viernes, 27 de noviembre de 2009

The Pains of Being Pure at Heart EP


Como para estirar un poquito más la felicidad de escucharlos, los neoyorkinos The Pains of Being Pure at Heart editaron un EP en este mismo 2009, año de su excelente debut homónimo (y candidato personal en la lista de mejores discos del año).

El EP se llama Higher than the Stars. Son cuatro temas nuevos en la misma veta áurica/ guitarrera/ noise pop y un bonito remix a cargo de Saint Etienne.

Salud, música, felicidad.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Discos: Album (Girls, 2009)

Album es el debut del dúo de San Francisco Girls (vaya nombre tan feo). El último hype con reviews de cinco estrellas o diez puntos en cuanto blog de música se precie de tal.

Pop urgente y low fi en lo musical, en doce canciones aún mucho más directas en lo confesional: una colección de postales sinceras (casi descarnadas) sobre los momentos de felicidad perdidos e imposibles de repetir.

Grabado en varios dormitorios y salas de ensayo, Album tiene un par de buenos momentos y una producción concientemente borrosa que, o bien puede elevar todo o echarlo a perder, depende los momentos.

Yo escucho un primer momento del disco entre los tracks 1-3, y luego la cosa se va para otros lados. Lust for life es una canción pegadiza y up que por debajo encubre unos coros de pa pa pas y dum dums realmente encantadores. Laura es la canción que hubiera escrito Elvis Costello de haber nacido en los 70´s y formar parte del Brit Pop de los 90´s. Ghost mouth es otro ejercicio a alla Costello (el tono nasal- reventado del cantante Christopher Owens termina resultando bastante denso) y ahí termina una primera parte pop y hitera del disco.

Entre God damned (low fi de AM) y Big Bad Mean Motherfucker (rock and roll clásico) la cosa se ensucia, pero (o por eso mismo) sorprende. Hellhole ratrace es un trip de 7 minutos con misterioso ambiente casi gospel detrás y una construcción melódica que por momentos recuerda a los Jesus and Mary Chain más folks (los de Stoned & dethroned). A la altura de Headache (track 7) nos damos cuenta que Album es más bien una colección de temas sueltos, sin demasiada cohesión, que se bambolean de aquí para allá. Su encanto puede ser también su Talón de Aquiles.

Sin embargo, sobrevuela el aire un tufillo a buenas ideas y chispazos de energía bien canalizada.

Discos cercanos a "Album"

The Pains of Being Pure at Heart (09) por lo urgente, y Popular songs, el último de Yo La Tengo (09 también) por la cosa "free" con la que se pasean de un estilo a otro.

martes, 24 de noviembre de 2009

Canciones: It's gonna take an airplane (Destroyer, 2004)



Desde algún lugar remoto de la memoria vino volando esta hermosa canción de Destroyer, que alguna vez me acompañó durante todo un verano 

* * *
 Hubo un enero- el de 2005- que pasé prácticamente solo en una Buenos Aires desierta. Mis actividades se limitaban a salir de mi trabajo en el centro, caminar durante mucho tiempo sin rumbo y leer El Pasado, de Alan Pauls.

Por algún capricho de la memoria asimilo dos discos a aquel verano porteño: The slow wonder, de A.C. Newman y Your blues, de Destroyer. Sólo la casualidad quiso que ambos discos fueran, a su vez, de artistas del colectivo pop The New Pornographers. 

Tu tristeza 

Y es en el disco de Destroyer, ahí, como segundo track, que está la canción que originó este post. It´s gonna take an airplane es mucho más de lo que una canción puede ofrecer. Se trata en realidad de una pequeña maravilla de cámara, un microuniverso pop completo y autoabastecido que se sostiene como una estrella propia en el firmamento. Todo pasa ahí adentro, y al escucharla nos damos cuenta que ya no necesitamos nada más para ser felices. 

Canciones para cantar (y aplaudir) 

Ya desde el primer compás el órgano marca la melodía que acompañará al tema, montado sobre un ritmo delicado. Enseguida entra la rogerwateriana (aunque sin la carga de teatralismo pavote del gran Roger) voz de Dan Bejar, que queda ahí solita con un bajo y una cálida acústica. Así, intimista, Dan nos anuncia: "it´s gonna take an airplane/ to get me off the ground", para agregar "i don't blame anyone who isn't sticking around/ cause when you stick around (when you stick around!)/ people like to put things in the ground".  

