miércoles, 29 de diciembre de 2010

Discos: Kaya (Bob Marley and the Wailers, 1978)

Género: la hermanita menor de "Exodus" 

Alguna vez Luca Prodan (el ex líder de Sumo) declaró que éste era su disco favorito de Bob Marley. La cima de ese sonido cristalino proveniente de Jamaica. 

Lanzado al mercado para la misma fecha del One Love Peace Concert que trajo a Bob de vuelta a su tierra natal (luego del exilio londinense) "Kaya" funcionó como complemento y laid back de su predecesor, "Exodus".
 
De hecho, las canciones de "Kaya" provienen de las mismas sesiones de aquel ´77 (en gran parte, regrabaciones de temas ya aparecidos en lps como African Herbsman) aunque con un sonido más suave y letras menos "politizadas". Un rasgo que muchos criticaron, en su momento. 

Pero si dejamos que la música hable, ahí está ese aura diáfana que mencionábamos. Sonido brillante y una flotación constante. Un machaque muy suave y arrastrado. 

Tras los clásicos "Is this love?", "Sun is shining", "Satisfy my soul" asoman otras canciones de amor ("She´s gone", "Running away") o inspiradas por el amor, pero a la Ganja ("Kaya", "Easy skanking"). 

En conjunto, respiramos una celestialidad contagiosa. Pacífica y relajante.

Sí, el tiempo dirá. 

Bienvenido de vuelta, Bob.

Feliz año para todos!

lunes, 27 de diciembre de 2010

Discos: Hawaii (The High Llamas, 1996)

Género: Brian Wilson + Burt Bacharach: verano bajo las estrellas

A esta altura, bien hubiéramos podido etiquetar a este disco de los High Llamas como un verdadero "clásico" de los 90´s.

Brevemente, diremos que High Llamas fue el proyecto que ocupó al ex Microdisney (y largamente colaborador de Stereolab) Sean O´Hagan desde comienzos de aquella década. 

Obnubliado por amalgamar las armonías vocales de Brian Wilson/ Beach Boys circa "Smile" y las estilizaciones orquestales Hi Fi de Burt Bacharach y Ennio Morricone, O´Hagan redondeó su mejor disco con el doble "Hawaii", editado por Sony en 1996.

29 canciones- con sus elegantes intermezzos instrumentales- que se dejan escuchar a la hora de los cocktails, en largos atardeceres de verano. 

¿Temas favoritos? ¡Todos! Para poner "play" y simplemente dejarse llevar por ese único sonido extendido. 

Chequear también: 

* Beach Boys, Smile
* Stereolab, Dots and loops
* Burt Bacharach, Living together
* Martin Denny, Quiet Village

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Discos: Love is overtaking me (Arthur Russell, 2008)

Género: pequeñas canciones mágicas de un artista difícil de atrapar

Hace dos años más o menos que en Ultravivido le damos vueltas a este disco  recopilatorio de la obra de Arthur Russell (o al menos, parte de ella). Y la misma cantidad de tiempo intentando escribir algo sobre él, sin éxito. 

¿Quién fue realmente Arthur Russell? Cellista, compositor folk, hacedor y productor de disco hits menores, artista experimental del under newyorkino de los 80´s, socio fundador del sello Sleeping Bag, pionero en el hip-hop/dance...En todas esas burbujas flota su espectro, sin que lo podamos redondear del todo.

"Love is overtaking me" -editado por Audika Records- recopila las canciones de tintes folk y pop de Russell a lo largo de dos décadas de carerra.

La edición y restauración digital del álbum llevó tres años (al parecer Arthur tenía cientos de grabaciones caseras con sus temas) y estuvo a cargo de Chris Taylor, de Grizzly Bear. En su mayoría se trata de temas que permanecían inéditos.

¿Y qué decir de estas 21 canciones? Que ya desde el comienzo hechizan por su simplicidad y su flotación. Por la sencillez de su factura y ejecución. Y su frescura armónica y melódica.

