sábado, 28 de julio de 2012

Discos: Relics (Pink Floyd, 1971)

Hay recopilaciones que tienen su personalidad y valor propios. “Relics”, editada por Pink Floyd en 1971 es una de ellas. 

Durante muchos años, el atractivo de “Relics” recayó en el hecho de que contenía los singles más importantes de la era Barrett (“Arnold layne”, “See Emily play”). Años después, esos singles reaparecieron- junto con otras grabaciones tempranas- en “The early singles”, dentro del box set “Shine on” (1992). 

Pero otro incidente le agregó valor “mítico” a este álbum. A raíz de una batalla legal con EMI Australia (que editó el disco en aquel país sin consentimiento de la banda) “Relics” permaneció largo tiempo fuera de circulación, hasta que en 1996 fue reeditado en cd. Otro de los detalles curiosos corresponde a las distintas portadas con las que el disco fue presentado en distintos países y épocas. 

Datos aparte, el recorrido que propone el álbum es realmente atractivo, y pinta un buen cuadro del Pink Floyd temprano y menos conocido. Más allá de esas dos gemas de pop psicodélico que ya mencionamos, hay otros momentos notables (el disco fue editado aprovechando el buen posicionamiento de “Atom heart mother” en los ránkings británicos). 

"Remember a day” (incluida en “A saucerful of secrets”) y “Paintbox” (B-side de “Apples and oranges”) son dos perlitas de Rick Wright, el George Harrison -callado y sensible- de los Floyd. Ya hemos hablado largo y tendido de esa maravilla que es “Paintbox”, pero las palabras no alcanzan para atrapar toda su belleza psicodélica de carrousel.

La segunda cara del vinilo original comenzaba con “Julia dream”, una melancólica balada de Roger Waters que funcionó como lado B del single “It would be so nice”, un tema de 1968. Por entonces el grupo ya comenzaba a volar en otras dimensiones: “Careful with that axe, Eugene” es una pieza larga, lánguida y sostenida que nos remite directamente al paisaje solar y alucinado de “Live at Pompei”. 

Del subvaluado soundtrack de la película “More” aquí aparecen “Cirrus minor” (con su clima pastoral y su órgano de iglesia) y “The nile song”. “Biding my time”, por su parte, es un blues de Roger Waters con algo de satírico, que la banda grabó en 1969 pero que hasta allí había permanecido inédito. 

“Relics” terminaba yendo nuevamente hacia atrás con “Bike”: una de esas cancioncillas de gnomos pasados por LSD típicas del Syd Barrett de “The piper at the gates of dawn”. Entre tanta solemnidad pinkfloydeana, el tema se despide con ruiditos de campaniles, cuerdas y hasta un coro de gansos alucinados (las risas de los Floyd grabadas al doble de velocidad).

El último guiño de humor de Syd, que le escribió esta canción a su novia de entonces, Jenny Spires.

viernes, 27 de julio de 2012

Discos: Frosting on the beater (The Posies, 1993)

Estos días helados en Buenos Aires dan para subir el volumen y sacarnos el frío con una buena dosis de Power Pop. Para ello recurrimos a los servicios de los oriundos de Bellingham (Washington) The Posies, exponentes de ese noble género en los 90.

Una opción para conocerlos es picando el recopilatorio "Dream All Day: The Best of the Posies", editado por el sello DGC en 2000. La otra es ir a las fuentes y darse una vuelta por su disco más redondo, "Frosting on the beater", su tercer lp, editado en 1993.

Ya de entrada, la producción de Don Fleming (Teenage Fanclub, Screaming Trees, The Smithereens y Dinosaur Jr. entre otros) deja claro que aquí los Posies fueron por un sonido más duro que en sus discos anteriores, logrando un golpe más directo, al mentón. "Dream all day" y "Solar sister" arman un excelente tándem inicial, además de ser dos de los tres singles que cortó el álbum.

