Clásicos: Steve Mc Queen (Prefab Sprout, 1985)

Género: British pop masterpiece de los 80

Alguna vez con un amigo esbozamos la teoría de que hay grupos que están justo en el borde entre el ejercicio pop liviano y la música con verdadera sustancia. Justo ahí, pero de este lado.

Grupos que -dicho sea de paso- defenderemos a capa y espada ante los embates del energumenismo del "aguante rockero", viejo y perimido. Ante los hombres de Neardenthal para los que todo es "blando" opondremos Belleza en forma de música, aquí y en todas partes. 

Paddy Mc Aloon y sus Prefab Sprout pertenecen a esa especie de grupos "en el límite" (junto con los Go- Betweens, Lloyd Cole, los Crowded House o Pet Shop Boys, para seguir en la misma década). Miembros de la alta nobleza del pop de los 80 y artífices de una música sofisticada, elegante, repleta de detalles de alta refinería. Y con sustancia. Un mix muy difícil de lograr, si lo pensamos bien. 

En 1985 McAloon y los suyos alcanzaron su mejor marca con Steve Mc Queen (aka "Two wheels good", por problemas legales, en Estados Unidos): un disco a esta altura clásico por su atemporalidad. Concebida en plena década del 80, la música contenida aquí no está atada a ninguna fecha, ni ninguna moda. Flota en una burbuja propia donde se mezclan algo de Northern Soul, jazz, pop de todas la vertientes y un estética con guiños a la vieja escuela rockera de los 50´s.

Motos y jeans rotos para hacer un pop de alta factura.

Quienes todavía lo admiramos y escuchamos tenemos nuestros momentos favoritos.

El primer tándem de canciones es sobresaliente, con la seguidilla "Faron" (¿qué es esto? ¿"Rockabilly hi fi"?) "Bonny" (fuerza, belleza armónica, arreglos y una melancolía lejana e inapresable) y el highlight "Appetite": no se puede, simplemente, componer música pop superior a ésta.

El disco llega a otro punto alto con "Goodbye Lucille #1" (el primer tema que escuche de los Prefab en alguna FM hace nada más que...25 años). Aquí las palmas se la llevan los "Johnny Johnny Johnny" susurrados por Wendy Smith y la conmovedora performance de Paddy McAloon a grito pelado con sus "No you won´t!", antes de los punteos de guitarra finales.

Y con eso ya podríamos despedirnos, o al menos segmentar la escucha (el Talón de Aquiles de "Two wheels..", hay que decirlo, podría ser la saturación de edulcorante). De la segunda mitad nos llevamos de recuerdo los aires jazzeados de "Horsin´around", el optimismo de "When the angels" y el clima navideño de "Blueberry pies".

Bonus
* Produjo Thomas Dolby
* La foto de tapa es una referencia a la pasión de Steve McQueen por las motos y al film de 1963 "The Great Escape"

Prefab Sprout 1985
Paddy McAloon: vocals / guitars / keyboards
Wendy Smith: vocals / guitars / keyboards
Martin McAloon: bass  
Neil Conti: drums

lunes, 15 de noviembre de 2010

Discos: The future (Leonard Cohen, 1992)

Género: esperando que llegue el milagro (con Leonard Cohen cantando).

Al parecer las esquirlas creativas de "I´m your man" llegaron un poco más allá, y Leonard Cohen puso un pie en la década del 90 con otro gran disco.

Lleno de presagios, de nubes amenazantes, de esperanzas e ideas - sí- sobre el futuro ya presente y el estado del mundo post-todo, "The future" extendió ese "estado de gracia" de Cohen de fines de los 80, antes de que el señor de la voz dorada colgase los hábitos de este mundo y se retirase a meditar al Mount Baldy Zen Center, donde permaneció los siguientes cinco años.

Musicalmente, "The future" continuó la senda de su antecesor, absorbiendo todo tipo de fórmulas pop con naturalidad y elegancia. La marcha suave de "Democracy" se ocupa de las contradicciones de un Estados Unidos que el narrador termina confesando amar y "The future" (el tema) no ofrece un panorama alentador: "Vi el futuro, hermano/ y es asesinato" comenta un Cohen inspirado por los disturbios de Los Angeles de 1992, sobre un ritmo galopante y los habituales coros de chicas detrás.