Canciones -muchas veces con sabor "a medio cocinar", apenas bosquejos- que poco a poco se cuelan en nuestra vida de todos los días. Para sanarnos.

Al comienzo están los tracks más folkies ("Close my eyes", "Maybe she", la bella "Oh Fernanda why") con Russell en voz y guitarra, en plan Cat Stevens. Luego el disco pasa por algunos mid tempos caseros, con mínima instrumentación de batería y pianos. Allí flota esa gema que es "I Couldn't Say It To Your Face": frágil, dubitativa, y por eso más bella aún. En la misma veta delicada, "This Time Dad You'Re Wrong" cambia de ritmo y suena improvisada, como armada sobre la marcha.

En la segunda mitad Russell nos enseña pequeñas lecciones sobre el arte de hacer canciones pop simples y duraderas. "Habit of you""Janine", "Your motion says", "Planted a thought" incorporan soniditos, arreglos y construyen pequeñas maravillas para mañanas radiantes. ¿Hace cuánto que la música pop no sonaba tan diáfana, tan cristalina y apuntando al corazón?

"Love comes back" es el último ejercicio sanador, la última caricia en forma de canción.

Bonus
* Arthur Russell colaboró -entre otros- con Allen Ginsberg, Philip Glass y David Byrne.
* En 1986 editó "World of echo", un innovador álbum que mezclaba música electrónica, efectos y cellos. 
* Prácticamente ignorada en vida, su música comenzó a hacerse conocida con las recopilaciones póstumas.
* Arthur murió de AIDS en New York, en 1992. Tenía 40 años.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Discos: Distortion (Magnetic Fields, 2008)

Saga: Ultravivido les desea una Feliz Navidad (segunda entrega)

Entre tanta incertidumbre y certezas pasajeras, una verdad: Stephin Merritt es el mejor songwritter de nuestra post-post modernidad. Y las mejores canciones (de los 90´s para acá) están en los discos de Magnetic Fields

Y qué mejor para este clima navideño de guirnaldas y trineos que repasar Distortion: el segundo disco de la trilogía "no synths" de los Magnetic, sucesor de "I" (2004) y predecesor (y polo positivo) de "Realism" (2010), la nenita de la pareja de tapa.  

Melodías cristalinas amuralladas en una pared de feedback y Fuzz. El romanticismo melódico de buena cepa al que nos tiene acostumbrados Merritt, esta vez maquillado con el wall of noise de los Jesus and Mary Chain modelo ´85.

Los mejores momentos, sin embargo, son los que protagoniza Shirley Simms, partenaire vocal de Merritt: la perfección pop de "California girls", los vaivenes alucinados de "Xavier says" y los arpegios y coros angelicales de "Drive on, driver". Stephin se luce en la melodramática "I'll Dream Alone" y comparte mic con Shirley en la tonta y encantadora "Please stop dancing".  

Trece canciones (mejores, peores o muy buenas, como en todo disco de canciones que se precie de tal) para cantar -copa en mano- y la vista obnubilada de luces titilantes.

The Magnetic Fields
Stephin Merritt - vocals, instrumentation/ Sam Davol - cello/ Claudia Gonson - drums, piano, Farfisa organ, backing vocals/ Daniel Handler - accordion/ Shirley Simms - vocals/ John Woo - lead guitar

viernes, 17 de diciembre de 2010

Discos: Naked city (John Zorn, 1990)

Género: noches de calor en la ciudad... con John Zorn

Aunque un poco más esporádicamente, seguimos buceando en la frondosa (y siempre abierta a la sorpresa) discografía del saxofonista Avant Garde John Zorn

Hoy tenemos un disco relativamente "clásico" de su catálogo. Editado por Nonsuch Records en 1990, "Naked city"  bien podría funcionar como puerta de entrada al inabarcable mundo musical del newyorkino. 

En este set, Zorn versiona temas clásicos de series y películas ("Batman", "A shot in the dark", de Henry Mancini, "Theme from James Bond", "The Sicilian Clan", de Morricone) aguijoneados por los clásicos "short attacks" ("You will be shot", "Igneous Ejaculation", "Blood duster", "Demon sanctuary") a mitad de camino entre el Hard Bop y el Hardcore, típicos - en sonido- de las formaciones más agresivas de Zorn como Painkiller.

