El alejamiento de John
Cale fue decisivo para el sonido de la VU. Sin su provocación vanguardista
(en tensión permanente –egos mediante- con los deseos musicales de Lou Reed) a éste último le quedó el
terreno libre para explorar un formato de canción más cálido e intimista.
Con ese background de fondo, los Velvet se metieron en
los TTG Studios de Los Angeles de noviembre a diciembre de 1968 para grabar (y
producir ellos mismos) lo que en palabras del propio Reed fue “la antítesis de “White light White heat”. El disco suena a purificación, a limpieza
espiritual. Y a renacimiento.
Podada de raíz la marea de electricidad y estática
saturada del lp anterior, la Velvet se concentró en hacerle un colchón de ternura a las inspiradas
canciones de Reed por entonces. El sonido
es un tema aquí. Un marco impresionista, compuesto con elementos mínimos,
orientados a hacernos sentir prácticamente en
el estudio con la banda.
Tal vez haya sido otro de los tantos gestos de
provocación de Lou el hecho de que el primer tema del disco (“Candy says”) haya sido cantado por Doug Yule, el remplazante de Cale. La
canción (inspirada en el transexual de la Factory Candy Darling) marca un poco el tono reposado de todo el disco: una
melodía entrañable, ritmo pachorriento, con todo el tiempo del mundo de su
lado.
“What goes on” maneja un minimalismo y una noción que
luego tomaría para sí el Krautrock: menos es más, y en la repetición hay
cambio. De aquí abrevaron, entre otros, los primeros Stereolab. Atención al órgano de iglesia como colchón de los
acordes (los Feelies hicieron una
anfetamínica versión de este tema para cerrar su disco “Only life”).
“Some kinda love” es un poco el costado country de los Velvet y “Pale blue eyes” es el lado tierno de Reed
en sus máximos niveles de inspiración, suspendido en ese sonido inmaculado. El
tiempo parece detenerse durante esos poco más de 5 minutos y medio casi
religiosos. Hablando de clima espiritual, “Jesus”
es la plegaria del converso que ansía reencauzarse.
La segunda mitad irrumpe con “Beginning to see the light”, trepando en intensidad y con un Lou Reed que suena verdaderamente
liberado. “I´m set free”, la canción
siguiente, es el exorcismo personal de Lou para el disco: “estoy libre, estoy libre para para encontrar una nueva ilusión. Estuve ciego, pero ahora puedo ver”.
Según contaron Doug
Yule y la misma Maureen Tucker,
las sesiones del disco fueron relajadas y todos contribuyeron al armado de los
temas. Esos aires liberados se notan en todos los surcos, especialmente en la
liviana “That´s the store of my life”
y ese divertimento de títulos finales que es “After hours”. En el medio, aparece ese experimento a varias voces,
en plan policial-esquizofrénico, que es “The
murder mistery”.
No es ninguna novedad lo que
vamos a decir, pero la influencia de este disco en las generaciones indie de los 90 (la primera, que revisitó
a los Velvet de forma concienzuda y sistemática) es incalculable. En “Velvet Underground” anida el germen de
prácticamente todos los grupos alternativos de perfil melancólico (Belle and
Sebastian, Yo la Tengo y Luna, entre otros) que decoraron con sus lindas canciones
agridulces el comienzo de aquella década.
Velvet
Underground 1969
Lou Reed, Moe Tucker, Doug
Yule, Sterling Morrison.
Discografía cercana
Discografía cercana
White light/ white heat (1968)
Velvet Underground (1969) Loaded
(1970).
5 comentarios:
Lou, Lou... Qué decir? Con él, aprendí a escuchar música. Abrazo. Dami.
EL GOLPE QUE FALTABA... je.. que + decir de tu reseña!
Buena reseña para uno de los más lindos discos de la Velvet, son canciones redonditas por todos lados y es la antítesis perfecta del segundo que para mi gusto -aclaro para mi gusto- no está dentro de mis favoritos. Soy conciente igual que sin ese "White Light/White Heat" la Velvet no sería lo mismo...
Abrazo!
Petela, menos mal que aprendiste a escuchar música con Lou y no con Yes.. Tenemos que juntarnos mas seguido a escuchar estos discos..
Langa, siempre que escucho "I´m beggining to see the light" me acuerdo de vos y me cago de risa de tu anécdota.
Mocker, esas canciones son inviolables. Y es cierto, este disco se entiende como reacción a WHWH. Abrazo!
Excelente, Ultra, como siempre. Infalible.
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