El tercer single ("Definite door") comienza con un clima siniestro para luego subirse a un crescendo de armonías vocales estremecedoras. Y "Flavor of the Month" habla un poco del hype Grunge de aquellos días, por supuesto, en clave Power Pop.

En medio de tanta energía, el cuarteto comandando compositivamente por la dupla de Jon Auer y Ken Stringfellow se despide en tonos oscuros con "Coming right along", casi convertidos en unos Alice in Chains. 

The Posies 1993
Jon Auer, Dave Fox, Mike Musburger, Ken Stringfellow.

Discografía cercana
Dear 23 (1990)- Frosting on the beater (1993)- Amazing disgrace (1996).

martes, 24 de julio de 2012

Discos: The pink opaque (Cocteau Twins, 1986)

Ya que venimos de recuerdos, hoy les quería contar cómo llegué a los Cocteau Twins.

Hay quienes dicen que el gusto musical se forma (y se define, al mismo tiempo) en esa franja que va de los 18 a los 22 ó 23 años. En mi caso, la teoría se confirma, ya que todos los grupos que escuché en aquellos años (The Cure y aledaños, el Post Punk de Joy Division y derivados) modelaron mi sensibilidad hasta hoy.

Lo cierto es que en algún momento de 1989 (yo estaba en tercer año de la secundaria) algún amigo me pasó una copia en casete de “The pink opaque”. ¿Qué sabíamos hasta ahí de los Cocteau Twins? Poco y nada, salvo que era una de las bandas que Robert Smith había mencionado entre sus favoritas.

Eran años, todavía, "pre- Internet", donde el acceso a la información era difícil. En el caso de los Cocteaus sólo teníamos esas bellísimas y enigmáticas portadas de sus discos editados por 4AD. ¡Pero en este caso ni eso! Entre los amigos nos pasamos ese casete fotocopiando la tapa en blanco y negro una y otra vez. 

Tardé años en saber que “The pink opaque” no era un disco propiamente dicho de la banda escocesa, sino una recopilación de singles y rarezas del período 1982-1985 destinada al mercado americano. Como sea, el álbum tenía algunos temas inolvidables, que marcaron a fuego nuestro amor por ellos.

Al día de hoy reescucho “Millimilenary” y se me pone la piel de gallina con la voz de Elizabeth Fraser y esos arpegios celestiales. La versión de “Wax and wane” es mucho más poderosa que la incluida en “Garlands”, el primer lp de 1982. Otro momento hipnótico, envolvente, que me hace acordar cuando vimos al grupo en vivo en Buenos Aires (fuimos con mi amigo el Pono al Teatro Opera, si mal no recuerdo).

Como toda compilación, tal vez “Pink opaque” tenga algunos altibajos. Pero los momentos altos valen por el resto. “Hitherto” es uno de esos, en aquellos tiempos de vals que los Twins solían frecuentar. El tema apareció originalmente en el EP Sunburst and Snowblind”, de 1983. “Aikea- guinea” era otro momento encantador, antes del final ruidoso de “Mussette and drums”, original del disco “Head over heels” y un clásico de la banda de Fraser y Robin Guthrie
 
Pero volviendo a aquel 1989, nada se parecía a lo que había llegado a nuestros oídos. Y a la vista de lo que vino después, en realidad, la originalidad de los Cocteau Twins quedó intacta.

Una banda única que nos enseñó hasta dónde se podía llegar artísticamente siendo un grupo de rock.

Cocteau Twins
Elizabeth Fraser, Robin Guthrie.

sábado, 21 de julio de 2012

Videos: Ian Brown



El Mono y Noel se encuentran en una esquina cualquiera.
Como dijo el propio Ian: "así caminamos en Manchester".
Temazo.
De "Solarized" (2004).

viernes, 20 de julio de 2012

Viernes de Northern Soul

Northern Soul OriginalsUn domingo en el mercado del Trastevere, en Roma, puede ser algo frustrante si no diste con los puestos correctos, o no te pasaron la data de dónde están los discos.

