miércoles, 31 de agosto de 2011

Discos: Lodger (David Bowie, 1979)

Como todos sabemos, "Lodger" fue el último de los tres discos que David Bowie grabó en colaboración con Brian Eno. Los últimos ejercicios experimentales de una relación que -al parecer- ya venía agotada hace tiempo. 

Aquel partnership había comenzado a la manera de un exilio creativo en Berlín hacia 1977, con dos discos de ambiente gélido y atmósfera de Guerra Fría (los clásicos "Low" y "Heroes"). Ambos muy influenciados a su vez por el krautrock alemán de NEU! y Kraftwerk.

Usualmente considerado parte de aquella "Trilogía Berlín", "Lodger" en realidad fue grabado en Suiza y New York. Para 1978 Bowie venía embarcado en un tour mundial  que quedó registrado en el doble en vivo "Stage", y en medio de la gira (y con la misma banda, más el agregado de Eno) comenzó a grabar lo que sería su próximo disco.

En lo musical, "Lodger" abandona la monumentalidad sonora y paisajística de los discos previos y apuesta a una cosa más suelta. Como casi todos los discos de Bowie de este período, totalmente ajeno al "mercado" del momento: tanto el Disco como el punk o la New Wave. O lo que sea.

Hay mucha voladura aquí: en la instrumentación, en la dejadez casi glamorosa que exhiben los temas, tan descarados ellos. Mucha libertad en esos arreglos y en las guitarras completamente fuera de foco de Adrian Belew y Carlos Alomar (que en varios temas tocaron sin conocer las notas o sobre pistas desconocidas, entre otros experimentos aleatorios).

Casi todas las canciones fueron compuestas por Eno y Bowie. Algunas reviews afirman que la primera mitad del disco habla de "viajes": ahí están "Fantastic voyage" -una canción tremenda, con una flotación misteriosa a cargo de Eno-  y "African night flight", inspirada en un viaje de Bowie a Kenia.  Para muchos, el antecedente, inclusive, de "My life in the bush of ghosts" en esa mixtura Afro/ occidental. El gancho de "Move on" está en esos impresionantes coros a cargo de Tony Visconti y el propio Bowie. Un gran comienzo del álbum. 

Siguiendo con los sonidos exóticos, "Yassassin" (una especie de reggae bizarro) vuela por el aire con esos violines de inspiración turca. Y a partir de "Red sails" empieza el bombardeo de los temas más "directos", si se quiere. El background del tema es absolutamente deudor de los NEU!, por cierto.

"D.J" suena suelta -como tocada a los tropezones- y anticipa casi 20 años y de forma irónica el culto a los amos de la pista de baile (con  su célebre "I am the DJ/ I am what I play/ I´ve got believers" entre los chirridos alucinados de la dupla Belew- Alomar) Temazo.  

"Look back in anger" va directo al Canon Bowie y "Boys keep swinging" (con los músicos en roles invertidos: Alomar en batería y Dennis Davis en bajo) deja al pasar una última cita a "Heroes" en sus enormes guitarras atmosféricas: otro gran tramo de "Lodger". Para el cierre, el vampiro Bowie relee "Sister midnight" (de Iggy circa "The idiot") como "Red money".

La reedición en CD de Ryko de 1991 agrega dos bonus: el inédito "I pray, olé" y una reversión de "Look back in anger" grabada en 1988.

David Bowie- Lodger (RCA, 1979) 
Producido por Tony Visconti & David Bowie. Recorded:  Mountain Studios (Montreux, Suiza) septiembre 1978/ Record Plant Studios, New York, marzo 1979.

Bowie- discografía cercana 
Stage (live, 1978)- Lodger (1979)- Scary monsters (and super creeps) (1981).

martes, 30 de agosto de 2011

Discos: The La´s (The La´s, 1990)

Género: otro hermoso eslabón perdido del Brit Pop.

Podríamos relatar las innumerables idas y venidas que sufrieron las sesiones previas al primer álbum de los liverpoolenses The La´s. Pero sería aburrido, y para eso está Wikipedia. 

Lo que sí vamos a decir es que aquel debut (y despedida discografica) del grupo comandado por Lee Mavers editado en los albores de la década del 90 sigue irradiando una belleza tranquila y atemporal, a prueba de modas y hypes pasajeros. Simplemente a fuerza de canciones.

Producidos finalmente por Steve Lillywhite (U2, Peter Gabriel, XTC, entre otros) el grupo entró a  los Eden Studios de Londres para darle forma a demos y sesiones que databan de tres años antes. Varios productores (entre ellos John Lekie y Mike Hedges) habían desfilado sin éxito al comando de las grabaciones, pero ninguno satisfizo a Mavers. 