Formaciones rápidas de música, altamente ruidosas y producto del momento de interacción entre los músicos. Anfetamina sonora. Excitación. Y la noción (tan Zorn) de que la música siempre puede ser algo peligroso. Como oyentes, nunca estamos relajados.

En el medio, escasos remansos de una belleza más "ortodoxa" (término tan relativo en el aparato teórico/ musical de John Zorn) como su cover de "I want to live", de Johnny Mandel, o la quietud ambiental de "Chinatown". Ojo a la portentosa versión de "Lonely woman", de Ornette Coleman.

Pero en todo caso, lo que respira Naked city (ya desde su asombrosa portada) es un feeling netamente urbano, siniestro y noctámbulo. Uno de esos discos para escuchar colgado de los cristales de una mega torre o caminar entre desechos y basura polutiva. 

Personnel

John Zorn – alto saxophone
Bill Frisell – guitar
Fred Frith – bass
Joey Baron – drums
Wayne Horvitz – keyboards
Yamatsuka Eye – vocals

miércoles, 15 de diciembre de 2010

The B-52´s x 2: "Wild planet" (1980) "Whammy" (1983)

Género: ahora que llega el verano, dos discos para pileta y aperitivos

Tras el éxito de su energético debut (1979) los B-52´s se trasladaron  al estudio Compass Point, en Bahamas, para redoblar la apuesta con "Wild planet", su muy buen segundo disco.

Igual de adrenalítico pero mejor enfocado en la producción (ahora a cargo de Rhett Davies) "Wild planet" introdujo texturas levemente más psicodélicas e incorporó máquinas de ritmo que afelparon el sonido. A nivel compositivo y estético, el quinteto siguió con su norte puesto en los 60´s "a Go Go". Para muestra, basta esa brillante tapa en rojo profundo ¡Un gran logro del arte en cubiertas de rock!

Esa loungización del sonido es evidente ya en "Party Out of Bounds", mientras que "Runnin´around" recupera la energía del debut y "Give Me Back My Man" prefigura el formato pop estilizado que los de Georgia explorarían más adelante.

¿Y qué decir del inoxidable "Private Idaho"? Riffs primales, ritmo, descarga eléctrica. Energía pop contagiosa, para saltar, cantar y transpirar. Los climas psicodélicos "Clase B" flotan en "Quiche Lorraine" antes de otro punto alto en tráfico adrenalítico con "Strobe light" ¡Todos a bailar a la pileta!

Luego de los dos primeros buenos álbumes, el grupo entró en un bache con "Party Mix" y el accidentado (aunque de a ratos interesante) EP "Mesopotamia", producido por David Byrne.

Para recuperarse del resbalón, los muchachos enfilaron nuevamente a Bahamas, esta vez bajo las órdenes de Steven Stanley. Claramente apuntando a un sonido de sintetizadores y máquinas de ritmo (todos los instrumentos fueron tocados por Ricky Wilson y Keith Strickland) "Whammy!" tiene sus momentos, y a pesar de los altibajos termina cerrando en un buen disco.

¡Y qué lindo sigue siendo escuchar "Legal tender", con sus armonías vocales y esa suspensión futurista del sonido! ¡Y qué video! Lo más sólido está en ese primer tramo del álbum, con "Whammy kiss" (Devo + Post punk) y esa gema Vintage Espacial que es "Song for a future generation". 

Pero hay más buen material en los recodos de "Whammy!". 

"Trism" y "Queen of Las Vegas" son otros interesantes ejercicios de pop maquinal con buenas melodías, aunque el dato anecdótico se lo lleva el cover de "Don´t worry Kyoko" de Yoko Ono. Un track que por problemas legales el grupo tuvo que retirar en subsecuentes impresiones del álbum y reemplazarlo por "Moon 83".

Atención, por último, al cierre ultra colgado de "Work That Skirt". 

