I
Una respuesta posible: Devendra Banhart es un artista para consumir lento, reduciendo la velocidad alrededor para poder entrar en su frecuencia. Pero esos vaivenes también nos disparan algunas preguntas sobre el artista que tenemos entre manos. ¿Se trata apenas de un songwriter mimético de la experiencia hippie? ¿Su encanto pasa esencialmente por su "imagen de artista" y su "multiculturalismo"? Difícil ser tan tajantes, porque de a ratos el muchacho parece transpirar cierto talento (Cripple Crow está bastante lleno de ellos).
II
La decepción de "Smokey rolls..." vino por el lado, sí, de una repetición mimética de los procedimientos que le dieron éxito en "Cripple crow", pero sin las buenas canciones. Esos procedimientos tenían que ver con un sistema casi ambiental de grabación, y una sensación de cercanía de fogón con el material. Lo que se dice, un clima general de "work in progess"con forma (a veces) de canciones. Ambos discos sonaban como documentos de una experiencia concreta (sensitiva y de producción) de hacer y grabar música.
III
Con su nuevo disco, "What will we be" (el primero para su nuevo sello Reprise) Devendra parece dar un giro de timón. Al menos en el primer cuarto de álbum la música suena directa, enfocada. Y la producción, llamativamente limpia y cristalina, a comparación del ambiente saturado de opio de sus dos álbumes anteriores. Hay una operación de luminosidad en la instrumentación también, que suena menos dispersa y más enfocada en el corazón de los temas. La voz de Banhart abandona su registro más barroco y se queda con las líneas esenciales.
Las canciones
Con su nuevo disco, "What will we be" (el primero para su nuevo sello Reprise) Devendra parece dar un giro de timón. Al menos en el primer cuarto de álbum la música suena directa, enfocada. Y la producción, llamativamente limpia y cristalina, a comparación del ambiente saturado de opio de sus dos álbumes anteriores. Hay una operación de luminosidad en la instrumentación también, que suena menos dispersa y más enfocada en el corazón de los temas. La voz de Banhart abandona su registro más barroco y se queda con las líneas esenciales.
Las canciones
Can´t help smiling sienta las bases de esa cristalinidad y Angelika es instantáneamente encantadora (en su primera parte) para transformarse en un salmo algo zaparrastroso en la segunda. Baby (el primer corte) es uno de esos "hippie funks" que un poco, sí, inventó el propio Devendra, con hermosas melodías y coros. Goin´ back (jazzy con slides y susurros) cierra esa primera mitad luminosa y limpia del álbum.
A partir de allí el disco entra en un bache con la dupla First song for B / Last song for B. y se acentúa con el bodrio jazz low fi de Chin Chin Muck Muck. A mitad del álbum aparece el homenaje glam de 16th Valencia Roxy Music, aunque la broma no llega a abrir una perspectiva en el horizonte musical de Devendra. Parece más bien un divertimiento aislado, una cita jocosa.
En la segunda mitad la cosa se pone un poco más rockera con Rats (¡hasta parece un tema de Carca!) mientras que Maria Lionza es un extraño ejercicio Zen que a los 3 minutos y medio se convierte en la "Revolution 9" del disco. En Brindo, Devendra vuelve a cantar en castellano, en uno de los pocos momentos del disco en ese idioma. Se trata de una pequeña perla con coros fantasmales y bonitas melodías. El clímax se extiende a Meet me at lookout point y especialmente a Walilamdzi, de una belleza rara y como en la sombra, delineando el segundo momento de calma quieta del álbum.
Entonces entendemos que sí, que Devendra tiene sus momentos de talento y de belleza. Y que esos momentos los encuentra cuando más íntimo es el background que lo rodea: apenas con lo mínimo, su arte sale a flote, se brinda. Por el contrario, en sus jugueteos de "multiculturalismo de Palermo", Banhart parece pifiarla, desdibujándose en un clima general de parodia sin sustancia. Por eso, supongo, cada tanto habría que volver al seminal "Rejoicing in the hands" y escuchar en qué consistía el arte de DB, antes de sus (simpáticos sólo por momentos) delirios de cubrir la totalidad de Sudamérica en su songbook.
El cierre -inesperado- es con el reggae/ska Foolin´, que nos viene a confirmar cuán cerca está a veces Devendra de caer en el precipicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario