En la misma mañana, paso de escuchar un disco cosecha 09 como el de Fever Ray, a lo nuevo de Depeche. Dato relevante: algo tiene que haber para que podamos pasar de una cosa a la otra sin que se rompa cierto "enganche". Dicho de otra forma: algo tiene que pasar para que este "Sounds of the universe" le suene tan a la par a un disco grabado por un grupo nuevo.
Tal vez eso tenga que ver con las ganas de escuchar lo que graba Depeche Mode, todavía, a 29 años de haber editado su primer disco. ¿Son los DM el prototipo de modernidad perpetua, que no envejece? Hablamos de una banda hija de esta época y portadora de un lenguaje que todavía puede hablar sin sonar fuera de órbita. Al contrario, Gahan, Gore y cía. compiten con el sonido de lo que está pasando ahora.
Personalmente, me cautivan las bandas que insisten. No me refiero a esos grupos que se repiten sin gracia, sino a aquellos que insisten en llamar la atención sobre su propio universo mediante un tallado fino y persistente (casi "autista") de su propio lenguaje. Un trabajo minimalista, si se quiere, de matices, de combinaciones mínimas de colores. Depeche pertenece a este grupo de "orfebres ensimismados". A los que les damos las gracias (como a Morrissey) de que la canción siga siendo la misma.
Hablando de "matices", hay una línea que comienza a transitarse, podríamos decir, desde Violator (1990: hace 19 años) hasta acá. En el medio, algunos saltos cualitativos (el notable "Ultra"; "Songs of faith and devotion") o de intensidad ("Playing the angel"). Pero siempre trabajando sobre el mismo sector de la paleta sonora.
Todos los sonidos del universo
Dicho esto, aquí están estos nuevos 13 temas. Al parecer, Martin Gore se estuvo equipando con algunos teclados de los 70´s, aunque su incorporación en el álbum es sutil. Hacen al maquillaje general. Escucha atenta: DM siempre fue un grupo de auriculares.
Después de un comienzo con cita a Kraftwerk in crescendo, comienza a reptar "In chains". Vuelve esa cosa como de mantra, de spiritual que se repite a la manera de una letanía. Eso es lo que entiende Depeche por "Soul". A continuación, un lento y logrado despegue entre los tracks 2-4, incluido el poderoso "Wrong" (denso, arrastrado: los DM definitivamente están vivos y muestran los dientes).
Como viejos pastilleros, no ocultan su afición al trip, al cuelgue. Es más, se obsesionan en su búsqueda. En esa seguidilla (de lo mejor del álbum) "Sounds of..." comienza a mostrar su juego: menos rupturista y ciclotímico que "Playing the angel", aquí lo que importa es la escucha continua. "Sounds of the universe" quiere que te sientes y escuches, tirado en el sofá de tu living. O con los auriculares viajando de noche, no importa, pero que te quedes todo el rato que dure la cosa.
Con "
Fragile tension" (track 4) llega un gran momento, pura autobiografía:
"Well it's a fragile tension, that's keeping us going/ It may not last forever, but of all wind is blowing
There's something magical in the air/ Some things so tragic we have to care/
It's a strange obsession, it's drawing us nearer/ We don't understand it, it never get's clearer"
"Little soul" es una de esas baladas medio densas que siempre hay en los últimos discos (y que particularmente mucho no me agradan) pero el disco recupera rápido la línea con "In simpathy". En la mitad del álbum aparece "Peace", tal vez lo más novedoso. El costado gospel y espiritual de DM, otra vez, flotando en un hiperespacio casi inalcanzable. Sublime. La letra es puro deseo de caminar hacia la luz:
I'm leaving bitterness behind/This time I'm cleaning up my mind/There is no space for the regrets/I will remember to forget
Just look at me/I am walking of incoming/Look at the frequencies of which I vibrate
I'm going to light up the world/ Peace will come to me
Como a varios discos de DM, a éste también parece sobrarle algunos minutos y el disco se cae un poco hacia el final (desde el intermezzzo "Spacewalker" en adelante). De todas formas, y en un amplio sentido, "Sounds of the universe" es una maravilla sonora. Un colchón estelar donde dejarse llevar. Eleva con su audio todo lo que encuentra alrededor. Atrapa y transporta.
Con menos "hits" potenciales que otros álbumes, pero más colgado y climático, este disco nos hace pensar que tal vez los Depeche estén cada vez menos interesados en el formato pop convencional, o en componer "hits" o "singles". Los motiva, en cambio, el desarrollo de ideas sonoras en forma de temas. Y llevar eso hasta el final, hasta el hilado fino, buscando el cuelgue más cercano al Universo.
Nosotros - ya lo sabemos- volveremos a escuchar lo que tienen para decir.