The B-52´s
Kate Pierson, Fred Schneider, Keith Strickland, Cindy Wilson, Ricky Wilson.

martes, 14 de diciembre de 2010

Jazz nights: Chet Baker Quartet plays standards (1956)

Contenido, mínimo, impresionista. Desde siempre, esas fueron las coordenadas musicales de Chet Baker al apoyar los labios en su trompeta. 

Este disco grabado en Paris en octubre de 1955 -y editado en la impecable serie Jazz in Paris de Gitanes- no es la excepción. 

Al comando de un cuarteto que completan Gérard Gustin en piano, Bert Dahlander en batería y Jimmy Bond en contrabajo, Chet se pasea -en un set sólido y sin sobresaltos- por ocho standards que calzan perfectamente en su estilo. 

Si bien se trata de un álbum para dejar correr entero, en Ultravivido tenemos algunos momentos favoritos: la canchera versión de "Summertime" (concisa, afiatada) que abre el playlist. Los saltos de swing de "There´s a small hotel" y el romance a flor de piel de "Tenderly" y "These foolish things".  

Enregistré le 24 octobre 1955 au Studio Pathé-Magellan, Paris.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Discos: A Christmas Gift for You from Phil Spector (1963)

Saga: "Ultravivido les desea una Feliz Navidad"

Temas navideños clásicos y Wall of sound. Guirnaldas, luces de colores y Phil Spector tras las perillas. 

¿El resultado? A Christmas Gift for You from Philles Records: un clásico  de todos los tiempos para esperar a Santa copas en alto, cantando en familia. 

Según cuenta la leyenda, ni siquiera el line up de estrellas habitual del sello fundado por Spector y Lester Sill en 1961 logró evitar el fracaso inicial del álbum, que salió a la calle el mismo fatídico 22 de noviembre de 1963 en el que resultó asesinado John F. Kennedy. Sin embargo, con los años el lp terminaría convirtiéndose en un éxito y varias de las versiones contenidas en él pasarían a ser clásicos para esperar la Navidad. 

Elegido por Brian Wilson como su disco favorito de todos los tiempos, aquí desfilan trece versiones para todos los gustos. 

En Ultravivido nos quedamos con Darlene Love haciendo "White Christmas", The Ronnettes (foto) energizando "Frosty the snowman" y "Sleigh ride" y las simpáticas The Crystals haciéndose cargo del clásico "Rudolph the Red-Nosed Reindeer".

Para el final, dos estrellas más para el arbolito: Bobby Sheen se convierte en Bob B. Soxx & the Blue Jeans para redondear una gran versión de "Here comes Santa Claus" y todos los acólitos se unen para apoyar el mensaje de amor y paz del Jefe Spector en "Silent nights". 

¡A abrir los regalos!

Bonus
En sucesivas ediciones el álbum también fue conocido como "A Christmas Gift for You from Phil Spector" o simplemente "Phil Spector's Christmas Album" (Apple Records, 1972).

jueves, 9 de diciembre de 2010

Discos: Original soundtracks 1 (Passengers, 1995)

Género: música para escuchar en el tren bala

Mientras los U2 se preparaban para armar lo que un año más tarde sería su disco "Pop" (1997) alguien les acercó la idea de componer el soundtrack de "The pillow book", una película de Peter Greenaway. 

El proyecto no prosperó, pero su viejo colaborador Brian Eno invitó a los irlandeses a seguir experimentando con el formato soundtracks, en este caso pensando en "films imaginarios".

Para ello Bono, The Edge y compañía (más el agregado de Eno y otros colaboradores externos como Howie B, Craig Armstrong. y Holi) se encerraron a tocar y a dejar correr las cintas, con los clips para esos films aún inexistentes en mente y sin las ataduras de componer hits o temas memorables. Lejos del formato U2 (aunque no tan lejos: las únicas ausentes sin aviso son las guitarras características de The Edge) y a bordo de la nave madre, pero con permiso para volar bastante más allá. Y continuar la estela dejada por el estratosférico "Zooropa".