Si bien se trata de una temática clásica (el artista que exige para sí un modo de "transporte" espiritual propio y elevado, lejos de la mediocridad de la tierra que lo tira para abajo), bueno, no recuerdo a nadie que lo haya cantado tan lindo como Bejar aquí.

Luego de una pequeña segunda estrofa se largan las palmas (esas palmas irresistibles que ahora queremos seguir) y se repite la melodía del comienzo, amplificada, maravillosa, flotando en el aire. Ahí empezamos a darnos cuenta que el juego de la canción -en parte- está en ese "ida y vuelta" entre secciones a cual más hermosas, en una dinámica imposible de abandonar.

Como parte C del tema, Bejar flota en otra melodía brillante, donde por primera vez le habla a una segunda persona: "dressed like a dream dreamt by Lola magazine/ baby you were born to be seen/ and art's just the start!/now step inside the Widowmaker/ and listen to your heart!/ always 'the play', never 'the thing'...". Esta última frase vuelve a darle pie a la melodía inicial, para repetir el juego circular de las partes.

Pero no todo concluye allí...Quedan mas trucos en la manga del songwriter canadiense. La voz de Dan se superpone a sí misma para que todos cantemos el último motivo del tema: "submarines don't mind spending their time in the ocean...". Con todos los elementos en la batidora, el manual de la buena canción pop aconseja mezclar todas las marvillas para un final a toda orquesta. ¡Y eso es lo que sucede aquí! ¡A cantar y aplaudir!

Discos: The pleasure principle (Gary Numan, 1979)


Alrededor de 1979-1980 y años posteriores, el Synht Pop dominaba gran parte de la escena pop en base a teclados fantasmales, voces gélidas, ritmos maquinales y climas mayormente europeizantes.

Una escena dominada por Japan, Ultravox, OMD, Human League y por supuesto, el inglés Gary Numan.

"The pleasure principle" fue el segundo disco de Gary (el primero si descontamos que "Replicas" fue firmado como Tubeway Army) y el que lo catapultó al éxito gracias al single "Cars".

Lo que escuchamos aquí no es otra cosa que un artista bastándose a sí mismo con un puñado de elementos muy básicos. Sobre baterías orgánicas, tocadas, se montan las bases y melodías de teclados. ¡Sin una sola guitarra! Hay mucho manejo de climas, también, en el aparataje Numan (la herencia fantasmática de Eno sobrevuela variosa momentos del álbum) y la voz entrega un registro entre irónico, freak y robótico.

El resto son los temas: tan adictivos que podemos ponerlos una y otra vez sin cansarnos.


El instrumental "Airlane", por caso, sienta las bases del álbum: acá está todo lo que escucharemos después. Sobre unas bases ondulantes, la melodía se va presentando en distintas tonalidades y enfoques. Da la impresión de haber surgido de una zapada (¡sintética!).

Una base de inspiración Glam le da comienzo a uno de los momentos altos del álbum: "Metal". ¡Gran tema! Un clima ominoso sobrevuela la canción como marco para una especie de conversación entre seres inanimados.

La cita a Eno es directa en la introducción de "Complex", un bello mid tempo de caracter meditativo que nuevamente trae la imagen de una intimidad entre dos que peligra por el ataque de esos "otros". El disco vuelve a levantar su pulso con "Films" y su poderosa base de batería. Quizás lo adictivo y siempre fresco de esta música provenga de esa mezcla tan bien armada entre el sonido orgánico y las frías capas de teclados que sobrevuelan todo a la manera de un Heroes sintetizado.

La segunda parte del álbum comienza con "Tracks", una trémola pieza con piano y la voz de Numan que se abre con tintes progresivos. Acá probablemente estemos escuchando a los Ultravox de Viena (1980) en su entusiamsmo y su concepto cinético de la música. Gran sucesión de dinámicas, en otro buen momento.

Conversation continúa abrevando en imágenes fragmentadas, minimalistas y bastante crípticas:

There are no faces
This is my complex
You are my picture
I call you "mirrorrs"

Para el final llega el ya mencionado single "Cars", donde se aprecia el gancho más pop y "tontón" de Numan.