El grupo salió finalmente a la cancha con doce canciones que bastante poco tenían que ver con lo que sucedía en la música pop inglesa por entonces (Madchester y aledaños). Más bien se trató de un pop otoñal, con un pie puesto en la mejor tradición Beat, de corazón acústico y hasta algunos guiños Country Rock, como en "Doledrum", "I.O.U" o "Liberty ship". Guitarras, coros y una energía vital básica tomada del Power Pop hicieron el resto.

Hay más canciones buenas. "Son of a gun" es irresistible con sus aires de fogón, para que cantemos todos y hagamos percusiones con toc tocs. Y las dinámicas valseadas de "Way out" (el primer single del disco) son simplemente perfectas. El grupo pisa apenas la distorsión para reforzar la enegía de "I can´t sleep", la beatlesca "Feelin´" o la serpenteante "Timeless melody". Todas canciones sin fecha de vencimiento. El propio Mavers se encarga de dejar en claro su relación con las musas, cuando canta: "the melody always finds me/ whenever the thought reminds me/ breaking a chain inside my head/ the melody chord unwinds me".

En medio del set, cómo olvidarlo, aparece el único hit del grupo, "There she goes". Otra de una perfección pop inoxidable. Sin embargo, sería injusto catalogar a The La´s como uno de esos tantos one hit wonders. Su disco debut prometía una interesante longevidad pop, aunque problemas internos e interminables pleitos nos privaron de seguir disfrutándolos.  

Pero no importa, porque un soleado sábado a la mañana siempre podemos volver a aquel fantástico disco debut.

Bonus
Con distintas formaciones, Mavers suele resucitar a The La´s para esporádicas actuaciones en vivo, pero sin grabar material nuevo desde entonces. 

Reediciones posteriores le intentaron sacar todo el jugo posible a tomas alternativas y versiones en vivo de las mismas canciones.

The La´s 1990
Lee Mavers, John Power, Peter "Cammy" Camell, Neil Mavers.

lunes, 29 de agosto de 2011

Discos: The Southern Harmony and Musical Companion (The Black Crowes, 1992)

Cuando los Black Crowes aparecieron a comienzos de los 90 con "Shake your money maker" -su primer lp- nuestro costado cínico y descreído  se encargó de subestimarlos lo suficiente. "Otra bandita Retro que quiere sonar como los Stones y los Faces, más algunos toques de Rock Sureño". 

En algún punto era cierto. Pero desde entonces bastante agua pasó debajo del puente. Y el tiempo puso a la música de estos chicos de Atlanta obsesionados con los 60 en un lugar de aceptable perdurabilidad. 

Cooptados rápidamente por el productor estrella -y coequiper de Rick Rubin- George Drakoulias (The Jayhawks, Primal Scream, entre otros) los Crowes ficharon para Def American Recordings. Y en 1992 alcanzaron su mejor marca con "The Southern Harmony and Musical Companion". Gran música, un sonido sublime y un puñado de temas que esquivaron con elegancia el paso del tiempo. 

El comienzo en tándem con "Sting me" y "Remedy" es imbatible. El primero, un rockazo con mucho feeling soulero que explota lo mejor de la banda capitaneada por los hemanos Chris y Rich Robinson: groove tenso y suelto a la vez, dosificación de energía y brillo en detalles como pianos y percusiones (mérito absoluto de Drakoulias, que logra una preclaridad sonora envidiable). El segundo mantiene la tensión allá arriba, con magistrales manejos de una intensidad rockera "de manual".

¿Matices? Los Black Crowes también los tienen. Ahí está está la calma extendida y pastoral de "Thorn in my pride" y el bluesazo de transnoche"Bad luck blue eyes goodbye". Retro o no, esta música perdura. Sin quedarse atrás, el grupo recupera combustión a la altura de la stoniana "Hotel Ilnes" y "Black moon creeping". Para el cierre se despachan con una pequeña sorpresa: la versión etílica y de madrugada de "Time will tell", de Bob Marley. 

Dedicado a Petela y Kabezoa...

Black Crowes 1992
Chris Robinson (voz) Rich Robinson (guitarra) Marc Ford (guitarra) Johnny Colt (bass) Steve Gorman (drums) Eddie Harsch (teclados).

Discografía cercana
Shake your money maker (1990)- The Southern Harmony and Musical Companion (1992)- Amorica (1994).