El viaje comienza con los deshechos industriales de "United colours", para entrar en la calidez dorada de la voz de Bono en "Slug" y "Your blue room", uno de los pocos momentos cercanos al formato "canción". Sin embargo, el set toma vuelo definitivamente con la gradación rítmica de "Always forever now", un gran momento de música plena. 

"A different kind of blue" y la melancólica "Beach sequence" (los que vieron el film de Antonioni recordarán la tristeza gris de esa playa en invierno) preparan el terreno para el gran momento de la primera mitad. Solo en su clímax operístico (con la tremenda voz de Luciano Pavarotti elevando la canción a otro nivel) entendemos que "Miss Sarajevo" es la pieza central aquí y la verdadera música de aspiración universal. 

Pero la segunda mitad nos depara momentos de una gran música también. "Elvis ate America" es la "rareza" del set, con Bono modificando su voz y cantando sobre un ritmo tribal la gran metáfora de Elvis y  Norteamérica.

"Ito Okashi" utiliza los materiales ya explorados por Eno en "The shuttov assembly" (aunque elevados por el espectro vocal de la cantante japonesa Holi) y la dupla "One minute warning"/ "Plot 180" es lo que seguramente Bono tuvo en mente cuando declaró que la música contenida en Original soundtracks es para ser escuchada de noche, "a bordo del tren bala a Tokyo". Aunque para nosotros no sea más que otra inspirada Música para aeropuertos.

Bonus
* Sacando tres films reales ("Miss Sarajevo", "Beyond the clouds", de Michelangelo Antonioni y "Ghost in the shell") el resto de las películas que "vemos" en estos soundtracks son ficticias. En el booklet que acompaña el CD leemos los argumentos, directores y países de origen de esos 11 films imaginarios. 

lunes, 6 de diciembre de 2010

Discos: 16 lovers lane (The Go- Betweens, 1988)

Género: otra joya pop de los 80´s.

Aprovechando que algunos post atrás hablamos de los Prefab Sprout y su obra maestra "Steve McQueen" hoy seguimos el hilo que nos lleva a otra joyita de los 80: el sexto (y por entonces "final") álbum de los australianos The Go- Betweens, "16 lovers lane".

Otro de esos grupos que habitaron en la delgada línea entre el pop sofisticado de FMs y las canciones con sustancia. 

Según cuenta la historia, en 1987 el quinteto liderado por los compositores y amigos Robert Forster y Grant Mc Lennan decidió volver a su Australia natal luego de cinco agitados años viviendo en Londres. La vuelta a casa los encontró inspirados y las canciones aparecieron a borbotones. Enseguida pusieron manos a la obra para grabar un nuevo disco, producidos por el perfeccionista Mark Wallis

Y si hablamos de canciones es porque eso es lo que hay dentro de este envase de pop sintetizado y atemporal. Ni más ni menos que love songs armadas a partir de la guitarra acústica y salpicadas -aquí y allá- con sutiles arreglos e instrumentación funcional. Lo que importa aquí, en todo caso, es la emoción que transmiten esos giros, esas estrofras -en muchos casos- plenas de maestría pop.

La energía de "Love goes on!" es sencillamente irresisitible y nos anima a canturrear haciendo coros. Esto es música pop. "Quiet heart" ensombrece un poco el recorrido citando a los U2 de "With or without you"- en sonido y en dinámicas-  y otro highlight llega de la mano de "Love is a sign", donde la luminosidad vuelve a ser completa con mandolinas, acordeón y arpegios celestiales.

Despojada, simple, flota "The devil´s eye", recordándonos el link de los Go Betweens con los REM más acústicos (de hecho, los australianos giraron como soporte de Michael Stipe y compañía por esta época). ¿Más perfección pop en las alturas? Subamos el volumen para cantar juntos "Streets of your town", el single más exitoso de "Lovers lane" y una absoluta Pop Masterpiece de todos los tiempos.

Romance y melancolía, como siempre, tiñen las letras de los Betweens:

I ride your river under the bridge/ I take your boat out to the reach/ Cos I love that engine roar/ But still don´t know what I´m here for. 