Claro que esa inocencia siempre está puesta en duda por el maquillaje -sutil- de siniestralidad que tiñe todo el disco. El cierre, ahora sí, es con "Engineers", especie de marcha futurista desde la perspectiva omnipontente de estos "ingenieros totales":

We are your heartbeat
We are your night life
We are your `low-line'
We keep you alive for now
We're engineers

Bonus 
* La reedición en CD de The pleasure principle de 1992 agrega la suculenta cantidad de siete bonus tracks, entre ellos versiones en vivo y outtakes instrumentales.
* Para la grabación de TPP se utilizaron sintetizadores alimentados por pedales de efectos de guitarra.
* El éxito de Numan a principios de los 80´s generó una corriente de fans denominados Numanoids.  

domingo, 22 de noviembre de 2009

Jazz nights: Polka dots and moonbeams (Paul Desmond, 1992)

Hay discos de jazz para fiestas, otros para mostrarle a los amigos, o para momentos de relax. "Polka dots and moonbeams" contiene un set- para nuestro gusto- ideal para el placer en soledad, brandy en mano, cuando todos se fueron de la fiesta y nos quedamos con los vasos vacíos y los ceniceros llenos de colillas.

O en cualquier tarde noche contemplativa, sin apuro para llegar a ningún lugar.

Un pequeño set de poco más de 30 minutos éste de Paul Desmond, con grabaciones entre 1963 y 1965. Lo acompañan Connie Kay en drums, Jimmy Hall en guitarra y tres contrabajistas según la sesión: Eugene Wright, Percy Hath y Eugene Cherico. Siempre en el estilo relajado, sin despeinarse de Desmond, se destaca ese delicado interplay que generan Paul y Jimmy Hall, primos, ambos, del buen gusto y la delicadeza.

No hablaremos del setlist en detalle, ya que se trata de un álbum homogéneo y de alto nivel de principio a fin. Sin embargo, a la altura de los últimos dos tracks, "I´ve grown accustomed to your face" y "Bewitched" (original de Rodgers/ Hart) es donde el disco mejor logra engranar. En ese momento, sobre el final, dan ganas de volver a poner "play" y servir otro brandy.

Un álbum que respira, además, urbanísimos aires newyorkinos.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Soundtrack de hoy: Out of noise (2009)
















Ya hicimos una pequeña review preliminar de este nuevo disco de Ryuichi Sakamoto en Ultravivido. Pero al parecer, se trata de uno de esos discos que tras una primera oída relativamente intrascendente, comienzan a crecer y a llamarnos nuevamente a abrevar de su fuente.

Que este disco sea el soundtrack de hoy tiene que ver con una intención de descontaminamiento del ruido urbano. Ante el caos, la violencia del tráfico y la velocidad indolente, Out of noise (aún en sus falencias y algo remanidas escenas ambient) trae un remanso de belleza y calma que se hace insoslayable.

Fuera del ruido.

domingo, 15 de noviembre de 2009

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cine: Inglorious basterds

Algo sobre Inglorious Basterds y el cine de Tarantino en general

* * *
1.- Está más que claro que el cine de Tarantino fue y es de Forma sobre Sustancia. A nadie medianamente sensato le pueden interesar demasiado sus historias, ni las justificaciones morales y/o psicológicas de sus personajes. Tampoco sus "lecturas" del contexto o su crítica social.

Siempre pareció quedar claro que lo suyo es la versión pos-pos moderna de L´art pour l´art (en este caso, el cine por el cine mismo). Sucede que esta vez se metió con un tema un tanto más espinoso, de esos de "dominio público" y "patrimonio de la humanidad". Daría la impresión que cruzó una raya. Para algunos, claro.

2.- La experiencia de Hacer y Ver Cine

Para nuestra generación no hubo nada semejante a esperar un estreno de Q.T. Durante todos estos años hemos ido a las salas de cine con la excitación de un show de rock (o más aún). La construcción de esa sensación, de esa excitación vital por VER cine, es mérito pura y exclusivamente de Tarantino y lo que su cine provoca. Por eso, no puedo entender a los críticos "tibios" de sus películas. A los frígidos que ven su cine con una máquina de disección analítica.

El cine de T. -con sus altibajos, sus ups y sus fallidos incluidos- redondea una de las experiencias mas excitantes de esta primera parte del siglo.

3.- Nada nuevo: Tarantino es un director que no puede dejar de hablar ni de citar el cine que lo desvela. Ahora es el turno (como lo fue en su momento con el Blaxploitation, el film noir, el cine de artes marciales) de las películas bélicas de la Segunda Guerra Mundial. A veces, es cierto, satura un poco con ese submensaje tan suyo de mostrar "todo lo que se de cine"/ "todo lo que soy capaz de hacer en una película". Pero como sucedió con aquellos géneros, es altamente probable que T. genere una oleada de "secuelas", corrimientos y actualizaciones en las películas bélicas, una vez colocado su mojón.