Los aires levemente country (con violines y todo) de "Closing time" le dan aire y "cantabile" al disco, aunque el gran momento -sin embargo- llega un ratito antes, ni bien empezado el álbum, con "Waiting for the miracle": casi 8 minutos arrastrados, sonando a verdadero "fin del mundo", con la voz de Leonard llenando todo el audio.

Todo aquí es una maravilla: la flotación, el ambiente, las esperas ante la voz majestuosa de nuestro héroe y poeta. Hagan la prueba: abran las ventanas en estas noches de primavera y dejen correr "Waiting for the miracle", sin apuros, simplemente esperando. La canción, como todos recordaremos, decoró alguna de las escenas de ese film (también tan "fin del mundo") que fue "Natural born killers".

Una vez en el monasterio Zen, a Cohen lo bautizaron con un nombre Dharma ("Jikan") que significa "silencio". ¿Sabrían los monjes de Mount Baldy que esa fue siempre una cualidad importante en la música del canadiense? Ahí están la bellísima "Be for real", la rendición bluseada a Irving Berlin de "Always" o el instrumental "Tacoma trailer" para probarlo.

Aire, levitación, espacio y silencio. Las cualidades de una gran música imperecedera. Para todas las noches de todas las primaveras. Hasta que llegue El Futuro.

Leonard Cohen- discografía cercana
I´m your man (1988)- The future (1992)- Cohen live (1994)

domingo, 14 de noviembre de 2010

Saturday night´s alright for rockin´

Sábado a la noche con amigos.

Terrraza, noche estrellada, Fernets, humo y música de fondo.

Dejamos correr- rato largo- a los fabulosos The Blasters. Esa entrañable banda de los hermanos Alvin oriunda de Downey, California y poseedora de un blend único en la mejor tradición americana.

Rock roots, rockabilly, R&B y Mountain music. Todo lo pueden encontrar en el doble "Testament: the complete Slash recordings" editado por Rhino/ WEA en 2002.

Enjoy it, folks!

Chequear también:
Los Lobos, Just another band from East L.A
The Mavericks, The Mavericks

viernes, 12 de noviembre de 2010

Discos: Frank Black (Frank Black, 1993)

Género: discos para cantar y manejar bajo el sol

Los discos de Pixies tienen un pequeño problema: sacando temas aislados, ya no se pueden escuchar. 

Por un lado, porque ya tenemos incorporadas en nuestro disco rígido esas lecciones acerca del uso de dinámicas, de cambios, de intensidades. Por el otro, se trata de discos bastante histéricos y poco amables con el oyente: todo el tiempo buscan sorprender. Y uno se pregunta: pasada la sorpresa ¿qué?

Si bien Bossanova o Doolitle son grandes discos, no parecen haber pasado muy bien la prueba del tiempo.

Parte de esos problemas se alejaron cuando el gordito y talentoso Black Francis mutó su nombre a Frank Black y grabó su primer disco solista en 1993. Todavía hoy un disco entretenido, vital, lleno de ideas que dejan atrás (o superan) los límites probados por Pixies. 

Tal vez la clave sea la mirada pop que recorre el álbum: "I heard Ramona sing" es irresistible con sus tecladitos voladores y sus melodías que nos invitan a cantar junto con Francis. Enseguida llega uno de los verdaderos puntos altos: el cover/ reversión de "I know there´s an answer" (aquí "Hang on to your ego") de los Beach Boys circa "Pet Sounds". Otra para cantar mientras nos deslizamos con un descapotable por esa Los Angeles omnipresente en el clima soleado de todo el álbum.

Hay más aciertos: la oscura "Places named after numbers", la bellísima "Old black dawning" (una canción hecha y derecha con sus aires lejanamente Western) el genial instrumental "Tossed" (¡para saltar y bailar!) y el pop de trompetas de "Fu Manchu".