Para "Clouds" las voces se reparten entre Forster y la destinataria -según cuenta la historia- de las inspiradas letras de amor del álbum, la violinista Amanda Brown. El disco cierra en clave melancólica con el ritmo cansino de "Dive for your memory". 

Bonus

* The Go- Between fue una novela publicada en 1953 por el británico Lesley Poles Hartley, que narra la tragedia íntima de dos enamorados de clases irreconciliables. En palabras de Forster, "16 lovers lane" es una dirección ficticia a la que pertenecen las canciones de amor del álbum.

* A pesar de las buenas críticas de periodistas y colegas, a los Go-Betweens el éxito siempre les resultó esquivo y en 1989 se cansaron de "fracasar tan exitosamente", en palabras de Robert Forster.

Luego de un parate volvieron en el 2000 y grabaron tres álbumes más, hasta que en 2006 se disolvieron definitivamente tras la muerte - a los 46 años- de Grant McLennan.  

The Go Betweens 1988:
Amanda Brown: violin, oboe, vocals
Robert Forster: vocals, guitar, harmonica
Grant McLennan: vocals, guitar
Lindy Morrison: drums
John Wilsteed: bass, piano

viernes, 3 de diciembre de 2010

Soul basics: A quiet storm (Smokey Robinson, 1975)

By Isley Juan 

“Este álbum representa un cambio con respecto a los anteriores. Es la clase de álbum que un tipo pone cuando está solo con su mujer, un álbum conceptual”. 

Esta declaración, que alguna vez Smokey Robinson pronunció refiriéndose a unos de los últimos discos de los Miracles, cae justa para describir a "A Quiet Storm" y a Robinson mismo. 

Alude al casi único tópico de su obra –el amor y sus variaciones— pero también a su interés en el mercado discográfico y a su falta de pretensiones (o de visión,  según se mire) a la hora de considerar su obra. En una época donde la mayoría de sus contemporáneos quería poner mayúsculas a su arte, el prefería -y siguió prefiriendo- las minúsculas. ¿Lo conceptual como música ambiental para darse unos besos?  Justo la clase de cosa en la que, por ejemplo, pensaban contemporáneos como Roger Waters o Pete Townshend. 

Y es que a pesar de su mucha influencia sobre los sesentas, Smokey Robinson permaneció indiferente a sus aires contraculturales, a considerar su trabajo en un rango artísticamente más prestigioso del que había gozado previamente a la llegada de los Beatles. Y eso que no faltó que algunas voces autorizadas lo hicieran. Bob Dylan, nada menos, llegó a considerarlo “el principal poeta vivo de los Estados Unidos”

Pero Robinson era más que un gran poeta. También era un gran cantante, un exquisito compositor  y –raro en esta mezcla- un buen hombre de negocios. Y en A Quiet Storm aparece todo junto. 

Quizás el último de los grandes discos influidos por la revalorización cultural que produjo el movimiento de los Civil Rights, A Quiet Storm, de 1975, es la contribución y la respuesta de Robinson a la producción de la época con hitos como What’s Going On de Marvin Gaye, Curtis, de Curtis Mayfield o Cloud Nine de los Temptations. 

En momentos en que  la música negra reafirmaba su identidad racial y cultural y se poblaba de contenidos que espejaban la situación social de los años, Smokey pule delicadamente un diamante  que se afirma en valores opuestos: a la épica del comentario social opone las sutilezas líricas de la vida privada, y a la experimentación de las formas, la canción pop como una pieza de orfebre. Como si quisiera demostrar que se puede ser negro y mainstream a la vez. 

Más romántico que todos

El álbum, entonces, abre con una nota aguda que aparece y desaparece en los finales de cada tema, como una especie de hilo juntando una  colección de perlas. 

En la primera de ellas, la  que da el nombre al álbum,  Smokey canta delicadamente estrofas como éstas: 

Bañame con tu amor dulce/ Voy a mojarme con cada gota/ En todas las estaciones/ Dejalo derramarse y nunca pares/ Tormenta silenciosa soplando a través de mi vida/ Sos como una tormenta silenciosa soplando a través de mi vida. 