4.-Fuck real life!
Luego de ver Inglorious...terminé pensando que en definitiva, en el cine de Tarantino jamás aparece algo parecido a "la vida real". No hay personas "comunes". No hay un relato "realista" que lo sustente de forma sostenida. Y si en algún momento lo hay (como en varios pasajes de esta Inglorious...) el propio Tarantino se encarga- apenas 20 segundos después- de volver a romper la identificación con ese "real". ¡No queremos lo real! parece decirnos. ¡Queremos CINE!

5- No es cierto que Inglorious basterds sea "más de lo mismo" en el cine de T. Parecen haber nuevos registros, nuevas búsquedas, como en la larga y magistral obertura de la película, en la que el caza judíos interpretado por Cristoph Waltz (EL actor de la película, claro) visita una granja donde hay judíos refugiados. En ese registro dramático, inmensamente rico en suspense y en tensión, hay un nuevo Q. T. Lo mismo con la desbordada escena de desenlace del film, a todo trapo mientras el fuego devora a los nazis en el cine parisino. Los larguísimos diálogos marca registrada de la casa, ahora parecen tener una función netamente dramática.

6- Los amantes del soul y el funk de Jackie Brown y Pulp Fiction deberemos esperar a que Q. se digne a volver a sus fuentes 70´s. En Inglorious.. todo está dominado por los climas de Morricone. En ese sentido, es la menos "rockera" (uf, que feo suena dicho así, pero no se me ocurre nada mejor) de todas sus películas.

7- Y para el final ¿Cuántas veces más nos vamos a ir del cine con la sensación de que todo es un gran capricho de Quentin? ¿Cuántas veces más vamos a irnos con la certeza de que TODO es una gran excusa para meter esa música, para filmar esas escenas que siempre lo desvelaron? De una forma u otra, sigue saliéndose con la suya, desde adentro mismo del corazón de Hollywood.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Discos: Cabin in the sky (Tuxedomoon, 2004)


Algo general

Hay buenos y malos grupos. Grupos regulares, discretos o apenas aceptables. Los hay muy buenos, incluso. Pero hay unos pocos que no se parecen a nada de cuanto se haya hecho o grabado dentro del rock. A esa categoría selecta de bandas pertenecen los Tuxedomoon.

Formados en 1977 en San Francisco por los estudiantes de música electrónica Blaine Reininger y Steve Brown, Tuxedomoon presenta la fisonomía de un sofisticado combo arty de formaciones cambiantes y músicos que aparecen y desaparecen. La otra pata de su propuesta se apoya en la colaboración de artistas visuales, que desde el comienzo se sumaron al proyecto para enriquecerlo.

Algo particular

A pesar de ser inclasificables, intentemos al menos describirlos. Climas mayormente nocturnos, con orquestación de cámara (violines, cellos, cuerdas en general); mucha flotación y aires jazzeros (aunque no son jazz). Gran vocación por el cuelgue de contexto academicista, pero totalmente bastardo. Climas pesadillescos, voces maquinales y perturbadoras. Colores azulvioláceos. Música para telones y teatros. Aires netamente europeos.

¿Alcanza? Seguramente que no.

Un poco de historia (no mucho)

En 1978 los Tuxedomoon abrieron shows para DEVO y en 1979 ficharon para el sello de The Residents, Ralph Records. En 1981 (y con dos discos ya editados) se movieron a Rotterdam y de allí a Bruselas, tratando de colocar su sonido de influencias electrónicas en la escena europea. En 1985, tras la partida de Reininger, lograron su mayor "éxito" con el disco "Holy wars". Tras varios cambios de formación la banda permaneció inactiva durante gran parte de los 90´s, aunque técnicamente, nunca se separaron.

Hasta que en 2004 -y sin que muchos lo pronosticaran- volvieron al ruedo con esta maravilla sonora llamada "Cabin in the sky".
  
Un portentoso monumento sonoro

"Cabin the sky" es un disco sorprendente, que encuentra a este mítico grupo de más de 30 años de trayectoria en un inesperado estado de esplendor creativo. Portentosos. Llamativamente caudalosos en ideas, en energía y en avasallamiento de nuestras facultades para la sorpresa y el asombro.