Video del lunes: Al Green


El gran Al haciendo su clásico "Let´s stay together" en el programa Rollin´on the river, 1972.

viernes, 26 de agosto de 2011

Discos: Brothers and sisters (The Allman Brothers Band, 1973)

Todos conocemos más o menos la historia. Los Allman Brothers pasaron sus peores momentos personales justo cuando el éxito artístico y comercial golpeaba a sus puertas. 

Luego del éxito de las presentaciones en vivo en el Filmore East en 1971 (disco de oro mediante) perdieron nada menos que a Duane Allman en un accidente de motos. La banda siguió adelante, pero en 1972 sufrió otra baja (también provocada por un accidente en dos ruedas): la de su bajista Berry Oakley.

Sin embargo, 1973 los vería llegar a uno de los picos creativos  de aquella primera época dorada con el clásico "Brothers and sisters". Un disco que -al igual que su foto de tapa- irradia luz. Y pura música. Las nuevas incorporaciones (Lamar Williams en reemplazo de Oakley, pero sobre todo la del pianista Chuck Leavell- años más tarde miembro estable de la crew de los Stones) le dieron nuevos colores a ese blend tan particular de Southern rock, jazz, blues y Country que siempre practicaron los hermanos Allman.

El otro dato notorio fue el rol cada vez más protagónico que empezó a jugar el guitarrista Dickey Betts, que aquí compuso dos temas que serían futuros clásicos de la banda: el country rock "Ramblin´man" y el vigoroso instrumental "Jessica", sobre el final del álbum. También aportó el fantástico up tempo de aires bluseros "Southbound", que en el disco cantó Gregg Allman.

La música, qué decirlo, suena fluida, natural, luminosa. Como si la tragedia nunca hubiera golpeado a la gran familia Allman (que dicho sea de paso posó completa, con novias, amantes, hijos y hasta perros en la foto interna del lp)."Wasted words" (también cantada por Gregg) suena despreocupada bajo el sol y "Come and go blues" le saca lustre a los matices instrumentales y de intensidad. El disco cierra arriba, con el boogie rock "Pony Boy".

Bonus
"Brothers and sisters" permaneció cinco semanas número 1 en la lista de álbumes americanos. Y "Ramblin´ man" fue número 2 en el chart de singles. En 1973 los Allman Brothers habían abierto las puertas a otras bandas del Southern Rock como Lynyrd Skynyrd y la Marshall Tucker Band.

The Allman Brothers Band 1973

Gregg Allman (voz, órgano, rhythm guitar) Richard Betts (voz, lead y slide guitar, dobro) Lamar Williams (bajo) Chuck Leavell (piano, coros) Jaimoe (batería y percusión) Butch Trucks (batería).

Discografía cercana

Eat a peach (1972)- Brothers and sisters (1973)- Win, lose or draw (1975).

miércoles, 24 de agosto de 2011

Discos: Cluster & Eno (Brian Eno- Cluster, 1977)

Cuenta la historia que a mediados de los 70 Hans-Joachim Roedelius y Dieter Moebius -miembros de Cluster- se retiraron junto a Michael Rother al medio del campo. Más precisamente a las afueras de Frost, en Bevern, Alemania. 

El objetivo del grupo (que terminaron bautizando Harmonia) consistía en alejarse de las grandes ciudades y dedicarse a desarrolar la música contemplativa que sonaba en sus cabezas. Tras varias señales de admiración mutua, en 1976 recibieron la visita de Brian Eno, que pasó unos días con ellos grabando, charlando y -según se cuenta en el documental de la BBC sobre Krautrock- "jugando al ping pong". 

La colaboración entre estos músicos (todos ellos pioneros en el uso de sintetizadores y en el concepto de una música Ambient) continuó en junio de 1977 cuando los Cluster se unieron a Eno en los estudios del célebre productor Kraut Conny Plank en Colonia. El primer material editado en base a esas sesiones (de las que también participaron Holger Czukay y Asmus Tietchens) fue "Cluster & Eno".

Lo mejor está al comienzo y al final de este set de 36 minutos,  que combina las búsquedas de ambas partes: el trabajo sobre texturas y sonidos procesados de Eno, por un lado, y el énfasis en el loop y la repetición de los germanos, por otro. En el comienzo, decíamos, "Ho Renomo" es pura belleza suspendida, etérea. Y es la marca sonora por la que tal vez recordemos este disco. El tema dialoga con aquellas grabaciones de Harmonia del 76 rescatadas y editadas como "Tracks and traces" por el sello Rykodisc en 1997.

Le sigue otro gran momento de flotación con "Schöne Hände" (sí, todos los títulos están en alemán) para entrar luego en terrenos más "mundanos", si se quiere, con "Steinsame" y "Die Bunge". Hacia el final, la música vuelve a ganar en lejanía y en misterios con esos cinco minutos celestiales de "Für Luise"

Una música, definitivamente, de crepúsculos y atardeceres quietos. 