El resto acompaña: ejercicios más o menos inspirados de la vieja escuela Pixie

Produjeron Eric Drew Feldman y Black Francis. Editó 4AD.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Soul basics: Look out for #1 (Brothers Johnson, 1976)

Aprovechando que lo conseguimos en vinilo, hoy en Soul Basics vamos a hablar de esa joyita soul/ funk que es el primer disco de los Brothers Johnson, "Look out for #1", original de 1976.

Otro que junto con "Right on time", del 77,  no puede faltar en el costado negro de cualquier discoteca.

Brevemente, hay que decir que en el inicio de sus carreras los californianos George (alias 'Lightnin' Licks') y Louis Jagger Johnson (aka 'Thunder Thumbs'") giraron con actos como Bobby Womack y The Supremes.  Y hablando hace poco de Billy Preston, bueno, los hermanos también formaron parte de la banda de Billy hasta 1973. Sin embargo, encontraron su mecenas en Sir Quincy Jones, que los invitó a grabar como sesionistas en su lp de 1975 "Mellow madness" (ya reseñado en UVVD).

Al año siguiente, Jones les produciría este primer álbum para el sello A&M. Nueve canciones entre las que se destaca el comienzo mid tempo, relajado, de "I'll Be Good To You" (trabajado hasta el detalle en melodías y arreglos suaves) el instrumental de aires levemente blaxploitation "Thunder Thumbs And Lightnin' Licks" (vientos sutiles, flautas, gran groove) y los Funkadelicos "Get The Funk Out Ma Face" y "Free".

Como curiosidad, los hermanos se despachan con una versión lánguida del "Come together" Beatle, balanceando el set con un par de baladas lustrosas ("Land of ladies", "Tomorrow").

Bonus
Chequear la inclusión de "Strawberry letter #23" (de "Right on time") en Jackie Brown, el film más soulero de Quentin Tarantino.

Brothers Johnson: discografía cercana
Look out for #1 (1976) Right on time (1977) Blam! (1978).

martes, 9 de noviembre de 2010

Clásicos: 101 (Depeche Mode, 1989)

Back to the 80´s 

No estaría demás recordar que a fines de los 80 había una distinción todavía fuerte entre pop, rock y música "tecno". 

Para los que habíamos educado nuestros oídos en los dos primeros, la música tecno era sinónimo de algo blando, comercial y sólo pensado para la discoteca. Despreciábamos, secretamente, a los "tecnos". No importaba mucho si se trataba de Pet Shop Boys, Erasure o Technotronic.

Los Depeche Mode entraban en ese lote, aunque algo en su estética neo dark nos hacia pensarlos de este lado. La estética y un detalle que escuchamos -como al pasar- en el doble en vivo "101" y nos hizo tambalear las categorías mentales y "de estilos": ese público cantando a capella sobre el final de "Everything counts". ¡Eso pasa en los discos de rock! pensábamos.

A veces las grandes iluminaciones empiezan por pavadas.

Back to 2010

Y el tiempo pondría las cosas en su lugar (para nosotros y con Depeche como enorme banda de rock). Y un largo etcétera, pero en el camino habría que volver a "101".

Un disco inoxidable, repleto de grandes canciones registradas hacia el final del "Music for the Masses Tour" y el show en el Rose Bowl de Pasadena (¡Good evening Pasadenaaaa..."), 1988. ADN en Kraftwerk, corazón pop, filo y estética dark. Pero sobre todo el talento para las canciones. Grandes, grandes canciones que crecieron a lo largo de 20 años sin envejecer un ápice. Me corre un sudor frío por la espalda de solo pensarlo. 

Y a fines de repasar aquellas glorias recurrimos a nuestras propias categorías. Ahí están los Himnos pop ("Strangelove", "Everything counts", "Just can´t get enough") y las perlas oscuras para entendidos ("Black celebration", perfecta en melodías y en todo su armado; la road trip "Behind the wheel"; "Stripped" y su colosal resolución de teclados, y la favorita de Ultravivido "Things you said": reptante, climática, toda ella una cita- homenaje a los abuelitos techno de Düsseldorf). 