Dos temas marcan el primer segmento. "A home away" exhibe la clásica construcción del grupo sobre un bajo y una música que flota en oleadas. En la segunda estrofa aparece una trompeta venenosa, en segundo plano. "Baron brown" nos transporta con sus aires de decadencia europea a través de una música única, pariente de los Bad Seeds, aunque más imaginativa e imprevisible. Y no tan explícitamente maldita (los Tuxedomoon tienen el encanto de la sutilidad).
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Como tercer tema llega el mejor momento del álbum, el instrumental "Annuncialto". Nuevamente esos bajos ondulantes, un piano, un wah wah serpenteante, trompetas, calamidades varias. Una invitación a paseos nocturnos sin rumbo, o a la simple contemplación de la noche a través de una ventana. A esta altura ya sabemos que esta música nos está llevando a un lugar en el que nunca estuvimos.

A continuación, la "dupla itálica": "Diairio di un egoista" trae sonidos industriales para ambientar las meditaciones (en italiano) de un dandy diletante. Un nuevo punto de partida para un álbum que a cada paso parece reinventarse, pero que en realidad sólo abre caminos laterales, sutiles desviaciones del tronco central. "La piu bella" comienza con un señor italiano cantando una canzonetta en plena calle, a lo que se suma luego la tenebrosa belleza de banda de salón de Tuxedomoon.

Un piano y unas guitarras de aires rycooderianos inician "Cagli five-O", otro de los instrumentales. A los 3 minutos entra un motivo de trompetas que eleva el tema hacia otro nivel. Aquí hay sofisticación y belleza libre de formulaciones.

La segunda mitad

Al clima circense de "Here 'til x-mas" le sigue el up tempo "Chinese mike", una extraña pieza entre lo industrial, el free jazz y la cacofonía total. En el último tramo, "The Island" roza el ambient y "Misty blue" clarifica el momento borroso con una invitación que cabalga en la propia música:

"come away with me/ into the misty blue/ we will find paradise/ a paradise for two/ where the waves kiss the shore/ and the dolphins play/ we can hide from the crowd/ down where the palm trees sway".

Se trata de uno de los momentos mas luminosos y juguetones del álbum; una nueva tonalidad cuando el disco ya comienza a despedirse. Para el final, unas guitarras saturadas de fuzz dan pie a  "Luther blisset", con su ritmo cabalgado y sus coros pendencieros. Trompetas hollywoodenses y un clima general de soundtrack de una película que nunca vimos. Un nuevo y último momento fascinante de un álbum siempre abierto a la sorpresa.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Discos: Come On! Feel the Illinoise! (2005)
















Detroit "Folk" City

by CC Urban

Tal vez si nos remitimos a la industrial y popular ciudad estadounidense de Detroit pensemos rápidamente en una sola cosa: AUTOS. En este caso optemos por las Motorhome, ya que si tengo que dejarme llevar por este gran disco, "el viajar es un placer..." (con lo que estoy muy de acuerdo).

Nacido en Detroit en el año 1975, este joven y Gran Compositor nos lleva de viaje (luego del anterior periplo por su Estado natal, Michigan) a su próxima estación: Illinois.  

Si bien Sufjan Stevens puede considerarse dentro de la gran urbe del Folk (en pleno auge en estos tiempos que corren) va más allá de ésto. Entre climas orquestales, banjos, riffs de guitarras, coros, órganos rescatados de alguna "presbiterians church" a la que tanto acuden los americanos, Sufjan refleja, sobre todo, Momentos

Un trabajo riquísimo musicalmente, sobre todo en composición. No hay que olvidarse que estamos hablando, además, de un Cantante que acompaña ritmos de diversos estilos, confundiéndose a veces con los innumerables arreglos de variados instrumentos (violines, trompetas, pianos, etc) tradicionales y otros que no tanto. 




Es muy dificil nombrar highlights de esta obra que contiene 22 temas, pero cabe destacar su obertura, "Concerning the UFO..." cuyo levante de telón deslumbra y nos invita a escuchar lo que no vamos a poder dejar de escuchar: su obra. 

La grandiosa "Come on Feel the Illinoise", con sus coros épicos y alegóricos; la introvertida "John Wayne Gacy Jr." con sus punteos de una acústica discreta y un piano que sostiene con sus notas el vaivén de la melodía; "Jacksonville" donde Stevens acerca esta ciudad del estado de Florida al reino unido, con sus arreglos de vientos y trompetas del Sargento Pepper y "Casimir Pulaski Day" cuya espiritualidad sí esta al palo. Todo ésto, entre otras. 

