lunes, 2 de noviembre de 2009

Jazz nights: A love supreme (John Coltrane, 1965)

Absolute classic masterpiece

Hoy es el turno de un clásico, que ya desde su aparición trascendió las fronteras del jazz para instalarse un paso (o varios) más allá.

"A love supreme" fue grabado el 9 de diciembre de 1964 por el famoso cuarteto de John Coltrane integrado por Elvin Jones en drums, Jimmy Garrison en bajo, Mc Coy Tyner en piano y el propio John, en tenor.

Esta música de cámara dividida en cuatro partes (pensada como un "agradecimiento a Dios", según el propio saxofonista) logró desbordar las frontera del jazz, decíamos, para convertirse en un tratado musical sobre el amor, la paz y la trascendencia del arte. Su mensaje, además, entró en sintonía con los ideales del movimiento Black Power de los 60´s.

Además, "A love supreme" fue, es y seguirá siendo uno de esos discos de jazz amado por los rockeros. Sin él, la música del mejor Santana, o de Hendrix, por ejemplo, no hubieran existido. Al menos de la forma en que lo hicieron.
Parte 1

El comienzo es con Acknowledgement. Tras una brevísima intro de clima espiritual, con John serpentenando la melodía, empieza a meterse lentamente la base de Jimmy Garrison sobre la que va a construirse todo el tema. 

Luego la cosa toma impulso de la mano del solo de Trane. El "Huracán del Jazz" no tarda en prenderse fuego, y nos imaginamos que ese día, en la sala, la cosa ya venía caldeada de antes (seguramente fue prender "REC" y que la cosa siguiera, simplemente). Ya en este primer tema aparece a pleno el clásico interplay del cuarteto: una combustión que cabalgaba en las baterías pirotécnicas de Jones (¿el Keith Moon del jazz?) y las bases sólidas de Garrison, para que el resto del grupo vagara libre por la cresta de la ola.

A los 4 minutos, Coltrane se enciende del todo y eleva el tema a una nueva dimensión. Pero momentos después el cuarteto baja los decibeles y el tenor anticipa la melodía que oíremos minutos después a cargo de ese misterioso coro que repite, como un mantra, las palabras que dan título al álbum. Luego todo es descenso hasta el final, que se disuelve en el aire.

Parte 2

El bajo de Garrison le da pie al estallido de Resolution. Luego del solo introductorio de Trane es el turno de McCoy Tyner en un solo sostenido y afilado. Vuelta a Coltrane (salvaje y lírico a la vez, inspiradamente contenido) con la banda a full detrás, en plenas facultades hardboperas. A los 5 minutos y medio aparece el Coltrane de alaridos y punteos en las nubes. Ese que en otros discos satura, acá lo encontramos notablemente enfocado, volviendo rápidamente sobre sí. En ese balance radica, para mí, gran parte del encanto de A love supreme.

Parte 3

La batería de Elvin Jones arranca con un solo para darle pie a Pursuance, donde Trane retoma brevemente partes de la melodía del primer movimiento. Enseguida entra un swingero McCoy Tyner, en plan Oscar Peterson pasado de hard bop. Siempre pienso que éstos debían ser los únicos momentos de la música de Coltrane que le debía gustar a los jazzeros más ortodoxos: cuando sus grupos se dedicaban a "tocar jazz", sin tanto Africa, ni Oriente en el medio.

El tema se pone espeso de verdad luego del solo de Tyner, con un Trane de boquilla caliente. A los cinco minutos el tema está que arde, pero todo estalla apenas unos compases después, con el segundo solo de batería de Jones.

Parte 4

Y ahora sí, el bajo de Jimmy Garrison queda flotando en la nada, solito ahí, para dar pie a la última parte del disco, Psalm.

Un spiritual similar al que Coltrane intentó en el sublime "Alabama" (incluido en Live at Birdland, 1962). Una especie de calma meditativa domina el tema, luego del huracán y la furia de los movimientos anteriores. La percusión de Elvin Jones da el clima a los últimos espasmos creativos de Coltrane, antes del final.

Codas

* En el mismo inspirado 1964, John Coltrane grabó otro gran disco, Crescent. ¡Chequéenlo! Y un día despúes de aquel 9 de diciembre se grabó una versión alternativa de Acknowledgement, con Archie Sheep en saxo.

* El insert de A love supreme contenía unas largas notas, una especie de plegaria, escrita de puño y letra por el propio saxofonista. En ellas, John habla de la Gracia de Dios, del amor y de la vocación de hacer música para hacer felices a otros. Termina con las palabras ELATION, ELEGANCE, EXALTATION.

* My own Love supreme. Invierno de 1999, sábado a la noche en un hotel de Zurich. En la habitación hi tech, una tv con radio incorporada, y de esa radio salía algo que era jazz. Todo combinaba perfectamente: la noche helada, la presencia silenciosa de los alpes, esa música. En medio del tema que estaba sonando aparecieron unas extrañas voces, cavernosas, repetitivas, entonando una especie de salmo. A love supreme....

Demás está decir que a mi vuelta a Buenos Aires me puse a buscar ese disco.

5 comentarios:

cc urban dijo...

Genial. No sé si será lo mejor que hizo pero es MI Favorito. Una verdadera Masterpiece. Leo y es agradable hasta sin escucharlo.

ultravivido dijo...

Yeah. A Masterpiece. Alguna que otra vez sono en aquellas jazz sessions con Codanes en transnoches de viernes (AM). Un dia tenemos que hablar de aquellas sesiones. B.

Codanes dijo...

O retomarlas...

ultravivido dijo...

Jeje why not dude??

Anónimo dijo...

Bruno Genial el blog. un abrazo.Sergio.