Chequear también: 
* Eno, Moebius, Roedelius, After the heat (1978).
* Brian Eno, Discreet music (1975).

Discos: Bless the weather (John Martyn, 1971)

Después de grabar dos álbumes en colaboración con su esposa Beverly ("Stormbringer!" y "The road to ruin") John Martyn volvió a firmar en solitario uno de los mejores discos de su carrera. 

Hablamos de "Bless the weather", editado en noviembre de 1971. Un álbum reposado y directo. De corazón acústico y cálidas canciones. Un lp que tranquilamente le pelea el podio a la masterpiece de John, "Solid air".

Según cuentan las reseñas de época, el disco se grabó en apenas tres días en los estudios Sound Techniques de Chelsea. Para la ocasión, se dieron una vuelta amigos y colaboradores que aportan sutiles colores instrumentales a las canciones, como los Fairport Convention Dave Pegg, Simon Nicol y Dave Mattacks. Eran épocas salvajes para Martyn,  apegado a diversos excesos ya por entonces.

El comienzo es de alto nivel: "Go easy" parece arrastrar cada estrofa, para sumar las voces dobladas del propio John en los estribillos. Los tintes jazzeros, tan habituales en la música del británico, le dan ese feeling especial, ese "aire" a "Bless the weather", el tema. Vibrafones sutiles, el contrabajo de Danny Thompson (colaborador habitual por años y responsable de introducir a JM en territorios del jazz) y la profundidad de esa Voz hacen el resto. Dos temas magistrales.

"Walk on the water" -con la habitual sensibilidad de Martyn para referirse al universo femenino- tranquilamente podría estar en "Solid air" y "Just now" es una de esas canciones  increíblemente bellas y abiertas que le salían naturalmente. Puro talento, dulzura y calidez vocal para cantar sobre el hecho de convertirse en un hombre y encontrar, simplemente, un lugar.

Con eso ya bastaría, pero hay un par más: "Head an heart", los climas morosos y amenazantes de "Let the good thing come" (con coros de Beverly Martyn) el experimento de jam session con Echoplex de "Glistening Glyndebourne" y la breve perlita final (una simpática versión del clásico "Singing in the rain") redondean un gran álbum.

Para la época de "Bless the weather" Martyn comenzó a consolidar su éxito dentro del circuito folk británico. Y sobre todo, a ganarse un público fiel que lo seguiría de allí en más, en los buenos y en los malos tiempos de una carrera larga y fructífera.  

John Martyn, discografía cercana:
The road to ruin (1970)- Bless the weather (1971)- Solid air (1973).

viernes, 19 de agosto de 2011

Discos: A salty dog (Procol Harum, 1969)

Editado en junio de 1969, "A salty dog" fue el tercer disco de estudio de los Procol Harum. Un paso adelante en esa particular mezcla de blues, folk y progresivo orquestal que el grupo venía tejiendo desde su debut en 1967.

O si no un paso adelante, al menos una saludable diversificación  (con un mayor peso del Blues) en los estilos con los que estos virtuosos de la sensibilidad abordaban su música, siempre ajena a cualquier moda pasajera. "The milk of human kindness", por caso, es irresistible con sus pianos, su ritmo de cabaret bluseado y las percusiones de Barrie Wilson.

Según cuentan las reseñas, para esta época ya habían comenzado las tensiones entre el guitarrista Robin Trower y el resto de los Procol. A Robin, precisamente, le pertenecen la bellísima "Too much between us" (con sus delicados xilofones y acústicas acompañando la melodía) y el blues low fi "Juicy John Pink".

El grupo levanta magistralmente la tensión con uno de los tantos números que aporta aquí la mitad compositiva del grupo, Gary Brooker: "The devil came from Kansas"suena suelta, fresca y potente. También de Brooker es la hermosa balada orquestal que da nombre al álbum, inspirada, como casi todo el lp, en viejas historias y fetiches navales (la tapa del disco, sin ir mas lejos, es un pastiche a partir de la etiqueta de cigarrillos Player´s Navy Cut). La letra de "A salty dog" (como todas las líricas del grupo, escrita por Keith Reid) narra la peripecia de un grupo de marineros durante una tormenta, de la que vuelven sanos y salvos.

El otro gran compositor -el tecladista Matthew Fisher- no se queda atrás: a él pertenece la calma reposada de "Pilgrim´s progress" y el final hard rock de "Long gone geek". Fisher- que produjo el álbum- abandonó el grupo poco tiempo después.