No son muchas las ocasiones en que se refleja un trabajo tan conceptual como éste. La creatividad en su máximo esplendor, con un protagonista que se despacha con 22 tracks y no se conforma con cualquier cosa. Va por más.

...y ya estamos cerca de las canciones de Navidad.  

Discos: What will we be (2009)

















Me entusiasmé con Rejoicing in the hands (´04). Caí rendido (en circunstancias especiales de una vida lenta y placentera bajo los pinos) ante Cripple crow (´05) y me decepcioné bastante con Smokey rolls down thunder canyon (´07). ¿Por qué tantos altibajos con un mismo artista?

Una respuesta posible: Devendra Banhart es un artista para consumir lento, reduciendo la velocidad alrededor para poder entrar en su frecuencia. Pero esos vaivenes también nos disparan algunas preguntas sobre el artista que tenemos entre manos. ¿Se trata apenas de un songwriter mimético de la experiencia hippie? ¿Su encanto pasa esencialmente por su "imagen de artista" y su "multiculturalismo"? Difícil ser tan tajantes, porque de a ratos el muchacho parece transpirar cierto talento (Cripple Crow está bastante lleno de ellos).

II
La decepción de "Smokey rolls..." vino por el lado, sí, de una repetición mimética de los procedimientos que le dieron éxito en "Cripple crow", pero sin las buenas canciones. Esos procedimientos tenían que ver con un sistema casi ambiental de grabación, y una sensación de cercanía de fogón con el material. Lo que se dice, un clima general de "work in progess"con forma (a veces) de canciones. Ambos discos sonaban como documentos de una experiencia concreta (sensitiva y de producción) de hacer y grabar música. 

III
Con su nuevo disco, "What will we be" (el primero para su nuevo sello Reprise) Devendra parece dar un giro de timón. Al menos en el primer cuarto de álbum la música suena directa, enfocada. Y la producción, llamativamente limpia y cristalina, a comparación del ambiente saturado de opio de sus dos álbumes anteriores. Hay una operación de luminosidad en la instrumentación también, que suena menos dispersa y más enfocada en el corazón de los temas. La voz de Banhart abandona su registro más barroco y se queda con las líneas esenciales.

Las canciones 

Can´t help smiling sienta las bases de esa cristalinidad y Angelika es instantáneamente encantadora (en su primera parte) para transformarse en un salmo algo zaparrastroso en la segunda. Baby (el primer corte) es uno de esos "hippie funks" que un poco, sí, inventó el propio Devendra, con hermosas melodías y coros. Goin´ back (jazzy con slides y susurros) cierra esa primera mitad luminosa y limpia del álbum.

A partir de allí el disco entra en un bache con la dupla First song for B / Last song for B. y se acentúa con el bodrio jazz low fi de Chin Chin Muck Muck. A mitad del álbum aparece el homenaje glam de 16th Valencia Roxy Music, aunque la broma no llega a abrir una perspectiva en el horizonte musical de Devendra. Parece más bien un divertimiento aislado, una cita jocosa.


En la segunda mitad la cosa se pone un poco más rockera con Rats (¡hasta parece un tema de Carca!) mientras que Maria Lionza es un extraño ejercicio Zen que a los 3 minutos y medio se convierte en la "Revolution 9" del disco. En Brindo, Devendra vuelve a cantar en castellano, en uno de los pocos momentos del disco en ese idioma. Se trata de una pequeña perla con coros fantasmales y bonitas melodías. El clímax se extiende a Meet me at lookout point y especialmente a Walilamdzi, de una belleza rara y como en la sombra, delineando el segundo momento de calma quieta del álbum.

Entonces entendemos que sí, que Devendra tiene sus momentos de talento y de belleza. Y que esos momentos los encuentra cuando más íntimo es el background que lo rodea: apenas con lo mínimo, su arte sale a flote, se brinda. Por el contrario, en sus jugueteos de "multiculturalismo de Palermo", Banhart parece pifiarla, desdibujándose en un clima general de parodia sin sustancia. Por eso, supongo, cada tanto habría que volver al seminal "Rejoicing in the hands" y escuchar en qué consistía el arte de DB, antes de sus (simpáticos sólo por momentos) delirios de cubrir la totalidad de Sudamérica en su songbook.