En el medio, esos synth pop de mediano alcance (pero en la mayoría de los casos excelentes temas también): "People are people", "Sacred", "Something to do", "A question of time", "Shake the disease", "Nothing", balanceando un playlist ecuánime, completo. 

Los Depeche continuarían evolucionando de allí en más en discos notables como "Songs of faith and devotion", "Violator" y "Ultra". Pero "101" seguirá siendo el documento que resume su ADN musical y el cierre de una primera etapa intachable.

Depeche Mode "101"
David Gahan, Martin L. Gore, Andrew Fletcher, Alan Wilder

domingo, 7 de noviembre de 2010

Vinilo del fin de semana: Everybody likes some kind of music (Billy Preston, 1973)

A cinco pesos nos llevamos de Parque Los Andes (Buenos Aires) "A todos les gusta algún tipo de música" (así, en castellano) de Billy Preston, en edición vinilo.

Y observen qué tapa. Cuantas promesas en la sonrisa franca y la  impenetrable maleza Afro que el legendario Billy exhibe en su cabellera.

En la rockola sobre la que Preston se apoya, están los géneros que vamos a escuchar (a la manera de un muestrario de gustos personales) en los surcos del lp. Porque aquí el ex tecladista de Medio Mundo se mueve a gusto por territorios del Gospel, el Blues y hasta algo de Rock.

Lo mejor está en la segunda mitad, entre el fabuloso instrumental "Space race" y las lecturas funk de "Do you love me" e "It´s alright ma (I´m only bleeding") original de Dylan.

Billy Preston, Everybody likes some kind of music (A&M Records, 1973)

viernes, 5 de noviembre de 2010

¡Gut wochenende!

A todos los amigos de Ultravivido les deseamos un buen fin de semana de la mano de Señor Coconut y su Conjunto

¿El disco? Nada menos que El Baile Alemán. Diez exquisitas versiones de los teutones Kraftwerk por el Rey del Merengue y el Cha Cha Cha.

Para hacer trencito con humo cantando "Trans Europe Express", servirse otro Campari con "Showroom dummies" y otear el horizonte cuando todos ya se fueron mientras suena "Neon lights".
 
¡Music non-stop! De Frankfurt al mundo... ¡Y del mundo al Universo!

jueves, 4 de noviembre de 2010

Discos: Behaviour (Pet Shop Boys, 1990)

Género: música pop de alta gama

Si bien el fuerte de los Pet Shop Boys siempre pasó por la confección de singles, en 1990 lograron redondear su mejor disco con Behaviour: esa delicada sinfonía primaveral (u otoñal, si miramos sus momentos más melancólicos) de un refinamiento pop difícil de igualar. 

Antes que nada, una teoría: el Talón de Aquiles del dúo de Neil Tennant y Chris Lowe siempre pareció pasar por un edulcoramiento excesivo de su música. Ese que lleva a empalagarnos un poco después de cuatro o cinco temas. Sin escapar del todo a eso, "Behaviour"alcanza momentos musicales tan altos que relativizan los problemas del flow general.

La clásica pátina de melancolía europea (siempre presente en los Pet Shop) tiñe "This must be the place I waited years to leave", con sus guitarras à la Twin Peaks cortesía de Angelo Baladalamenti (que orquestó aquí y en "Only the wind").

Eternamente usada como cortina de programas "cool" sobre cumbres nevadas y temporadas de sky, "My october symphony" es otra pequeña gema pop estilizada, casi "de loft". En ambos temas las guitarras están a cargo de Johnny Marr, parte también del combo contemporáneo Electronic junto a Bernard Sumner y Neil Tennant. 

El dúo pasa por uno de esos momentos "despreocupadamente divertidos" (siempre los hay en sus discos) con "How can you expect to be taken seriously?" y alcanzan la perfección pop con "Being boring". Todo lo que ocurre en esos 6 minutos 49 segundos es una absoluta maravilla. La apertura, la entrada armoniosa del tema, las melodías, los puentes...Esto es música pop de altísima factura.