Baladas, climas pastorales, inspiración blusera. En definitiva, hay mucha buena música en "A salty dog". De esa que a Procol Harum le salía naturalmente. Como ya dijimos, siempre elegantemente ajenos a modas pasajeras.

Las reediciones posteriores del álbum agregan tomas alternativas y un tema inédito, "McGreggor".  

Procol Harum- discografía cercana
Shine on brightly (1969)- A salty dog (1969)- Home (1970).

jueves, 18 de agosto de 2011

Una canción: "Pink frost" (The Chills, 1984)

The Chills fue una banda capitaneada por el guitarrista Martin Phillips, activa entre los 80 y la actualidad. Junto a otros grupos como The Verlaines y The Bats formó parte de la escena de Dunedin, proveniente de la ciudad neocelandesa del mismo nombre. Algo así como un antecedente en los 80 del indie pop de los 90.

Entre los primeros singles que grabó esta banda (y que están compilados en el disco "Kaleidoscope world" editado por Creation en 1986) está esta gema absoluta que es "Pink Frost".

La historia de la canción es llamativa. Fue grabada en primera instancia por el grupo en 1982, en los estudios Lab de Auckland. Por entonces The Chills eran un trío formado por Martin Phillips en guitarra, Terry Moore en bajo y Martyn Bull en batería.

El grupo no quedó conforme con la toma y dejó en el tintero la posibilidad de regrabar la canción más adelante. Pero poco después de la sesión, Martyn Bull fue diagnosticado con leucemia y falleció apenas unos meses más tarde. En 1984 los miembros restantes escucharon la grabación y decidieron trabajar sobre ella agregándole algunas guitarras y voces extras y editándola finalmente aquel año.

¿Y de qué habla esta misteriosa y atemporal canción pop? Bueno, en diferentes blogs y sitios de internet, su interpretación sigue siendo un misterio. Por momentos una cancón sobre el miedo ante una escena de sobredosis (la explítica línea "What can I do if she dies?" parece decirlo todo); por otros el sonido de la paranoia ante el daño hecho ("How can I live when you see what I've done?"). Lo cierto es que en sus 3 minutos 59 segundos "Pink frost" maneja un clima entre el encierro y la luz. Entre el miedo y la esperanza. Musicalmente, sus dinámicas cambiantes , sus silencios y misterios pueden ser parte de su encanto, también.

Una música oscura y abierta a la vez. Con melodías, silencios y sus propios secretos. Pero siempre imperecedera.

Bonus 

* "Pink frost" compartió rankings aquel 1984 junto a "Pride (in the name of love)" de U2, "Girls just wanna have fun" de Cindy Lauper y el tema de la película "Ghostbusters". 
* Como dato para melómanos, fue versionada por Yo la Tengo. 
* Según Martin Phillips, es el tema por el que los Chills deberían ser recordados. 

miércoles, 17 de agosto de 2011

Discos: Gold afternoon fix (The Church, 1990)

A los australianos The Church habría que quererlos aunque más no sea por su insistencia. Por su noble obstinación en trabajar disco tras disco sobre ese sonido de tonos grises y melancólicos que tantas veces nos ha acompañado. E invertir en ello más de 30 años de carrera.

"Gold afternoon fix", su segundo disco para Arista editado en 1990, sigue siendo de lo mejor de una carrera bastante pareja. Sin momentos descollantes, es cierto, pero siempre rendidora. Producido nuevamente por el legendario Waddy Wachtel (Jackson Browne, Keith Richards, Warren Zevon) a "Gold afternoon fix" le tocó la difícil misión de suceder al único "hit" (muy entre comillas) en la carrera de los Church: el álbum "Starfish" (1988) y su single "Under the milky way".

Lejos de marearse con el éxito, los australianos comandados por Martin Wilson-Piper y Steve Kilbey grabaron un álbum doble expansivo, con todas las virtudes que siempre los caracterizaron: climas envolventes (por momentos levemente cósmicos) canciones casi siempre susurradas, instrumentadas con poco y con lo justo, como lección del mejor post punk. Desde siempre, allí radicó el encanto austero y a la vez misterioso de The Church.

Sin embargo, y a pesar de la esmerada difusión por parte de Arista, el disco no funcionó lo suficientemente bien en las ventas. Eso no quita, por supuesto, que en lo musical abunden los buenos pasajes entre estas trece canciones (la edición en CD agrega dos temas más al lp doble original). "City" es pura dulzura y arrullo acompañado de una batería percusiva y "Monday morning" es uno de esos valses otoñales marca registrada del cuarteto. "Russian autumn heart" y "Transient" (dos de los pocos up tempos) suenan envolventes. La perfecta compañía para escuchar en casa, una de estas tarde de frío polar en Buenos Aires.