El cierre -inesperado- es con el reggae/ska Foolin´, que nos viene a confirmar cuán cerca está a veces Devendra de caer en el precipicio.

Imagen pública



Tal vez, la Gran Gran Banda de la que nunca hablamos. Coming soon in UVV...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Una canción: "Paintbox" (Pink Floyd, 1967)

Y ahí solita, en medio de la monumental obra de Pink Floyd, flota una pequeña gema de pop psicodélico de salón. Una canción de cámara para el té alucinógeno de las "five o´clock".

Paintbox - de ella hablamos- fue escrita por el tecladista de PF, Rick Wright, en 1967. La canción lleva la marca inconfundible de su estilo: ensoñado, meditativo, de melodías dulces cantadas siempre a media voz.

* * *
Musicalmente, Paintobx es un pequeño pero completo universo que atraviesa diversos estados de ánimo, expresados, a su vez, con distintos recursos musicales. Por momentos es una canción de aires folk, por otros, música de vodeville pasado de LSD.

El comienzo arpegiado y percusivo del tema (una mezcla de cuerdas de piano, fills de batería y bajo) conforma una unidad en sí misma. Repetido insistentemente a lo largo de todo el tema a la manera de un recurrente resto diurno, este comienzo tiene tanta presencia que por sí solo alcanzaría para que recordemos la canción.

Acto seguido llega la primera estrofa. El narrador cuenta sus sensaciones de culpa y arrepentimiento ante una noche malgastada, bebiendo en un club con unos tontos ("tratando de impresionar, sintiéndome bastante vacío", confiesa). Hacen su entrada, a su vez, esos coros fantasmales que repiten como embobados la última palabra de la frase (en este caso "drink").

Luego de volver al motivo del comienzo, la segunda estrofa presenta una resolución ingeniosa, loca. En una frase vertiginosa (en la que el narrador entiende que todo se trata de una especie de deja vu) las palabras se agolpan, la música sube de intensidad y llega a una melodía nueva, que a su vez, resuelve la totalidad de la escena: "I open the door/ to an empty room/ then I forget".

La tercera y cuarta estrofa no hacen sino acentuar esa a-sociabilidad del narrador. Una chica lo invita a un show al que él aparentemente no quiere ir. El tráfico se mueve muy lento (muy probablemente se trate de una visión alucinada) y el personaje presiente el rostro enojado de la chica que lo espera. Vuelve la sensación de "escena ya vivida" del comienzo y esa "puerta a una habitacíon vacía" que parece el único alivio posible para limpiar culpa y remordimiento. Un lugar para olvidar.

* * *
Datos

* Paintbox
no está incluida en ningún álbum oficial de Pink Floyd, aunque puede encontrarse en la recopilación de singles y rarezas Relics.

* La canción fue grabada en octubre de 1967 y editada como lado B del single "Apples and oranges" el 18 de noviembre de ese mismo año. En los próximos días cumple 42 años.

* En 1968 la banda lanzó un video promocional del tema (que por supuesto está en YouTube) para la tv belga. En el film se puede ver a los cuatro Floyd (con David Gilmour reemplazando a Syd Barrett) haciendo muecas sobre la melodía de la canción, en un puente de Bruselas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Jazz nights: A love supreme (John Coltrane, 1965)

Absolute classic masterpiece

Hoy es el turno de un clásico, que ya desde su aparición trascendió las fronteras del jazz para instalarse un paso (o varios) más allá.

"A love supreme" fue grabado el 9 de diciembre de 1964 por el famoso cuarteto de John Coltrane integrado por Elvin Jones en drums, Jimmy Garrison en bajo, Mc Coy Tyner en piano y el propio John, en tenor.

Esta música de cámara dividida en cuatro partes (pensada como un "agradecimiento a Dios", según el propio saxofonista) logró desbordar las frontera del jazz, decíamos, para convertirse en un tratado musical sobre el amor, la paz y la trascendencia del arte. Su mensaje, además, entró en sintonía con los ideales del movimiento Black Power de los 60´s.

Además, "A love supreme" fue, es y seguirá siendo uno de esos discos de jazz amado por los rockeros. Sin él, la música del mejor Santana, o de Hendrix, por ejemplo, no hubieran existido. Al menos de la forma en que lo hicieron.
Parte 1

El comienzo es con Acknowledgement. Tras una brevísima intro de clima espiritual, con John serpentenando la melodía, empieza a meterse lentamente la base de Jimmy Garrison sobre la que va a construirse todo el tema. 

