Hay discos de jazz para fiestas, otros para mostrarle a los amigos, o para momentos de relax. "Polka dots and moonbeams" contiene un set- para nuestro gusto- ideal para el placer en soledad, brandy en mano, cuando todos se fueron de la fiesta y nos quedamos con los vasos vacíos y los ceniceros llenos de colillas.
O en cualquier tarde noche contemplativa, sin apuro para llegar a ningún lugar.
O en cualquier tarde noche contemplativa, sin apuro para llegar a ningún lugar.
Un pequeño set de poco más de 30 minutos éste de Paul Desmond, con grabaciones entre 1963 y 1965. Lo acompañan Connie Kay en drums, Jimmy Hall en guitarra y tres contrabajistas según la sesión: Eugene Wright, Percy Hath y Eugene Cherico. Siempre en el estilo relajado, sin despeinarse de Desmond, se destaca ese delicado interplay que generan Paul y Jimmy Hall, primos, ambos, del buen gusto y la delicadeza.
No hablaremos del setlist en detalle, ya que se trata de un álbum homogéneo y de alto nivel de principio a fin. Sin embargo, a la altura de los últimos dos tracks, "I´ve grown accustomed to your face" y "Bewitched" (original de Rodgers/ Hart) es donde el disco mejor logra engranar. En ese momento, sobre el final, dan ganas de volver a poner "play" y servir otro brandy.
Un álbum que respira, además, urbanísimos aires newyorkinos.
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