martes, 29 de mayo de 2012

Discos: Electrick loosers #2- The story of Volkslide into Krautrock (1998)

Rarezas que uno cosecha en los viajes. En una disquería Arty de Kreutzberg KS036 (la parte más multicultural, trash y mixturada del barrio berlinés Kreutzberg) compramos -por apenas 2 euros- este compilado de bandas "pre- Krautrock".

El cd (autoeditado por el sello Blumenkraft en 1998) reúne en formato digital los lps de la serie "Electrick loosers", que recopilan oscuros singles de bandas alemanas ignotas entre 1965 y 1969, aproximadamente.

Algo de garage, psicodelia y Beat desfilan en 29 tracks a cargo de nombres como The Kingbeats (Frankfurt) Les Copains (simplemente anunciados en las liner notes como "amigos de The Monks" (?) The Blizzards, Cherry Stones y The Dukes, entre otros.

Más info de la serie Electrick Loosers acá. Para cargar tus auriculares con un trip Beat- psicodélico. Auf wiedershen!  

viernes, 25 de mayo de 2012

Libros: Eramos unos niños ("Just kids"). Patti Smith, 2010.

Durante las vacaciones leí "Just kids", las memorias que Patti Smith publicó en 2010 sobre sus primeros años en New York junto al fotógrafo Robert Mapplethorpe.

El libro me atrapó de comienzo a fin, me encantó. Lo que comienza como una tierna biografía de años iniciáticos (y traumada adolescencia) da paso al núcleo central del libro: los primeros años en la Gran Manzana alrededor de 1966, el encuentro con Mapplethorpe y el acceso a ese "Mundo de las Mil Maravillas" que fue para Patti el Chelsea Hotel de la calle 23, en New York.

¿Qué aprendimos sober Patti Smith leyendo "Eramos unos niños"? Que toda su vida estuvo guiada por su amor al arte, en varias líneas, pero sobre todo, en lo relacionado a la poesía (Rimbaud y Jean Genet son los "faros" que siempre la iluminaron). También, que fue siempre una gran detallista (es una delicia leer sus minuciosos comentarios sobre qué prenda tenía puesta en tal año tal personaje, o de qué color era el collar persa que le regaló Mapplethorpe al comienzo de su relación). También aprendimos que su ímpetu por encontrar nuevas formas de comunicar su poesía la fue llevando, casi sin querer, al mundo del rock.

En ese sentido, fue una revelación saber que antes de ser quien hoy todos conocemos, Patti fue probando y fallando, encontrando y perdiendo la inspiración y el rumbo. Viviendo, en definitiva, un largo proceso de maduración artística. No siempre los artistas nacen con su rumbo claro y definido ni saben sobre qué materia van a aplicar lo que quieren decir.

Lejos de esas autobiografías que se nota que fueron encargadas a ghost writers, "Just kids" parece escrito de puño y letra por su narradora. En ese sentido, la prosa peca en algunos pasajes de "exceso de poetización", además de rozar un poco la autoindulgencia con los personajes que participan. Pero lo que cuenta es tan interesante y está tan lleno de amor por la vida, que puede más que el estilo.

Promediando el libro, nos damos cuenta que, en realidad, "Just kids" narra una historia de amor entre musa y artista, donde esos roles -como bien aclara Patti- usualmente se intercambiaban. También estamos ante el relato de las ansias por llegar al reconocimiento. Ese reconocimiento que a mediados de los 70 le llega primero a Smith al frente de su banda, grabando "Horses" (la anécdota de cómo Mapplethorpe sacó la foto de tapa es simplemente hermosa).

Hay otros momentos inolvidables: la conversación entre Patti y Jimi Hendrix, en una escalera cercana a un escenario. Una despechada y deprimida Janis Joplin. La noche en la que -mientras Patti cantaba- apareció un espectral Bob Dylan (otro de sus grandes faros de inspiración). El viaje espiritual que Patti hace a Francia para visitar la ciudad natal de Arthur Rimbaud. Y sobre el final, como telón de tristeza, las muertes de Andy Warhol (bajo una New York nevada como sus cabellos) y de Mapplethorpe, de SIDA, en 1989.

