Llevo varias semanas picando este disco (la tapa es realmente impresionante). Lo pongo, lo dejo correr. Hago cosas en la casa y las canciones se suceden. Unos días después, vuelvo a hacer lo mismo.
Pero todavía no se qué pensar.
Arranca increíblemente bien, con "Snowflake in a hot world". Un tema de ritmos extraños que entran y salen. Tanto hizo, tanto empujó la canción, que un día tuve que sentarme a escucharla detenidamente. "Butterfly wing" también está bien, y "Senses on fire", con su mantra que explota, sorprende.
La banda parece haber encontrado la receta magistral para contenerse y estallar, a su modo. Lo peor que le puede pasar a los MR (y es eso lo que me temo, secretamente) es que se hayan "profesionalizado", ahí donde antes hacían magia de verdad. Ya les pasó en el flojo "The Secret Migration" (2005). En teoría, en ese disco, está todo en su lugar. Todo está bien hecho. Y ese es el problema. Una receta fría.
Donde había Arte, ahora hay artesanía.
A la altura del tema 5 de este "Snowflake..." ("October sunshine") empiezan las dudas. Es un interludio instrumental con sonidos de teclados muy remanidos. Casi "new age".
El resto del disco navega por climas celestiales, como si flotara de noche. Lástima que con recetas demasiado probadas, ya.
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