A pedido de CC Urban (aka No Flash) vamos a hablar de los Tears for Fears. O al menos del que en Ultravivido consideramos su mejor disco, "The seeds of love".
Back to the 80´s
Los TFF emergieron a mediados de los 80 con una estética New Romantic de ribetes oscuros (chequear su lp debut "The Hurting", 1983). En 1985 (y aunque muchos no lo recuerden o se resistan a aceptarlo) el dúo de Roland Orzábal y Curt Smith se había transformado -al menos por 15 minutos- en la banda más importante de Inglaterra de la mano de su exitoso segundo álbum, "Songs from the big chair".
Cuatro años más tarde, sin embargo, llegaron a su obra maestra. Tan distinta y tan poco previsible con respecto a sus discos anteriores que todavía asombra. Una explosión multicolor/ caleidoscópica repleta de una música superlativa, con el Sgt. Pepper Beatle (y "Skylarking" de los XTC, por qué no) como Santo Grial y muchas estructuras y acordes tomados del jazz y el blues.
Hay que volver a 1989 y hacernos la misma pregunta que en ocasión de reseñar "Flowers in the dirt", de McCartney. ¿Qué extraña alineación de planetas hizo que aquel año aparecieran discos con tendencias tan similares a la expansión, a la multiplicación de ideas, a la ramificación como sistema? Como si el pop "inteligente" hubiera querido terminar la década echando toda la carne al asador, diciendo "hasta acá llegamos, esto es todo lo que pudimos dar".
O como parte de un Zeitgeist, un "espíritu de época" difícil de atrapar aquí en una frase o un post.
Los discos en sintonía: éste de los Tears for Fears. "Street fighting years" de Simple Minds (ambos dialogan directamente). El de McCartney. Y también la exuberancia pop de los Midnight Oil de "Blue sky mining" y los The The de "Mind bomb". Todos ellos parecían dejar atrás las reglas del pop de los 80´s (y su monocromatismo) evocando un espíritu expansivo que provenía de otro lado (¿los 70´s?). Sin embargo -y a pesar de ese gesto renovador- la Cultura Rock ya estaba cambiando de paradigma. Y el germen de los 90 -como bien sabemos- pasaba por otro lado.
Cuatro años más tarde, sin embargo, llegaron a su obra maestra. Tan distinta y tan poco previsible con respecto a sus discos anteriores que todavía asombra. Una explosión multicolor/ caleidoscópica repleta de una música superlativa, con el Sgt. Pepper Beatle (y "Skylarking" de los XTC, por qué no) como Santo Grial y muchas estructuras y acordes tomados del jazz y el blues.
Hay que volver a 1989 y hacernos la misma pregunta que en ocasión de reseñar "Flowers in the dirt", de McCartney. ¿Qué extraña alineación de planetas hizo que aquel año aparecieran discos con tendencias tan similares a la expansión, a la multiplicación de ideas, a la ramificación como sistema? Como si el pop "inteligente" hubiera querido terminar la década echando toda la carne al asador, diciendo "hasta acá llegamos, esto es todo lo que pudimos dar".
O como parte de un Zeitgeist, un "espíritu de época" difícil de atrapar aquí en una frase o un post.
Los discos en sintonía: éste de los Tears for Fears. "Street fighting years" de Simple Minds (ambos dialogan directamente). El de McCartney. Y también la exuberancia pop de los Midnight Oil de "Blue sky mining" y los The The de "Mind bomb". Todos ellos parecían dejar atrás las reglas del pop de los 80´s (y su monocromatismo) evocando un espíritu expansivo que provenía de otro lado (¿los 70´s?). Sin embargo -y a pesar de ese gesto renovador- la Cultura Rock ya estaba cambiando de paradigma. Y el germen de los 90 -como bien sabemos- pasaba por otro lado.
Las semillas del amor (Beatle)
Para expandir las estructuras pop los Tears for Fears tuvieron que ampliarse, además, instrumentalmente. Se requerían músicos refinados para tocar en estos niveles. Para ello apelaron a los servicios de sesionistas de feeling jazzero (el baterista Manú Katché, ex Sting) la cantante Oletta Adams, el bajista Pino Paladino, entre otros. No obstante, el aliado clave a nivel compositivo fue un viejo colaborador de la banda, el tecladista Nicky Holland, que aquí co-compuso 5 de los 8 temas con Orzábal.