El resto acompaña a estas perlitas. Están los temas bailables con tecladitos house (tan típicos de 1990) de "It´s so hard" y "The end of the world" y hasta algunas baladas orquestadas, incluido el cierre melancólico y agridulce de "Jealousy": la paranoia del que se persigue de celos en plena madrugada.

O la canción que hubieran escrito los Kraftwerk de haberse vuelto definitivamente pop. 

Chequear también: 
Electronic, Electronic (1991)
Dee-Lite, World clique (1990)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Jazz nights: The sidewinder (Lee Morgan, 1964)

Según cuenta la leyenda, en 1961 un ya heroinómano Lee Morgan deja los Jazz Messengers de Art Blakey y vuelve a su hogar en Philadelphia.

Y un día en la radio escucha un programa dedicado a su música (un programa in memoriam, para ser más precisos). Nadie sabía si había desaparecido o qué.

Como sea, en 1963 Morgan retomó las grabaciones con dos sesiones para Blue Note como sideman y entre disco y disco aprovechó para registrar su propio The Sidewinder: un disco ganador que lo encontró repentinamente catapultado a la fama.

Grabado en apenas un día (el 21 de diciembre de aquel 63) en los estudios de Rudy Van Gelder en New Jersey, The Sidewinder es un auténtico Winner, un tiro directo al arco. Un disco imparable, de esos para poner en una fiesta (con mucho humo y conversación alta) y olvidarse de cambiar la música durante los próximos... 41 minutos.

Formato quinteto, entonces, y con "The sidewinder" (el hit que saltó derechito a Billboard) al frente. Un groove de blues expresado con endiablado dinamismo por la base rítmica de Billy Higgins/ Bob Cranshaw/ Barry Harris y afiladísimos solos de Morgan y Joe Henderson. Diez minutos irresistibles, sostenidos allá arriba. Tan exitoso resultó el tema que Alfred Lion (productor del lp) buscó repetir la fórmula musical en subsecuentes discos del sello.

Ajustado, el quinteto aborda "Totem Pole", soltándose y contrayéndose en un ida y vuelta constante. Y donde esperaríamos una balada que nivele el set seguimos up tempo con "Gary's Notebook": una línea de blues básica "con mucho espacio adentro para tocar", en palabras del propio Morgan. Otros diez minutos de vuelo estelar. 

¿Ahora sí bajamos? De ningún modo. El piano de Barry Harris le da pie a "Boy, what a night", un blues en 12/8 con leves toques funk antes del final con "Hocus pocus". 

Que alguien se levante y vuelva a poner play.

Personnel
Lee Morgan, trumpet
Joe Henderson, tenor saxophone
Barry Harris, piano
Bob Cranshaw, bass
Billy Higgins, drums

martes, 2 de noviembre de 2010

Discos: Flow motion (CAN, 1976)

El canon melómano suele incluir a los ya clásicos "Tago mago" (71) "Ege Bamyasi" (72) y "Future days" (73) entre lo más destacado de la producción de los alemanes CAN.

Sin embargo, hoy en Ultravivido quisimos rescatar un disco -si se quiere-  "menor" de la banda de Holger Czukay. Porque "Flow motion"(el segundo de los tres álbumes grabados para Virgin) tiene sus momentos. 

Y por las críticas de época -intuimos- se trata del clásico disco sospechado de liviandad e "intenciones comerciales" por esos fans duros que suelen crecer al calor de bandas radicales. Por el pecado venial de querer incursionar en sonidos más ortodoxos

El disco abre con ese objeto inclasificable que es "I want more", editado como single en Inglaterra en su momento y hace unos diez años colado en el gran soundtrack de esa película indie y depresiva que es "Morvern callar" (la cual, de paso, recomendamos). Lo que tenemos aquí es algo más cercano a lo que Holger Czukay continuaría experimentando en su lp solista "Movies" (ya reseñado en UVD): algo a mitad de camino entre un funk robótico, aeroespacial y con melodías recordables. Y sobre todo (y esto sería lo "raro" en este nuevo CAN) trabjando sobre estructuras "reconocibles", más pop, si se quiere.

