sábado, 5 de marzo de 2011

Soul Basics: Risqué (Chic, 1979)

By Isley Juan

En mi recuerdo, el sonido de la música Disco va saltando de living en living en los primeros años de mi adolescencia, a finales de  los 70.

Esos livings (los escenarios de mis primeras fiestas colegiales)  tenían bolas de espejos, celofanes de colores cubriendo lámparas y la pulsión sexual a flor de piel. Y como caída del cielo, la música Disco ponía sonido a esa excitación adolescente que los livings anteriores (generalmente de luz blanca y canciones de los Beatles) no tenían.

Disco Baby Disco 

Hagamos distinciones rápidas: esa música que yo escuchaba (o que al menos ha permanecido en mi recuerdo) no era la que después promovió una escena inofensiva, apta para todo público, gracias a grupos como los Bee GeesAbba.  La música Disco era una serie de canciones sin demasiada asociación con un artista determinado, que tenían una base rítmica repetitiva, bronces y a veces cuerdas, y generalmente una voz femenina que cantaba letras simples que aludían a dos cosas: tener sexo o bailar

Estaba conformada -en su mayor parte- por agrupaciones efímeras armadas por un productor en el apuro de agarrar la ola que había inundado los espacios bailables (de todas ellas mi favorita es Poussez, cuya tapa aclaraba que debía pronunciarse Pou-ssay, en obvia alusión al órgano sexual femenino).

En ese contexto, hubo una de esas agrupaciones que consiguió destacarse y -como dice Steve Huey en All Music- ser, en realidad, una verdadera banda. Esa banda fue Chic.  

Chic es chic 

Integrada por los neoyorquinos Nile Rodgers (guitarras) y Bernard Edwards (bajo) el baterista Tony Thompson y las dos vocalistas Alpha Anderson y Luci Martin, Chic podía ser considerada una de las pocas bandas puramente Disco. A diferencia de los grupos de funk o soul que se habían reconvertido (EW&F, Kool & the Gang, Ohio Players, entre otros), ellos habían nacido con el género. 

Y para definirlo tomaron del funk sus líneas de bajo y percusión, la guitarra repetida a los James Brown y pusieron todo bien adelante. Sumaron los violines y los bronces del soul de Philly y -tan importante como todo esto- se vistieron de etiqueta. Porque tal como Rodgers lo expresó muchas veces, desde un inicio Chic pretendió hacer las cosas con elegancia y trascender el circuito de R&B o de la nueva escena que se estaba formando. 

Y lo consiguieron como nadie: su parábola ascendente desde los suburbios neoyorquinos hasta dominar la industria musical desde finales de los setenta y gran parte de los ochentas es un perfecto ejemplo del ascenso social que muchos afroamericanos ambicionaban para sí mismos.  

Estos son los buenos tiempos 

Si bien la noción de "álbum" es un poco ajena al género Disco (si fuéramos rigurosos pensaríamos en algún maxi, un formato que se suma a la lista de novedades que impone el estilo) vamos a homenajear a los Chic con su mejor obra: "Risqué"

Su gran mérito es que incluye "Good Times", la mejor canción del grupo y la más sampleada de la historia. Si no fuera por eso, su álbum anterior ("Ces’t Chic") quizás sea un poco más consistente y representativo, además de incluir otro gran éxito como "Le freak".   

"Risqué" tiene sólo siete pistas, tres de ellas memorables. "Good Times" se burla de de los tiempos recesivos de finales de los setenta (toma varias de sus líneas de la canción de la campaña del presidente Roosevelt) e invita a todos a encontrarse, comer ostras y agarrar los patines.  Insuperable. Si quieren ver la lista de canciones que tomaron su línea de bajo, entren acá: está desde Queen hasta Daft Punk. Y también obviamente, Rappers Delight, el primer éxito del hip hop. 

El disco sigue con una baladita sensual (te quiero, papi dicen las chicas) que hace lo que muchas canciones lentas del género: toman algunos elementos del soul pero les sacan toda referencia al Gospel, lo cual las vuelve más accesibles para las audiencias blancas. Y finaliza su primera cara con "My Feet Keep Dancing", la segunda de las canciones memorables y otro hit bien representativo de la banda y del estilo. De nuevo hay aquí una gran bajo al frente, una guitarra que lleva el ritmo y toques orquestales para enfatizar el estribillo. 

El lado B (si seguimos la edición en vinilo) comienza con "My Forbidden Lover", tercer gran tema. Un up-tempo con un estribillo contagioso, al estilo de "We are Family", también del dúo Rodgers-Edwards cedido para Sister Sledge, una banda menor que tuvo su cuarto de hora. Y concluye con tres canciones menores: la agradable "Can’t Stand to Love You",  la melodramática "Will You Cry (When You Hear This Song)" y la movida "What About me", estas últimas buenos ejemplos de cómo se usaban las cuerdas en la época. 

Chic Cheer 

Hasta que el Disco fue más Village People y los pasitos de Travolta que otra cosa,  me parecía una música fascinante y fue mi primer contacto (me doy cuenta ahora) con la música negra de Estados Unidos. 

Si se dejan de lado ciertas caricaturizaciones, quizás a muchos de sus exponentes –pienso en Donna Summer, en KC & the Sunshine Band- se les puede dar un lugar al lado de las luminarias más respetadas del R&B. En el caso de Chic, creo, hace rato que se ganaron ese derecho. 

Y si no fuera así, me sigo sintiendo afortunado de que esta música haya funcionado como una banda sonora para mis torpes primeros movimientos de cortejo y conquista. Es más, cuando en fiestas y eventos veo a la generación que nos siguió -treintañeros de todo rango, conmoviéndose con  las marchitas de Erasure y Depeche Mode-  no dejo de pensar que, efectivamente,  tuve suerte con lo que me tocó bailar de pibe. 

Coda 1: 

La película "Last days of Disco" refleja esos años de finales de los 70 y rescata el estilo por sus propios méritos. En una de sus escenas, uno de los personajes (algo así como el administrador del boliche) ordena al DJ poner “Good Times” para poner a todo el mundo a bailar. No falla. 

Coda 2:  Curiosidades  Chic 
* Rodgers integró los Black Panthers en su adolescencia. 
* Según el critico Ken Tucker, co-autor de Rock of Ages: The Rolling Stone History of Rock and Roll, Rodgers y Edwards participaron de la sesión de grabación de Kung Fu Fighting, de Carl Douglas, una de las canciones con las que se considera que arrancó la música Disco.

3 comentarios:

spellbound dijo...

Salvo el palo a Depeche Mode, la reseña es perfecta ;)

Abrazo.

Isley Juan dijo...

Muchas gracias, Spellbound, como siempre.
La mención a DM no tuvo otra intención que aguijonear un poco a UV. :)

ultravivido dijo...

Salten treinteañeros! Se vienen los vejetes con sus pantalones Oxford y camisas de bambula!! Aunque hay que reconocerlo: fue una mejor música para bailar que "Oh l´amour".

Personalmente recomiendo la insuperable "Boogie nights" (acá traducida como "Juegos de placer") para ver el crossover de fines de los 70´s.

Saludos