viernes, 4 de junio de 2010

Grandes bandas: The The

Uno 
Allá lejos, en los ochenta, hubo una gran banda llamada The The. El alias, en realidad, de un británico inquieto (existencial e intelectualmente) llamado Matt Johnson. Si bien a lo largo de los años el grupo fue cambiando de formación, siempre se mantuvo bajo las órdenes del "cerebro Johnson": una potente usina de reflexión filosófica sobre la vida moderna, los sujetos y sus relaciones. Y un creador afilado de música pop sofisticada, inteligente y craneada hasta el detalle.

Dos
El escenario: las grandes ciudades. Siendo ingleses, los The The siempre sonaron newyorkinos. Con un pie en terrenos pop, la música del grupo sonaba rica en matices e inteligente en arreglos. Podía acomodarse tanto en FMs como en los auriculares de tu casa, en la más absoluta soledad. Las letras de Johnson auscultando, siempre, la política, el sexo, la religión y las relaciones humanas. Con un pulso y una agudeza raras para el rock. Casi literarios.

Tres
Más sobre lo musical. Amplios dominadores del elemento pop, The The lograba trascender con elegancia  la chatura de la "música de radio". Pop y sofisticados. Pop pero incisivos. Desborando imaginación, agudeza y a la vez, un innegable buen gusto presente en elementos de jazz y rythm and blues. La banda pop para encajar en el sistema pero para repensarlo desde adentro, horadando con inteligencia sus formas. Un grupo para tener guardado como secreto. Para ciudadanos pensantes y sensibles.


Un comentario. A partir de "Mind bomb" (1989) Johnson deja de lado un poco las máquinas para hacer sonar a su banda de manera orgánica. Y para ello arma un combo exquisito de músicos: la base a cargo del bajista Jame Ellrer y el baterista Dave Palmer, junto a otro miembro estable de lujo, Johnny Marr en guitarras. Basta ver algún show de aquella época para comprobar la versatilidad y sofisticación (agregando una importante dosis de energía) que el grupo desplegaba en vivo.

Cuatro: los discos
Dentro de una discografía corta y sustanciosa (bastante espaciada a lo largo de los años) destacan tres discos notables:

Infected (1986) fue la primera obra maestra de Johnson, siempre afecto a armar discos de cierto tinte "conceptual". Ahogado en sensaciones de paranoia y oscuridad, Infected suena a la década del ochenta en su monocromatismo de neones y calles desoladas, amén de funcionar como alusión al fantasma naciente del HIV.

Por momentos demasiado fechado en aquellos años en materia de sonido (cierta latosidad de inspiración industrial) Infected sigue sorprendiendo por su ambición y su original modo de combinar elementos pop y jazz de forma variada, lejos de cualquier obviedad. 

A pesar de la caducidad de su propuesta sonora, varios temas de Infected pasaron por encima de los años con buena salud: el single "Heartland", "Sweet birth of truth" y "Slow train to dawn", con un exquisito dueto entre Johnson y Neneh Cherry

En la tapa de Mind bomb (1989) el primer plano lo ocupa la calva cabeza de Matt Johnson: es el frontman y el cerebro del grupo, presente con sus obsesiones, lo que comanda a todo el equipo, al que por ésta época se sumó de manera estable Johnny Marr

Musicalmente, Mind bomb es un disco ambicioso, notable. De esos álbumes que requieren tiempo y paciencia como oyentes. Siempre rodeado de voces femeninas que contrasten con su aspereza, aquí Johnson canta con Sinnead O´Connor en "Kingdom of rain". Pero es toda la banda la que logra plasmar en sonido las demencias filosófico- políticas de líder.

Dusk (1992) tal vez sea el disco de The The que mejor sobreviva en cuanto a sonido y canciones. La última obra maestra del grupo, concebida a la manera de una serie de reflexiones que van del amanecer al atardecer. La hora en que ese monstruo interno que todo tenemos dentro hace su aparición y flota sobre la gran ciudad en penumbras.

Al poderoso arsenal de la banda (básicamente la misma que en "Mind bomb") se le suman brillantes arreglos y sonidos de trompetas (como en la nocturna "Lung shadows") contrabajos y pianos que le dan una increíble profundidad y riqueza a las canciones (escuchar a buen volumen "This is the night", con su ritmo vaivén).

Y la clave de todo el álbum es una paradoja: en "Slow emotion replay", un cansado de sí mismo Matt Johnson nos pide -palabras más, palabras menos- que no le pidamos más opinión sobre Dios, el amor o la política, ya que ni él mismo sabe lo que le pasa por dentro. "Cuanto más miro" reflexiona Matt "menos se". Y sin embargo, Dusk no es otra cosa que otro poderoso arsenal de excelentes canciones sobre las personas. Y por supuesto, sobre Amor, Dios y Política.

Bonus track: discografía completa de The The

# Burning blue soul (1981). Editado originalmente como Matt Johnson.
# Soul mining (1983). Contiene el single "This is the day".
# Infected (1986)
# Mind bomb (1989)
# Dusk (1992)
# Hanky panky (1995): covers de Hank Williams
# Naked self (2000). El (hasta ahora) último y desapercibido disco del grupo.

2 comentarios:

Xim dijo...

Yo empecé con el Soul Mining y su "Uncertain Smile", pero a partir del Dusk dejó de interesarme, memorable el "Beat´en Generation" con la armónica del ex-The Smiths Johnny Marr, o también el dueto con Sinead O´Connor en "The Kingdome of Rain"...

Buen artículo, sí señor...
SaLu2

Xim

ultravivido dijo...

Despues de Dusk tuvimos poco y nada de Matt Johnson: el disco de covers de Hank Williams y Naked self, del 2000. Al parecer hay varios discos ineditos que Johnson nunca quiso editar. Gracias por pasar