Sin ese background instrumental difícilmente hubieran podido llegar a piezas tan elaboradas como "Badman´s song": algo de jazz, mucho de soul y la gran voz de Oletta Adams para dibujar esas melodías claras, limpias. Ya aquí llama la atención el tiempo del que dispone esta música para avanzar, atendiendo cada detalle, cada compás. Disco de orfebrería.
Pero claro, el momento expresamente Beatle venía con la cita a "I am the walrus" en la dinámica de estrofas de "Sowing the seeds of love". Aquel primer lado cerraba con la perfección de "Advice for the young at heart", en claro diálogo con Steely Dan y el XTC maduro de "Nonsuch". Si lo que queremos es un pop sofisticado, inteligente y con sustancia, acá hay un must. Coros, arreglos, armonías superlativas. Hasta ese solo de guitarra de tintes jazzeros, todo está en su lugar. Si hay un techo al que puede llegar al mejor pop, éste es uno.
La segunda mitad se abre aún más a la ramificación. Desde ese blues climático que es "Standing on the corner of the third world", pasando por la impresionante sucesión de dinámicas de "Swords and knives" (tal vez el corazón progresivo del disco) y el único up tempo del set, "Year of the knife".
Después de este Tour de Force -y fiel a la estructura circular del flow, sólo queda volver a empezar con la lírica "Woman in chains". Ese manifiesto cristalino a varias voces contra la violencia de género en un disco hecho, sí, con las semillas del Amor.
Paul McCartney, Flowers in the dirtChequear también
Midnight Oil, Blue sky mining
Simple Minds, Street fighting years
Prince, Graffitti Bridge
7 comentarios:
Che, es genial este blog, buenísimo material colgás.
Veo varias bandas de mi agrado en el listado de Artistas.
Voy a revolver un poquito tu blog.
Tengo que ponerme las pilas y pasar más seguido.
Saludos
Discazo. Sin duda. Y es cierto lo del pop "psicodélico-masivo" digamos; porque como bien decís se estaba cociendo otra psicodelia por ahí.
A este LP le dieron con un caño en su momento; por lo beatlesco que era (hasta Paul recuerdo que comentó algo). Quizás esperaron mucho para reponerse del éxito de "Songs...".
Dario: la verdad, sacando alguna que otra cita ("Sowing the seeds..") y el arte de tapa, el resto del disco no lo vi nunca muy Beatle, no se que pensarás. Saludos!
Ro: gracias por los comentarios y cuando quieras date una vuelta. Saludos
Es cierto; si nos guiamos por lo realmente beatlesco de otros discos de diversos grupos, éste tiene poco. Pero para el mundo flúo pop de los 80´s (donde TFF fueron una especie de reyes nerd) esas dos cosas que mencionás ya eran de gran peso.
Excelente reseña. "The Seeds of Love" es otro gran disco que hace añares que no escucho. Lo del espíritu de la época es algo que hace unos meses hablaba con un amigo: a principios de los noventa -o en este caso en el 89, que es cuando realmente comenzaron los noventa- nadie sabía bien para que lado iba a ir la música, ya que el pop había pasado a ser mala palabra. Siempre recuerdo a los A-Ha cuando vinieron a la Argentina en 1990 y dijeron que estaban cansados de los teclados y que siempre les había gustado otra música, The Doors por ejemplo... En esos grupos consolidados había una busqueda muy interesante -otro caso análogo es el "Welcome Whatever You Are" de INXS- y en este caso puntual fue muy importante David Bascombe, el productor de "Music for the Masses" y un álbum que, creo, valoro solo yo: "Abracadabra" (1991) de ABC-.
Sin embargo, mi álbum preferido de Tears for Fears es "THe Hurting": synthpop oscuro -nada que ver con el movimiento new romantic- con grandes letras, inspiradas en la terapía del grito primal de Arthur Janov.
Saludos.
Spell: lo de New Romantic apuntaba mas por el lado de la estética (peinados principalmente!)Para mi estaban a mitad de camino entre eso y algo levemente dark, aunque musicalmente se armaban a partir del synth pop. Saludos!
Es un disco raro: ambiente opresivo, letras profundas y... synth pop. Luego esa formula perdio oscuridad, profundidad y se transformó en algo así como synth pop... ¡para las masas!
Saludos.
Publicar un comentario