1.-
Estamos en una época de novedades tecnológicas, aunque no necesariamente de grandes avances dentro de la cultura rock, o los géneros rock. Las novedades provienen de los soportes, de los medios para almacenar música, por ejemplo, pero no necesariamente de los géneros ni de las fronteras musicales. Hace rato que esperamos los cambios, pero éstos no aparecen.
Lo que tenemos son representaciones de la novedad. Puestas en escena de cosas que se presentan como nuevas pero rara vez lo son.
La fuerza arrolladora de los cambios tecnológicos parece obligarnos a pensar "en moderno". Esto es: nos avergüenza quedarnos afuera, no saber, perdernos el nombre del último grupo que salió ¡¡esta semana!! Aunque los contenidos atrasen, padecemos la fiebre de tener que estar "al día". Porque los medios y la web tienen información, sí, todos los días. "¿Cuántas bandas revelación aparecen en un mes? ¿Cuántas quedaron atrás cuando prometían ser la gran- nueva -cosa?
2.-
Hay algunos atisbos de verdadera actualización: Hot Chip y Royksopp (ya parecen grupos viejos) presentan modelos como para llevar la electrónica hacia un nuevo lugar. Más los segundos que los primeros, diría. Luego hay algo que puede servir en The Klaxons: una nueva lectura, rota, fracturada, de la vibración rock. Más abajo de todo eso, está repleto de pequeños destellos de grupos interesantes, pero que no llegan a ocupar un lugar de verdadero cambio.
3.-
Concuerdo con Pablo Schanton en que hoy- como nunca- tenemos la posibilidad de hacer una verdadera revisión de la cultura rock, de su historia. Está todo ahí, en el programa que uses para descargar música y en tu curiosidad. Esa especie de "viaje hacia atrás" en la historia del rock tiene mucho de gesto político, de toma de posición: es aprovechar el momento para saber quiénes somos y de donde venimos. Pero sobre todo, para tomar en nuestras propias manos la historia de una Cultura y hacer con ella lo que querramos. Por primera vez, la narración la podemos rehacer nosotros mismos, con nuestro recorrido.
Ya nadie nos puede venir a "enseñar rock".
Demás está decir que se acabaron -de algún modo y mal que les pese a ellos mismos- los "periodistas especializados". ¡Se acabó el monopolio de la información en manos de unos pocos "iluminados"! ¿Qué es lo que no puedo opinar, lo que no puedo decir o ensayar sobre todos estos años de rock? Si tengo la info y tengo la curiosidad y me animo a ensayar...puedo escribir esto que estoy escribiendo y readecuar datos y fechas y mapas de influencias a mi antojo.
Tenemos los discos, tenemos internet, podemos leer, podemos investigar. ¡Al demonio con esos viejos periodistas patéticos que atrasan todo el tiempo hablando de lo que alguna vez fue el rock! El panorama, por completo, es excitante, en ese sentido.
4.-
Gracias a las posibilidades de internet pude cubrir millones de baches en mi formación musical. Descubrí infinidad de grupos; armé "series históricas" para entender mejor, y en el camino descubrí gemas que jamás se me hubieran ocurrido que existían. Y que los viejos "periodistas especializados" dudo que conocieran, tampoco, porque el rock es literalmente, inabarcable.
No se trata tanto de mirar hacia atrás porque no hay nada para ver en el presente. Pero sí de rebobinar para entender. Para armar la historia y recapitular hasta lo que pasa hoy.
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