De nuestro último viaje y por 3 euros nos trajimos este triple con 57 temas del Northern Soul, editado por el sello británico Hallmark.

Hablamos, desde ya, de aquel sub género que empezó a curtirse en los clubes del norte de Inglaterra a mediados de los 60, adoptado e idolatrado por los Mods ingleses como sú música.

Compartimos con el amigo Joserra Rodrigo en Rockandrodri Land- que el Northern Soul es más un sentimiento que un catálogo siempre brillante. Partiendo de allí, se trata de encontrar gemas aquí y allá en una producción siempre frondosa. O simplemente dejarse llevar por un Sonido que contagia, que nos pone bien arriba y ya.

Estos 3 cds se dividen en sendas categorías o etiquetas: "All nighter hits""All-time greats" y "Detroit sounds". Todos tienen sus altibajos, pero todos, también, sus perlitas. Desfilan, imparables, The Olympics, Brooks Brothers, Doni Burdick, The Mirrettes, JJ Barnes, Karl Evans, Jackie Lee y Detroit Land Apples, entre otros.


Northern Soul originals (Hallmark, 2000)

martes, 17 de julio de 2012

Discos: The best of The Doors (The Doors, 1985)

Les voy a contar cómo conocí a Jim Morrison y The Doors.

Hace muchos años -todavía estábamos en el colegio secundario, sería 1988 ó 1989- le pedí a mi amigo Charly que me grabara un especial de videos de los Echo and The Bunnymen que estaban dando por el viejo canal Music 21. Imaginen qué viejo es esto que les cuento: todavía, algunos no teníamos ni videocasetera ni tv por cable.

Cuando terminé de ver los videos, me sorprendió que la grabación siguiera (tal vez la videocasetera había quedado programada). En la pantalla aparecieron unas letras grandes, unos fuegos artificiales y de repente, una explosión. "¡The Doors!" rezaba el cartelón de letras sixties. Enseguida quedé magnetizado por ese tipo de pantalón de cuero, chaleco y camisa negra que dominaba poco a poco el escenario al ritmo lento de los teclados de -después lo supe- "When the music´s over".

De repente, la banda estalló con un crescendo del baterista y ¡guau! el cantante pegó un salto demencial, para caer en el mismo lugar y sujetarse del micrófono como si se tratara de un talismán que ya no soltaría de ahí en más. Había conocido -sin esperármelo, como si se tratara de un encuentro al que estaba destinado- a Jim Morrison. El video, por cierto, era el famoso show en vivo de los Doors en el Hollywood Bowl.

Meses después conseguí mi primer disco de los Doors en la feria de discos de Parque Rivadavia. Una edición doble, en vinilo, de "The best of The Doors". Es cierto, podríamos estar hablando de cualquiera de los fantásticos discos de la banda californiana , todos buenos, muy buenos y excelentes, según el caso. Pero por razones sentimentales éste doble sigue guardando un lugar especial en mi corazón.

Yo sentía que esos vinilos tenían recovecos, lugares de sombras  y momentos luminosos. Me brindaban experiencias (vinculadas a "imaginar" los temas según su lugar en los surcos) que sólo podían dar los viejos lps. Por ejemplo, uno de los lados, el 3, terminaba con el climático "Riders on the storm". Y entonces yo me sumergía en ese ambiente nocturno, imaginaba una playa, el mar a oscuras más allá. Al dar vuelta ese disco aparecían los bríos de "Touch me" seguidos de "Love her madly".

Con la púa fresca, el comienzo del disco 1, lado A, era arrollador con "Break on through" y "Light myy fire", para descansar un momento con "Crystal ship". Entre los surcos "secretos" estaba otra enigmática: "Spanish caravan" con sus ritmos circenses y "Unknown soldier", aunque ése nunca fue de mis temas favoritos. En el centro de ambos lps aparecían dos platos fuertes: "Roadhouse blues" (podrían haber puesto la impresionante versión de "In concert" ¿no?) y "L.A. Woman".