Pacientes, casi al borde la pachorra, los Church exigen poco: simplemente escuchar sin apuros. "Fading away" y sobre todo esa perla absolutamente atemporal que es "Metropolis" logran precisamente eso: que nos quedemos siempre un rato más al lado de los parlantes, escuchando, mecidos por la música.

The Church- discografía cercana
Starfish (1988)- Gold afternoon fix (1990)- Priest: aura (1992).

The Church- 1990
Martin Wilson-Piper (guitar)- Steve Kilbey (bass, vocals)- Peter Koppes (guitar)- Richard Ploog (drums).

lunes, 15 de agosto de 2011

Video del lunes: The Byrds 1965


Los Byrds haciendo "The Times They Are A Changin" en el programa "Hullabaloo" en 1965, con un presentador especial.

viernes, 12 de agosto de 2011

Discos: Modern life is rubbish (Blur, 1993)

Género: Brit Pop para un viernes nublado en Buenos Aires

Al igual que los equipos de fútbol, a los Blur los mató la gira que emprendieron por Estados Unidos en 1992, después del éxito de su primer álbum "Leisure". El gran país del norte estaba copado con el Grunge y aquella experiencia resultó un desastre, artística y comercialmente.

Resentidos contra todo lo "norteamericano" (y contra el éxito de Suede) los Blur volvieron a su patria con un renovado amor por lo idiosincráticamente británico. De ahí que las nuevas letras de Damon Albarn se inspirasen ahora en pequeñas viñetas pueblerinas y una mordaz crítica a la clase media, a la manera de Ray Davies.

Pero la lírica no fue lo único que Blur tomó de los Kinks: en "Modern life is rubbish" el grupo abandonó las influencias Shoegaze que arrastraba de comienzos de los 90 para concentrarse en el formato pop con guitarras y juegos vocales bien al frente. Un renacimiento (bastante conciente por parte de Albarn) de la canción pop inglesa de los 60, con algunos toques, por qué no, del caracter agridulce de las canciones más sociales de Paul Weller al frente de The Jam. 

Inicialmente "Modern life is rubbish" (una especie de "Village Green Preservation Society" actualizado) iba a estar producido por Andy Partridge de XTC, pero la química entre el productor y el grupo no funcionó. Allí volvió a entrar en escena el célebre Stephen Street y tras idas y vueltas con la compañía grabadora, finalmente el 10 de mayo de 1993 salió a la calle el demorado segundo álbum de Blur.

El cambio musical (al que el sello tildó de "suicidio comercial") era evidente: más enfocados en los tres minutos pop, contando historias, trazando cuadros de época. Algo que el grupo perfeccionaría en los sucesivos "Parklife" y "The great escape".

"For tomorrow" es la quintaesencia de Blur: ritmo cansino, un Albarn que parece eternamente aburrido y las guitarras de Grahan Coxon texturando entre el riff y las armonías. "Advert" adelanta las dinámicas de "Song 2" y sobre el final "Turn it up" es un latigazo guitarrero con coros sacados del mejor Power Pop. "Modern life..." es, a su manera, el disco más netamente guitarrero de Blur.

Y dicho sea de paso, los Blur pertenecen a esos grupos donde los hit singles coinciden con sus mejores temas. No es casual, si pensamos en aquella búsqueda pop ya mencionada.

En esa veta aparecen la psicodélica "Chemical world", los aires de vaudeville de "Sunday sunday" (tal vez la más "Kinks" de todas: un comentario cínico sobre la siesta y el paseo dominical en familia) y más allá otro relampagazo de guitarras con "Pop scene", trompetas y fanfarría incluidas. Hacer buena música, para Albarn y compañía, siempre consistió en hacer buenos temas, que se queden grabados en el incosciente pop contemporáneo.

El resto de los temas acompaña bien: los mid tempos corales "Colin Zeal" y "Blue jeans", pequeños ensayos pop atemporales ("Star shaped") y hasta un instrumental con aires a broma de pub ("Intermission").  Aún sin la preclaridad ni la inspiración de su lado el 100% del tiempo, el disco abunda en buenos pasajes, despreocupadamente atemporales. "Modern life is rubbish" son los primeros palotes de la explosión pop que tuvo lugar con "Parklife". Menos variado e inspirado que aquél, aunque con sus propios encantos.

Blur
Damon Albarn, Grahan Coxon, Alex James, Dave Rowntree.