Absolutamente recomendable, para saber cómo se formó artísticamente esa heroína beat y punk que es Patti Smith. Y para espiar, al menos por un ratito, la alocada vida de New York a comienzos de los 70, con epicentro en el círculo Warhol (The Factory, Max Kansa´s City) y el mítico Chelsea Hotel.

jueves, 24 de mayo de 2012

Shows: Happy Mondays + We Have Band + Wild Beasts en el Movistar Free Music (Buenos Aires, 23 de mayo)



Happy Mondays (+ We Have Band + Wild Beasts) en el Movistar Free Music. Anfiteatro Puerto Madero, 23 de mayo.


Fiesta. Fiesta. Fiesta. Ahí donde esperábamos bien poco de una banda con tanto altibajo e idas y vueltas, los Happy Mondays nos pusieron a bailar durante una hora y media en el Movistar Free Music, en la noche neblinosa y encapotada de Buenos Aires.

Cuando a "Loose fit" le pegaron "Kinky Afro", ahí nomás al comienzo del show, nos quedó claro que la intención era no parar de enfiestar Puerto Madero. Y lo lograron. Las armas, nobles: puro groove, temas buenísimos que no se oxidaron y la chapa de más de veinte años arriba de los escenarios. A eso le sumaron el impresionante vuelo soulero de la voz de Rowetta Satchell y la super sólida base de Paul Ryder (ese bajo sostiene hasta el Arco del Triunfo) y Gary Whelan.

El resto, bueno, da para pensar. Que tenga que venir una banda semi retirada a mostrar lo que es tener algo de fuego sagrado frente a tanta música actual tan pero tan intrascendente... ¿Muy duro? Bailando con los Mondays se sintió así.

martes, 22 de mayo de 2012

Algo sobre Europa y sus disquerías

Tuvimos la suerte de viajar por algunas ciudades clásicas de Europa como París, Roma, Praga, Amsterdam y Berlín. En todas, encontramos que las tiendas de discos están en plena fiebre/ revival del vinilo. Prácticamente no hay ninguna que se dedique, en la actualidad, al formato cd. O no al menos, de forma predominante. A lo sumo tienen pequeños apartados, al fondo, dedicados al formato digital.

La fiebre, en realidad, puso a las nuevas ediciones de 180 gramos en el tapete. Los precios, astronómicos para nosotros desde Argentina (los lps cerrados, nuevos, no bajan de los 18-20 euros o más). Pero la variedad de títulos es considerable, desde novedades a clásicos. Y los clientes, en su gran mayoría, parecen buscar eso, nomás.

Luego están las ediciones originales en lp, que curiosamente, no siempre ocupan el lugar destacado en las tiendas, sino que están relegadas muchas veces a un segundo plano.

No se que pensarán los amigos melómanos, pero los verdaderos trofeos están en este lote, porque ¿qué gracia tienen las nuevas ediciones en vinilo? Es cierto, esto es objeto de otro debate que no tenemos lugar aquí para profundizar.

Lo cierto es que entramos en grandes y hermosas tiendas de discos. Europa todavía se da el gusto de mantener cierto handicap cultural (no sólo en este rubro, claro) y tiene con qué mimar a sus cultores del objeto- disco. En Buenos Aires, sin darnos cuenta, las cuevas han ido desapareciendo.

En París fuimos en busca de la dupla Croco Disc y Croco Jazz, ambas pegadas por una medianera, frente a la Sorbonne en St. Germain. Buen ambiente, gran variedad y cinco o seis bateas con lps a 5 euros, el precio promedio de las ofertas en todo Europa por lps originales.

Berlín y Amsterdam respiran música y hay muy buenas tiendas. Recuerdo quedar impresionado por la onda de Record Friend (Sint Antoniesbreestraat 64) en la ciudad de los Canales y las bicis. Italia, bueno... a Italia nunca le interesó demasiado el rock y sólo pudimos encontrar disquerías en el hipeado barrio Pigneto, de Roma, pero a precios llamativamente altos incluso comparado con las demás ciudades.

Como dato, la ocasión está en los mercados de pulgas de los fines de semana. Hay que rastrearlos en la web y tener la suerte de coincidir en esas ciudades los sábados o domingos, que es cuando funcionan.

En el barrio Jordaan, en Amsterdam, dimos con una feria donde cosechamos discos buenísimos (todos los primeros de Roxy, Johnny Cash, Stranglers, Talking Heads) por 2 euros.  En París, Amsterdam y Berlín suelen encontrarse además, buenos discos a precios bajos en las liquidaciones de ropa y baratijas. Para los que estén interesados, pasen un contacto y compartimos la data. Salud amigos Ultras.