Años después, sigo sintiendo que los Doors son una banda para conocer y disfrutar en vinilo. Los misterios que proponían se lucen mejor allí que en la chatura latosa de las ediciones en cd. 
Y por supuesto, estaba la imagen a tapa abierta, brazos extendidos y collar de mostacillas de Morrison. Más una foto en claroscuro del grupo, en el gatefoald interno, que nunca olvidaremos.

Un objeto mágico y chamánico, aquel doble. En mi caso, fue el boleto de ida para adentrarme en las luces y sombras con las que nos seducirían, por muchos años más, John Densmore, Robby Krieger, Jim Morrison y Ray Manzarek.

sábado, 14 de julio de 2012

Discos: Apollo: atmospheres & soundtracks (Brian Eno, 1983)

En 1983 Brian Eno fue invitado a musicalizar un documental del director Al Reinert con imágenes del aterrizaje en la luna. El resultado fue este proyecto colaborativo entre Brian, su hermano Roger y Daniel Lanois.

En las liner notes, Eno cuenta que al ver la transmisión original del alunizaje sintió una especie de decepción, ya que las imágenes (editadas en tomas cortas, con un perfil de noticiero en vivo) estaban invadidas por voces de expertos y comentarios periodísticos que no le hacían justicia a la profundidad insondable del escenario.

"Apollo", finalmente, es una colección de piezas ambient breves, que bien podrían ser el soundtrack definitivo de cualquier viaje (real o imaginario) a otras dimensiones.  En su corazón (allí a la altura de "An ending", "Drift" y "Understars") la flotación es completa. Un disco para ascender y descender, depende el gusto de cada uno.

Es cierto que a diferencia de los trabajos seminales de Eno en terrenos del Ambient ("Music for airports", "The plateaux of mirrors", "Discreet music") en "Apollo" se nota cierto intervencionismo estético -por otra parte, tan peligroso para este género de música. Y en ciertos pasajes sobrevuela un tufillo pre-New Age. Pero en sus mejores momentos (los mencionados, además de "Silver morning", "Stars" y la célebre -vía "Trainspotting"- "Deep blue day") la música contenida en estos tracks logra despegar y generar implicancias más allá de lo que escuchamos.

¿El último gran disco de Eno en materia Ambient? ¿Su último gran disco, a secas? Si estás buscando buenos discos de "comfort y música para volar" "Apollo" puede ser uno.

Brian Eno- discografía cercana
Ambient 4- On land (1982) Apollo (1983) Music for films vol. 2 (1983). 

miércoles, 11 de julio de 2012

Discos: Darklands (The Jesus and Mary Chain, 1987)

El segundo disco de los Jesus and Mary Chain, "Darklands",  es una obra maestra por donde se la mire.

Ya en 1985 los hermanos Reid habían sorprendido con su debut, el clásico "Psychocandy". No nos vamos a extender aquí sobre las virtudes revolucionarias de aquel debut. Pero sí hay que decir que dos años después los escoceses volvieron a llamar la atención: reducidos ahora a dúo (Bobby Gillespie ya había partido para formar los Primal Scream) bajaron algunos cambios en la distorsión y entregaron el set de canciones más hermosas y atemporales de todo su catálogo.

Hagan la prueba cualquier mañana de este otoño- invierno y dejen correr "Deep one perfect morning" o "Darklands". A la segunda escucha va a ser imposible no querer agarrar el booklet para cantarlas. En realidad, hay melodías memorables y cristalinas a lo largo de estos 35 minutos (siempre en la línea histórica Beach Boys + Ramones + Velvet): "Down on me", "Cherry came too", el final acústico con "About you". Todos clásicos instantáneos e imperecederos.

"Happy when it rains" fue, es y será el manifiesto de las almas melancólicas (que los Garbage de Shirley Manson citarían unos años después). Y "April skies" -como una vez la definió Elvis Costello- es "la canción de amor más dulce jamás escrita". Un arsenal de guitarras chirriantes y melodías inolvidables.