Discografía

Leisure (1991)- Modern life is rubbish (1993)- Parklife (1994)- The great escape (1995)- Blur (1997)- 13 (1999)- Think tank (2003).

jueves, 11 de agosto de 2011

Rock and roll roots: Bluejean bop! (Gene Vincent and His Blue Caps, 1956)

En el comienzo de esta historia, todos lo sabemos, estuvo Gene Vincent. Alias de Vincent Eugene Craddock (11 de febrero de 1935, Norfolk, Virginia- 12 de octubre de 1971). 

Algunos datos: cuando todavía era un retoño de 12 años, Vincent recibió como regalo su primera guitarra. En 1952 se alistó en la U.S. Navy porque quería ser marinero y con sus ahorros, en 1955, se compró una moto con la que -según versiones apócrifas- se accidentó, quedando rengo y con dolor de por vida.

De vuelta en su ciudad natal se cambió el nombre por "Gene" y formó una banda de rockabilly, los Blue Caps, con la que ganó reputación haciendo el circuito de bares de Norfolk. En 1956 compuso su primer hit (el clásico "Bee-bop-A-Lula") y ese mismo año entró a estudios para registrar su primer larga duración, el clásico "Bluejean bop!".

A diferencia de otros long plays de aquella primera época del rock and roll (como el debut de Elvis) "Bluejean bop!" captó la esencia de los Blue Caps tocando en vivo, sin necesidad de recurrir a músicos de sesión ni otros artilugios. De hecho, las sesiones (que fueron producidas por Ken Nelson) tuvieron lugar en apenas unos días, en medio de las giras del grupo.

Ahí están Gene Vincent en guitarra y voz, el influyente Cliff Gallup y Willie Williams en guitarras, Jack Neal en upright bass y Dickie Harrell en batería. La alineación que hace rato venía transpirando los bares de Virginia.

El comienzo es con el clásico "Bluejean bop", mientras que "Who slapeed John?", "Flipped" y "Jumps Giggles & Shouts" suman en la veta más netamente Rockabilly del set. Entre las canciones de aquel debut se escondía un tema que unos flequilludos de Liverpool convertirían en hit unos cinco años más tarde. Hablamos, claro, de "Ain´t she sweet". Las chicas no se podían quejar: también hay lugar para baladas a la luz de la luna como "Waltz of the wind", "Up a lazy river" y "Wedding bells"

Sweet Gene Vincent
Como dato de color, las reediciones en CD de este clásico agregan varios temas, entre ellos "Bee-bop-A-Lula" y la canción por la que el bueno de Gene tuvo que pagar U$S 10.000, "Woman love". Según las autoridades del estado de Virginia, las performances en vivo de Vincent de este tema cometían el delito de obscenidad pública.  

Originalmente editado por Capitol Records, 1956.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Discos: No joke! (Meat Puppets, 1995)

Qué buena banda los Meat Puppets

Formados en 1980 en Phoenix (Arizona) por los hermanos Chris y Curt Kirkwood, el grupo editó media docena de álbumes en la veta punk para el sello seminal SST Records. Cuando podían, metían elementos psicodélicos y folk ("Up on the sun", 1985) pero siempre manteniendo ese approach básico.

En 1991 se pasaron a una escudería mayor (London Records) y en 1993 saltaron a la fama -como todos sabemos- cuando Kurt Cobain flasheó con ellos como teloneros de Black Flag y los invitó a tocar tres temas en el antológico "Unplugged in New York"

Así las cosas (y observados ahora por el "ojo mainstream") los Puppets no se amilanaron. En 1994 editaron su mejor disco (el fantástico "Too high to die") y en 1995, un año después, otro gran álbum: "No joke!". Producidos nuevamente por Paul Leary, la banda siguió puliendo esa combinación perfecta entre riffs memorables, adrenalina  y melodías prístinas, ensambladas a la perfección por las voces de los hermanos Kirkwood. Talentosos para la canción y para la dinámica de guitarras. Para la melodía y la energía dosificada con maestría.

El disco arranca enrevesado con "Scum" y se pone denso e insistente con "Nothing": vúmetros en rojo y melodías inolvidables, en la cima de la cristalindad pop cruzada con lo sucio del Grunge. A años luz en talento armónico comparados con sus contemporáneos, los Puppets fueron una especie de Beatles del Grunge, cruzados con el Folk  vía The Byrds y hasta guiños Power Pop.

Costado "canciones agridulces": "Taste of the sun", "Chemical garden", la hermosísima canción montañesa "Vampires", las dinámicas acústicas/ eléctricas (otra faceta que siempre manejaron a la perfección) de "For free"...muchos temas buenos de verdad. ¿Momentos más intensos? Gran, gran riff para "Sweet ammonia" (tal vez lo mejor del disco) y vértigo punk rock en "Cobbler" e "Inflatable" (los dos temas que aportó Chris Kirkwood, todos los demás pertenecen a Curt).

