Por si hasta acá no se notó, los The Church son una de nuestras bandas favoritas.
Podríamos dar varios argumentos intelectuales y hasta ideológicos (su "menos es más", su coherencia, su nunca claudicar y seguir insistiendo disco tras disco en una misma obsesión sonora, entre otros). Pero tal vez sólo alcance con decir que el grupo liderado por Marty Wilson- Piper y Steve Kilbey nos puede. Basta que suene casi cualquier disco de su extenso catálogo para que volvamos a sentir la magia modesta pero inoxidable del grupo. Con muy pocos elementos lograron un sonido propio, absolutamente personal y duradero.
Dicho esto, "Starfish" podría ser indicado como otro excelente lp de la banda, en el que la inclusión de su único "hit" mundial, "Under the milky way" es apenas un detalle. De hecho, la canción pasa desapercibida dentro de un set parejo y de gran nivel, rodeada de muchos otros buenos temas. ¿Cuál es la diferencia con "Heyday" (1986) su también muy buen disco anterior? Tal vez el cierre levemente más pop y ganchero de algunos temas, aunque sin resignar un ápice la identidad del grupo. Como dijimos, "Starfish" es muy parejo, todas las canciones son buenas.
Así y todo, tenemos nuestras favoritas. "Antenna" flota sobre un ritmo de vals y un arreglo de mandolina que la hace inolvidable. "Blood money" va y vuelve, cargando y suavizándose, y "North, south, east and west" es enrevesada y mantiene la energía siempre ahí, para cerrar el lado 1.
Los The Church fueron siempre unos maestros del clima ensoñado (más que "escuchar" sus discos uno se deja adormecer por ellos, en un efecto claramente psicodélico). Los trucos son muy simples: guitarras arpegiadas, sonido envolvente, manejos de la intensidad y arreglos efectivos, funcionales, en cada tema. Parece fácil, pero tiene sus secretos. Todo está a la vista, y por eso es más enigmático su efecto.
Acá no fallan en ese aspecto. Atacan algunos temas rápidos (algo poco común, siempre adeptos a los ritmos más cansinos) en "Reptile" y "Spark" y dejan grandes espacios de silencio en "Destination". Cierran con otros dos temazos: "A new season" (de exquisitas melodías vocales) y "Hotel womb", otra con gancho, que en un mundo mejor hubiera sido un hit.
El éxito de "Under the milky way" nos los mareó y dos años después, en 1990, se despacharon con otro gran disco, el doble "Gold afternoon fix", también producido por Waddy Watchel.
Larga vida a los The Church, una de esas bandas que te pueden acompañar toda una vida.
The Church 1986
Podríamos dar varios argumentos intelectuales y hasta ideológicos (su "menos es más", su coherencia, su nunca claudicar y seguir insistiendo disco tras disco en una misma obsesión sonora, entre otros). Pero tal vez sólo alcance con decir que el grupo liderado por Marty Wilson- Piper y Steve Kilbey nos puede. Basta que suene casi cualquier disco de su extenso catálogo para que volvamos a sentir la magia modesta pero inoxidable del grupo. Con muy pocos elementos lograron un sonido propio, absolutamente personal y duradero.
Dicho esto, "Starfish" podría ser indicado como otro excelente lp de la banda, en el que la inclusión de su único "hit" mundial, "Under the milky way" es apenas un detalle. De hecho, la canción pasa desapercibida dentro de un set parejo y de gran nivel, rodeada de muchos otros buenos temas. ¿Cuál es la diferencia con "Heyday" (1986) su también muy buen disco anterior? Tal vez el cierre levemente más pop y ganchero de algunos temas, aunque sin resignar un ápice la identidad del grupo. Como dijimos, "Starfish" es muy parejo, todas las canciones son buenas.
Así y todo, tenemos nuestras favoritas. "Antenna" flota sobre un ritmo de vals y un arreglo de mandolina que la hace inolvidable. "Blood money" va y vuelve, cargando y suavizándose, y "North, south, east and west" es enrevesada y mantiene la energía siempre ahí, para cerrar el lado 1.
Los The Church fueron siempre unos maestros del clima ensoñado (más que "escuchar" sus discos uno se deja adormecer por ellos, en un efecto claramente psicodélico). Los trucos son muy simples: guitarras arpegiadas, sonido envolvente, manejos de la intensidad y arreglos efectivos, funcionales, en cada tema. Parece fácil, pero tiene sus secretos. Todo está a la vista, y por eso es más enigmático su efecto.
Acá no fallan en ese aspecto. Atacan algunos temas rápidos (algo poco común, siempre adeptos a los ritmos más cansinos) en "Reptile" y "Spark" y dejan grandes espacios de silencio en "Destination". Cierran con otros dos temazos: "A new season" (de exquisitas melodías vocales) y "Hotel womb", otra con gancho, que en un mundo mejor hubiera sido un hit.
El éxito de "Under the milky way" nos los mareó y dos años después, en 1990, se despacharon con otro gran disco, el doble "Gold afternoon fix", también producido por Waddy Watchel.
Larga vida a los The Church, una de esas bandas que te pueden acompañar toda una vida.
The Church 1986
Marty Wilson- Piper, Richard Ploog, Peter Koppes, Steve Kilbey.
4 comentarios:
Igualmente una de mis bandas favoritas. Y uno de sus mejores discos, precisamente por ser el más compacto a nivel de canciones. Si no te importa te incluto enlos links de mi blg mitocadiscosdual@blogspot.com. Excelentes revisioneshi
Gracias Bernardo, te linkeo yo también. Saludos!
Ja, me hiciste acordar que tengo Gold After...en casette y hace rato que no lo escucho.Gran disco, me voy a revolver la caja de olvidados,gracias por el recuerdo
Javier
La verdad es que Starfish es de esos discos que no tienen ni una canción mala. Excelentes comentarios.
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