La producción (a cargo de William Reid junto a diversos productores) tiene un gran mérito aquí, ya que deja que la pureza de las canciones gane el escenario, sin agregados innecesarios. Allí radica gran parte de la atemporalidad casi mágica de "Darklands", que envejece cada vez mejor con los años.

Nuestro eterno disco de secundaria.

The Jesus and Mary Chain- discografía cercana
Psychocandy (1985) Darklands (1987) Automatic (1989).

jueves, 5 de julio de 2012

Discos: Nebraska (Bruce Springsteen, 1982)

Cuenta la historia que Springsteen grabó las canciones de "Nebraska" en una grabadora a casete Teac de cuatro tracks, a la manera de demos. Más tarde llegó a grabarlas con la E. Street Band, pero a último momento cambió de opinión y decidió editar los demos tal como estaban, con ese halo fantasmático que los sobrevolaba.

Como sea, "Nebraska" bien puede ser "el" disco de The Boss. Su disco "Dylan". Su disco "de songwritter". Y el que despeja las dudas de cualquier pavote que todavía ande por ahí dudando del talento del Jefe de New Jersey. Acá, despojado de todo, pela su fuego sagrado para la canción.

Las canciones suenan a lo que promete la tapa del álbum: como si estuvieran sonando en una radio de un auto en plena ruta, atravesando ese paisaje gris y nevado. Sus letras -como suele ocurrir en la cosmogonía de Bruce- hablan de personajes marginales, asesinos, patrulladores de la ruta y demás perdedores con escasa (o nula) posibilidad de redención.

"Mansion on a hill" y "Nebraska" manejan el mismo clima meditabundo y quieto. La segunda, para contar la historia verídica de Charles Starkweather, un asesino de 19 años y su novia de 14. El corazón rockero de Bruce se suelta en "Atlantic city", "Johnny 99" y "Open all night".   

Los que vieron la película "The indian runner" (dirigida por Sean Penn) encontrarán los ecos de "Highway patrolman" en ese chico que trabaja para la ley pero deja escapar a su hermano metido en problemas. Un año más tarde, Johnny Cash grabó su versión de este tema en su disco "Johnny 99" (que también traía un cover de esa canción).

Paradito ahí solo en medio de dos monstruos como "The river" y "Born in the USA", "Nebraska" sigue irradiando su encanto intimista, casi de fogón. Las canciones pueden ser así de simples. Y siempre, siempre son las que mandan, nos dice el Boss desde este paisaje nevado e inolvidable.   

miércoles, 4 de julio de 2012

Discos: Big heart: Live in Tokyo (The Lounge Lizards, 1986)

Big Heart: Live in Tokyo¿Música para la alta trasnoche? En ese terreno, los legendarios Lounge Lizards seguramente van a funcionar.

Estos héroes del "fake jazz" (así los catalogó la crítica cuando aparecieron) fueron el delirio que armaron los hermanos Lurie (Evan y John, actor fetiche del primer Jim Jarmush) a fines de los 70 y que con los años se transformó en algo más que "fake...".

De hecho, los Lizards lograron armar un sonido bastante propio, metiendo en la licuadora jazz de las dos costas, toques de blues, tango y cuanto género pervertido y noctámbulo encontraban a mano.

En 1986 editaron uno de sus tantos discos en vivo, "Big heart: live in Tokyo". Aquí los podemos escuchar en buena forma, empezando por el tema que da nombre al álbum: un funk- jazz alucinado a caballito del saxo alto de John. 

Le sigue el blues de cabaret barato "Hair street" y un poco más adelante el clima de Cine Clase B de "It could have been very very beautiful". Sobre el final, el 2 x 4 bastardo "The punch and Judy tango".

The Lounge Lizards 1986
John Lurie (alto saxophone) Erik Sanko (bass) Douglas Bowne (batería) Marc Ribot (guitarra) Evan Lurie (piano).

Bonus: Lounge Lizards en vivo en "Night music", con Jools Holland, 1989