En fin, un disco lleno de buenos momentos, energético y plagado de melodías a la vez.

Luego de separarse en 2002, los Meat Puppets volvieron a juntarse en 2006 y siguieron editando discos. 

Meat Puppets 
Chris Kirkwood, Curt Kirkwood, Derrick Bostrom.

martes, 9 de agosto de 2011

Soul Basics: Staying power (Barry White, 1999)

Sabio en todo lo referente al Amor (sus ritmos, sus cadencias, sus jadeos y lubricaciones) Barry White se despidió con una Masterpice acorde a su historia.

Editado en 1999 (White moriría cuatro años después, en 2003) "Staying power"  fue el testamento musical de este verdadero Mesías del Sexo encarnado en un micrófono y una bata de seda.

Para su despedida a lo grande, Barry se rodeó de músicos, compositores y productores que estuvieran a la altura. Por empezar, está Jack Perry, que produjo el álbum y co-compuso varias de las canciones. Luego están las invitados de lujo (Chaka Khan y Lisa Stanfield) para inspirar con indispensable presencia femenina al Jefe (a las dos, en un claro gesto lujurioso, las hizo cantar el mismo tema en dos versiones diferentes).

Pero el elemento de lujo aquí es la música. Y el Sonido. Así, con mayúsculas. Porque si en los 70´s los sonidistas probaban la fidelidad de los equipos con Steely Dan, bueno, de acá en más un must debería ser este disco. ¡Mamita! Qué profundidad de bombos y bajos. Qué fidelidad delicada en agudos y guitarras con wah wah, en arreglos y detallecitos. Y sobre todo, cuánta sabiduría para meter, dentro de ese cocktail, la tremenda voz de White como un instrumento de lascivia más.

Vamos a los temas. "Staying power" entra de a poco, como pidiendo permiso. Son los primeros tanteos amorosos, los primeros breteles que caen. Y ahí están los guiños de siempre: las cuerdas zumbando, el crooner que dice unas palabras indecentes, luego el ritmo suelto. Y la frase que nos deja a todos apenas como esmerados aprendices del Amor: "tonight, when we make love/ I´m going to work your body with my tongue". Todo dicho.

Y como de sexo se trata, "Don´t play games" mantiene el tempo ahí, como en el buen ejercicio íntimo. Y "The longer we make love" (con Chaka aportando sus ronroneos) levanta un poco el traqueteo y el nivel de sudor. Magistral. En este sentido, "Staying power" se anota en la categoría histórica de "Discos para el amor de alcoba", peleándole a los grandes del género como "I want you" o "Urban hang suite".

El resto no decae un ápice en calidad. "I get off on you", el groove irresistible de "Wich way is up", la insistencia funkera de "Sometimes", los covers de WAR y Sly Stone...extienden esta noche de pura música. Y puro SONIDO.

Chequear también:
Marvin Gaye, I want you (1976) / Maxwell, Urban hang suite (1996)/ Smokey Robinson, A quiet storm (1975).

lunes, 8 de agosto de 2011

Jazz nights: Thelonious himself (Thelonious Monk, 1959)

Dedicado al Gordo, fan de Monk

En la sesión jazzera de esta noche en la mansión Ultravivido dejamos correr "Thelonious himself". Ocho tomas del gran Sphere Monk sólo al piano, más un extra ("Monk´s mood") con John Coltrane en tenor y Wilbur Ware en bass.

Uno de esos discos para escuchar acompañado del tintineo de las rocas, en un vaso embellecido con Etiqueta Negra.

Como explica Orrin Keepnew en las liner notes, escuchar a Monk sólo es mucho más que quitarle batería, bajo y saxos. Es oír a un artista desenvolviéndose en su instrumento natural, explorando, llenando de silencios la música que va tejiendo.

El clima general no puede ser más reposado, aunque lleno de implicancias bluseras en el aire. Y vaya si hay feeling de blues en ese "April in Paris" inicial. O en esa mid section del derivativo "Functional". Las baladas están llenas de una emotividad contenida, sobria y sesgada, como en esos 4 minutos en los que Monk relee el clásico "I´m getting sentimental over you".

La gema para estudiosos y melómanos, sin embargo, es la versión work in progress del clásico propio "Round midnight": 22 minutos de pura exploración armónica, perdida en el limbo de la noche. 

Recorded in New York, april 12 & 16, 1957.