Después, en The Agony and The Ecstasy su lirismo se transmuta en romanticismo furibundo para cantar una confesión de adulterio, mientras que en Baby that’s Backatcha ofrece un ritmo alegre y sincopado, el tipo de midtempo soul que, por ejemplo, tanto imitaron los blue eyed soulers de la Inglaterra  de mitad de los ochentas. 

El primer lado termina con una hermosísima melodía de letra tontuela, destinada a celebrar el casamiento de Jermaine Jackson, el hermano de Michael, con su esposa de ese entonces.El segundo lado abre con Happy, compuesto para una película: hablando de Michael, aquí se puede rastrear con quien aprendió a componer y entonar baladas Jacko

Y el disco termina movidito con Love Letters  (“soy una carta de amor y voy a enviarme hacia vos”) y Coincidentally, el tipo de R&B ligero que en poco tiempo más transmutaría en música disco.

En su conjunto, Robinson pone su pie en la década post- días dorados de Motown (en ese momento era precisamente el segundo de la compañía detrás de Berry Gordy) y lo pone con un álbum que, efectivamente, es conceptual al modo Smokey:  

A Quiet Storm termina configurando un estilo en sí mismo.  Un tipo de R&B suave y contenido, bien ejecutado y producido, dirigido al público adulto. Un estilo cuya identificación sería tan intensa con este álbum que terminaría tomando prestado su nombre para identificar al género.

Y que seguramente, como quería Smokey, siga siendo usado con frecuencia para ablandar corazones en la intimidad.  


Coda 

Para quienes prefieran un Smokey en mayúsculas, todavía está dando vueltas en You Tube el especial  de Elvis Costello con él de invitado. Cantaron juntos "You Really Got A Hold On Me" y charlaron sobre el arte componer canciones. Imperdible. 

Y para quienes busquen uno más en minúscula, también hay por ahí alguna imagen de su participación en American Idol del año pasado, tratando de promocionar su último álbum. A los setenta años todavía se siente con fuerzas para disputar su cuota de mercado con los downloads  de las Lady Gagas del ranking.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Discos: The slow wonder (AC Newman, 2004)

Género: felicidad pop a la sombra

¿Puede un disco alegrar todo un día? ¡Claro que si!

Para muestra, Ultravivido propone salir a caminar por Buenos Aires o cualquier otra ciudad en estos días de diciembre, livianos de ropa y con "The slow wonder" en los auriculares.

Y es que el debut del canadiense A.C.Newman - frontman de The New Pornographers- respira  vitalidad. Una colección de canciones luminosas (¿hace cuánto que la música que escuchás no irradia verdadera luz?) en apenas 33 minutos. Lo que dura una buena caminata de verano.

Y un disco que en mi recuerdo siempre entrará en sintonía con los de Destroyer y Russian Futurists de aquellos 2004 y 2005. Compañeros de ruta y de inspiración pop. ¿Los temas? Al comienzo percusivo y afilado de "Miracle drug" le siguen los rasgueos y silbiditos despreocupados de lo mejor del disco, "Drink to me, babe, then". Música coloreada con pocos elementos, limpia, cristalina. Nada de sobreproducir, simplemente dejar sonar.

La cosa se pone Beatle/ XTC en el tramo medio con "The Battle for Straight Time", "Secretarial" y "On the Table": coros, pianos y esa facilidad de A.C para delinear giros melódicos dulces como el caramelo.

Todo en un disco que avanza a la manera de una colección de singles: cada tema, un Universo propio.

¿Mucho calor? Paramos debajo de un árbol para dejar correr esa pequeña y hermosa sinfonía que es "Come Crash" y la gema "The cloud prayer". Sí, felicidad pop a la sombra.

Chequear también:  
Destroyer, Your blues (2004)
The Russian Futurists, Our thickness (2005)
A.C.Newman, Get guilty (2009)