Luego la cosa toma impulso de la mano del solo de Trane. El "Huracán del Jazz" no tarda en prenderse fuego, y nos imaginamos que ese día, en la sala, la cosa ya venía caldeada de antes (seguramente fue prender "REC" y que la cosa siguiera, simplemente). Ya en este primer tema aparece a pleno el clásico interplay del cuarteto: una combustión que cabalgaba en las baterías pirotécnicas de Jones (¿el Keith Moon del jazz?) y las bases sólidas de Garrison, para que el resto del grupo vagara libre por la cresta de la ola.

A los 4 minutos, Coltrane se enciende del todo y eleva el tema a una nueva dimensión. Pero momentos después el cuarteto baja los decibeles y el tenor anticipa la melodía que oíremos minutos después a cargo de ese misterioso coro que repite, como un mantra, las palabras que dan título al álbum. Luego todo es descenso hasta el final, que se disuelve en el aire.

Parte 2

El bajo de Garrison le da pie al estallido de Resolution. Luego del solo introductorio de Trane es el turno de McCoy Tyner en un solo sostenido y afilado. Vuelta a Coltrane (salvaje y lírico a la vez, inspiradamente contenido) con la banda a full detrás, en plenas facultades hardboperas. A los 5 minutos y medio aparece el Coltrane de alaridos y punteos en las nubes. Ese que en otros discos satura, acá lo encontramos notablemente enfocado, volviendo rápidamente sobre sí. En ese balance radica, para mí, gran parte del encanto de A love supreme.

Parte 3

La batería de Elvin Jones arranca con un solo para darle pie a Pursuance, donde Trane retoma brevemente partes de la melodía del primer movimiento. Enseguida entra un swingero McCoy Tyner, en plan Oscar Peterson pasado de hard bop. Siempre pienso que éstos debían ser los únicos momentos de la música de Coltrane que le debía gustar a los jazzeros más ortodoxos: cuando sus grupos se dedicaban a "tocar jazz", sin tanto Africa, ni Oriente en el medio.

El tema se pone espeso de verdad luego del solo de Tyner, con un Trane de boquilla caliente. A los cinco minutos el tema está que arde, pero todo estalla apenas unos compases después, con el segundo solo de batería de Jones.

Parte 4

Y ahora sí, el bajo de Jimmy Garrison queda flotando en la nada, solito ahí, para dar pie a la última parte del disco, Psalm.

Un spiritual similar al que Coltrane intentó en el sublime "Alabama" (incluido en Live at Birdland, 1962). Una especie de calma meditativa domina el tema, luego del huracán y la furia de los movimientos anteriores. La percusión de Elvin Jones da el clima a los últimos espasmos creativos de Coltrane, antes del final.

Codas

* En el mismo inspirado 1964, John Coltrane grabó otro gran disco, Crescent. ¡Chequéenlo! Y un día despúes de aquel 9 de diciembre se grabó una versión alternativa de Acknowledgement, con Archie Sheep en saxo.

* El insert de A love supreme contenía unas largas notas, una especie de plegaria, escrita de puño y letra por el propio saxofonista. En ellas, John habla de la Gracia de Dios, del amor y de la vocación de hacer música para hacer felices a otros. Termina con las palabras ELATION, ELEGANCE, EXALTATION.

* My own Love supreme. Invierno de 1999, sábado a la noche en un hotel de Zurich. En la habitación hi tech, una tv con radio incorporada, y de esa radio salía algo que era jazz. Todo combinaba perfectamente: la noche helada, la presencia silenciosa de los alpes, esa música. En medio del tema que estaba sonando aparecieron unas extrañas voces, cavernosas, repetitivas, entonando una especie de salmo. A love supreme....

Demás está decir que a mi vuelta a Buenos Aires me puse a buscar ese disco.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Cine: Jules et Jim (Francois Truffaut, 1962)














Y una tarde lluviosa vimos Jules et Jim, de Truffaut.

Una película que nos recuerda que alguna vez el cine fue un verdadero instrumento de libertad para tomar el mundo y volver a narrarlo de una forma nueva.

Sí, hubo un tiempo que fue hermoso y fue libre de verdad.

* * *
Francois Truffaut fue un cineasta francés nacido en 1932. Formó parte (junto a otros directores como Claude Chabrol, Jean- Luc Godard y Alan Resnais) de la nouvelle vague francesa.