Luego el disco se vuelca inesperadamente al reggae (la obsesión musical de Holger por aquel ´76) con dos temas al hilo: "Cascada waltz" (con más de esos soniditos espaciales volando por el audio) y  "Laugh Till You Cry, Live Till You Die": larga, sin mucho feeling. Acá es donde Flow motion abre un interrogante y pierde un poco de foco. Más que pecar de "liviano" o "comercial", el álbum parece flotar en cierta falta de sustancia.

Con "...and more"sentimos que estamos ante el recorte de una zapada más amplia, fechada en el período "climático" del grupo ("Future days" y afines) mientras que  "Babylon pearl" es otra música abstracta, "acerca de nada". Hasta que desembocamos en "Smoke (E.F.S. No. 59)" y la cosa vuelve a ponerse interesante con este mantra espectral en la veta más étnica (específicamente marroquí) del grupo.

Los 10 minutos de reggae jam- lisérgica de "Flow motion" (el tema) confirman lo que siempre sospechamos de los CAN: que desde el primer hasta el último acorde que tocaron siempre permanecieron flotando en un mundo paralelo al que nosotros (limitados mortales) conocemos. 

Bonus
Según la ficha técnica, "Flow motion" fue grabado en Inner Space Studio, Colonia, utilizando el sistema  "Artificial Head". Un método usado para grabaciones binaurales que invitan al oyente a usar auriculares para percibir la direccionalidad del audio en múltiples fuentes. 

Discografía cercana
Landed (1975)- Flow motion (1976)- Saw delight (1977)

CAN 1976
Holger Czukay – bass 
Michael Karoli – guitars, slide guitar, electric violin
Jaki Liebezeit – drums, percussion, backing vocals
Irmin Schmidt – keyboards, vocals

lunes, 1 de noviembre de 2010

Clásicos: I want to see the bright lights tonight (Richard and Linda Thompson, 1974)

En 1971 Richard Thompson le dijo adiós a Fairport Convention para dar sus primeros pasos como solista. 

Luego de un primer álbum ("Henry the human fly") con pocas ventas y críticas adversas, Richard se casó en 1972 con la cantante Linda Peters, con quien publicaría varios álbumes en colaboración durante los siguientes años. Entre ellos, el clásico "I want to see the bright lights tonight".

Grabado en pocos días de mayo del 73 (pero demorado durante meses por Island hasta su edición en 1974) "...Bright lights" continúa  sosteniéndose -al igual que varios discos de Fairport Convention- dentro del cánon clásico del folk rock inglés de comienzos de los 70. Su aura- entre lo espiritual y los aires pastorales- y su sonido sobrio y templado hacen del álbum una obra sencillamente atemporal. Canciones que siempre sobrevivirán.

El comienzo rasgado y alegre de "When I Get To The Border" presenta armonizaciones clásicas del folk inglés, con sutiles arreglos en la inventiva guitarra de Thompson además de gaitas, acordeones y demás sonidos celtas para la canción del que está empacando hacia ese lugar "donde nadie pueda alcanzarlo". 

El clima suspendido de "The calvary cross" (con sus hermosos coros y silencios) introduce el costado espiritual de un álbum que no tiene miedo a sonar profundo.

A partir de allí, es Linda quien toma la voz cantante pasando por la reposada "Withered and Died" (alguna vez versionada por Elvis Costello) y el clásico "I want to see the bright lights tonight", de estructura llanamente pop y condimentos folk aquí y allá. 

La música se desnuda aún más para "Down Where the Drunkards Roll" y la bella "Has He Got A Friend For Me" (de tintes jazzeros) mientras que las armonías netamente folk vuelven de la mano de "We Sing Hallelujah" y "The Little Beggar Girl".

Los sonidos paisajísticos e impresionistas de "The End of the Rainbow" conforman un momento autónomo de hermosos sonidos y calma, antes del sombrío final de "The great Valerio". 

Chequear también: 
* John Martyn, Bless the weather
* Fairport Convention, Liege & lief
* The Incredible String Band, The Hangman’s Beautiful Daughter