Uno. Por esas cosas de estos tiempos que corren, en que la importancia de las noticias entra en un caótico relativismo, me vine a enterar recién ahora de la muerte de John Martyn, que en realidad ocurrió el pasado 29 de enero. En medio de tantas imbecilidades que uno entiende por “estar al día”, a veces se pierde lo importante.
Dos.
Escribo esto para contar que siempre adoré a Martyn. Que caí rendido ante su poderosa y a la vez dulce voz desde la primera vez. La primera vez fue escuchar con auriculares, en un Musimundo, su disco “One world”.
De ahí en más me fui haciendo de varios discos de John, siguiendo su pista y aumentando el caudal de canciones. Porque Martyn es de esos artistas que con la abundancia no dañan.
Tres.
Alguna vez pensé en escribir algo sobre JM incluyéndolo en una lista o top five de “Artistas Subvaluados”. Nunca se habló mucho de él, por cierto. Nunca leí notas acerca suyo en revistas especializadas, al menos de este país. Un misterio. ¿Será porque (aún) no se había muerto?
Cuatro.
De todos, mi cantante "de aires folk" favorito. El mejor de esa generación de principios de los 70´s. Es cierto, estaba Nick Drake. Pero el talento de Martyn siempre me pareció más amplio. Como un cofre más espacioso, con más matices. De cualquier manera, qué estúpido que es comparar entre cosas buenas y lindas. Queremos quedarnos con todas ellas.
Cinco: los links.
Hace muchos años leí que en su período cordobés, Luca tocaba en su guitarra criolla un tema que se llamaba “Solid air”. Siempre me quedó picando el bichito de la curiosidad por ese tremendo título para una canción. Años después, en un momento muy especial de mi vida, me encontré con lo que fue mi primer disco de Nick Drake: el recopilatorio “Way to blue: an introduction...”. En el booklet de ese disco aparece un fragmento de la letra de “Solid air”. Ahí supe que Martyn y Nick eran amigos. Y que John le había dedicado ese tema a su camarada. Le cantó:
"Te conozco, te quiero, y podría ser tu amigo/ podría seguirte a cualquier parte, inclusive a través del aire sólido".
Seis.
“Solid air” es de esos discos que siempre vuelven a sonar en el equipo. Por empezar, todos los otoños. O cada vez que NECESITO oír esa voz. Y siempre vuelvo también a “Bless the weather”, un disco del mismo tono acústico, íntimo y cálido. Arranca con la bellísima “Go easy”, y también trae “Just now” un tema que te hace caer las medias hasta dejarlas zoquetes.
Hace poco me reencontré con algunas de esas espaciosas canciones de “One world” (como el tema que da nombre al disco, o como “Couldn´t love you more”) y sentí un estremecimiento ante esa voz, ese clima, el poder de esos silencios. Siempre el feeling jazzero dándole espacio al audio, haciéndolo una cosa “free”, suelta. Contrabajos de Danny Thompson y percusiones suaves. Martyn reunía lo folkie con el jazz, logrando una música en cierto sentido sexy, de toques femeninos, si se quiere. Algo raro para el género.
Siete.
Y nada más. No vamos a escribir que vamos a extrañar una voz que siempre estuvo y va a seguir estando entre nosotros.
Martyn nació en Surrey y se crió en Escocia. Terminó siendo un gordo enorme con pinta de escocés ultrabebedor de whisky. Tenía apenas 60 años. Y una voz dorada de esas que, si faltan, el mundo cae en el error y la falta de fe.
* * *
You've been taking your time
And you've been living on solid air
You've been walking the line
And You've been living on solid air
Don't know what's going wrong inside
And I can tell you that it's hard to hide when you're living on
Solid air.
You've been painting it blue
And you've been looking through solid air
You've been seeing it through
And you've been looking through solid air
Don't know what's going wrong in your mind,
And I can tell you don't like what you find,
When you're moving through
Solid air.
I know you, I love you
And I could be your friend
I could follow you, anywhere
Even through solid air.